El mar de fondo que acompañó a la flota de la Travesía Náutica Xacobea desde el pasado domingo, cuando partió desde Ribadeo, dejó paso al viento del norte. El viento tuvo rachas de 30 nudos (55 kilómetros por hora), que permitieron a los participantes completar la cuarta etapa entre Camariñas y Portosín en apenas cinco horas.
Santiago ya está más cerca. Los peregrinos de la ruta marítima que organiza la Asociación de Clubes Náuticos de Galicia (ASNAUGA) dieron otro paso hacia su meta. En una jornada en la que acompañó el sol y el viento, los 28 barcos y 150 participantes superaron la complicada Costa da Morte, que durante dos días puso a prueba la resistencia de las embarcaciones y de los peregrinos.
La flota se puso en marcha a las nueve de la mañana y una hora más tarde todas las unidades enfilaban la boca de la ría superando Muxía y enfilando hacia Cabo Touriñán. Las previsiones de viento, norte durante los próximos días, provocaron que dos embarcaciones asturianas decidiesen permanecer en puerto. Fue el caso del “Roatán”, patroneado por José Luis Conty, y del “Guayacán”, un Beneteau Antares que comandan los avilesinos Roberto e Ignacio. Ambos esperan mejores condiciones para preparar su regreso a Asturias.
A medida que se acerca la meta varias unidades se van uniendo a la flota “xacobea”. Una de ellas es el “Papageno”, procedente de Irlanda con un navegante solitario, Peter Haden. “Voy solo y sin dinero, así que no tengo problemas”, bromeaba el patrón irlandés en los pantalanes del Real Club Náutico Portosín.
A bordo de las goletas “Nieves 4” y “Nauja” el buen ambiente continúa reinando y los mareos provocados por el mar de fondo ya se han olvidado. La espectacularidad de la costa asombra a los peregrinos, procedentes de Vigo, A Coruña, Santiago, Monforte … El paso por los cabos Touriñán y Fisterra fue uno de los momentos cumbres de la etapa, completada con una entrada en la ría de Muros y Noia en la que los arroaces (delfín mular) acompañaron a los barcos hasta su llegada a puerto.
La jornada de este jueves, 10 de julio, consistirá en una travesía desde Portosín a Ribeira de 34 millas, ya en la ría de Arousa, a escasos kilómetros de la meta. De esta forma está previsto que el viernes se realice la última etapa hasta Cabo de Cruz. Allí, esperará la flota procedente de la versión Sur – Mediterránea para navegar todos juntos. El sábado se realizará una ruta en catamarán por el río Ulla hasta Padrón y desde allí se realizará el último tramo hasta Santiago.
La versión Sur – Mediterráneo ya espera en Portonovo y llega el viernes a Cabo de Cruz