La Maria Teresa, construida en Cadaqués en 1940, según nos indican los recuerdos de Carlos Cusí, es una embarcación tipo “busseta” o “buceta” en castellano que se construyó con la idea inicial de competir en las regatas de remo que se organizaban en este pueblo del alto Empordà, en pleno macizo del Cap de Creus.
Sabemos por los viejos de lugar y también por referencias directas familiares del que escribe, que la competitividad en esos años era muy importante entre los “cadaquesencs” y los veraneantes que ellos mismos llamaron como los de “la colonia”. La rivalidad llevaba a proveerse de los remos más ligeros, los timones más diminutos y perfilados y hasta lo timoneles debían ser lo más livianos posibles.
Esa competitividad llevó a su primer armador a alargar la eslora desde la aleta incrementando así la eslora hidrodinámica que favorece que la embarcación fuera más veloz. La “Maria Teresa” fue alargada 0,50 m por el mismo maestro de ribera el Sr. Joan Nadal.
“El trabajo que hizo Nadal”, nos cuenta Quico Despuig de Drassanes Tradicionals, “fue muy fino. Tanto como era él en sus diseños. Si no se sabe esta circunstancia, es imposible ver a simple vista la obra realizada. Simplemente como si no se hubiera hecho. Nadal destacó por hacer embarcaciones con una elegancia diferente a la habitual y muy ligeras, fuera para el uso que fuera”.
La obra realizada por Joan Nadal hace que haya una cierta descompensación, sólo a ojo del buen observador, entre la tradicional relación de eslora (25 palmos=5 m) y su manga de 1,5 m. Esta circunstancia hace que la “Maria Teresa” sea especialmente rápida… ¡ y también a vela!
Del remo a la vela latina
Hace treinta años Cadaqués realizó la primera “trobada” de embarcaciones a vela latina. Rápidamente esta idea, surgida de un grupo de amigos veraneantes, cuajó de pleno y el anterior armador de la Maria Teresa, mi tío Carlos junto a su amigo Carlos Cusí, decidió aparejarla con una vela latina. El estudio del plano vélico corrió a cargo del reconocido erudito Sr. Vicente Delgado, armador en aquella época de la centenaria “Lola” por cierto aún en activo en la flota del Museu Maritim de Barcelona. La construcción del palo de iroco, las antenas, la realización de las entalladuras de los cabos así como la construcción de un timón profundo, corrió a cargo de Francesc -quico- Despuig.
En Cadaqués y luego a lo largo de la costa catalana, navegar con una barca a vela latina dejó de ser algo de pescadores convirtiéndose en una actividad lúdica que ha contribuido a la revalorización de no pocas barcas en el pueblo en franco riesgo de ser abandonadas a su suerte.
El que escribe modestamente se comprometió a recuperar a la Maria Teresa que, a pesar de su encierro de 10 años en un garaje, cerró impecablemente bien sus maderas al besar el agua otra vez. Tan solo sudaba agua por los orificios de los clavos de hierro originales que, lógicamente, se han ido oxidando y empequeñeciendo por este natural fenómeno.
Ahora, desde hace dos temporadas navega gracias al oficio y a la filosofía conservacionista de Quico Despuig y su equipo. Se han reemplazado varias cuadernas fracturadas, se ha reforzado con algún que otro clavo de acero alguna zona y se la ha realizado un “lifting” y “maquillado” (imprimación y sellado) con… ¡Jotun!
Pasión y sensibilidad desde Jotun
Decidimos dar un toque especial a Maria Teresa. En vez de respetar su amarillo magentoso de los últimos años (¡originalmente era blanca!), se decidió colegiadamente darle un toque de modernidad a una línea claramente “tradicional”.
Nos pusimos en manos de los servicios técnicos de Jotun a través de su responsable Eduardo Díaz, Técnico Recubrimientos para Yates de Jotun. Desde el laboratorio de Jotun simularon el amarillo que se pidió. Se suministraron unas maderas con el color original para que el escáner pudiera reproducirlo… Pero en estos lances, se cambió de opinión y se optó en darle a la Maria Teresa un aspecto moderno con un llamativo “lima/limón”. Debe decirse que el resultado final no dejó indiferente a nadie en el pueblo… y en el “ambiente”.
“Para nosotros, los que os ucupáis de las embarcaciones de madera sois una parte importante, en el sentido de que toda la gama de monocomponentes como los barnices, acabados monocomponentes, imprimaciones,… es un nicho que se está relanzando otra vez y para nosotros es muy importante, porque un barco de madera significa un mantenimiento todo el año” nos dice Eduardo Díaz.
“La idea de una pintura monocomponente, con mayor elasticidad que las de dos componentes por tanto adecuada para la elasticidad de las maderas, es que al ser monocomponente permita a las personas como tú -pintar o hacer retoques- a tu propio barco sin las complicaciones de las de dos componentes. Es más rápido, aunque la durabilidad es menor” sentencia Díaz.
¿Y si queremos pintar la barca con el mismo color en unos años, queda un registro del color actual? “Si, nosotros tintamos con la máquina de multicolor. Por cada color que se fabrica, nos contó, se crea una formula dentro del sistema y queda registrado. Tu código de fórmula, si no recuerdo mal, es erik****panoramanautico” se rie “el de Jotun”.