Una asociación que, en definitiva, nació para velar por los intereses del aficionado y erigirse como su portavoz ante las autoridades marítimas y devenir un necesario contrafuerte cooperante con otras asociaciones empresariales y profesionales.
¿Qué es para ti ANAVRE?
ANAVRE es hoy la voz a nivel nacional de los usuarios de la náutica, siendo el interlocutor que los representa ante las administraciones públicas estatales y autonómicas, y también ante el conjunto de la industria náutica, con cuyas asociaciones más representativas estamos en contacto permanente y, en general, en muy buena sintonía. Además, es la voz de los navegantes españoles en Europa a través de nuestra pertenencia a la European Boating Association (EBA), que tiene presencia permanente ante las instituciones europeas, así como en la World Sailing, y relaciones con OMI, ICOMIA; European Boating Industry, etc… A su vez, somos la voz de los navegantes europeos en España, pues canalizamos las dudas y consultas de estos que nos llegan a través de EBA, ante nuestras administraciones públicas.
Además, intentamos resolver las consultas y dudas que nos plantean constantemente nuestros socios, así como otras entidades pertenecientes a la EBA, a nivel jurídico y práctico.
Por otra parte, desarrollamos actividades de tipo formativo y social como ejercicios conjuntos y jornadas de seguridad con Salvamento Marítimo, encuentros de navegantes, etc…
Nosotros aspiramos a que Anavre se convierta en la casa común de los navegantes, una entidad que no sólo les represente ante las administraciones y empresas del sector, sino también ese sitio que permite resolver dudas, acudir a actividades sociales y formativas, que obtiene ventajas comerciales para sus socios en puertos y proveedores, en suma, un referente en la vida de todo usuario de la náutica. Vamos por el buen camino, pero queda mucho que hacer.
Recuérdanos, ¿por qué y para qué nació ANAVRE?
Anavre empezó a gestarse a finales de 2008 y cristaliza formalmente en enero de 2009, fue un proceso apasionante, pues surgió de una iniciativa espontánea en el seno del más importante foro náutico en español, www.latabernadelpuerto.com, y su fundación se llevó a cabo enteramente a través de internet, mediante un hilo de discusión en dicho foro en el que se establecieron los objetivos fundacionales y se perfilaron los estatutos de la Asociación.
Anavre nació con el objetivo esencial de hacer la vida más fácil a los navegantes en todos los ámbitos, especialmente en el jurídico y administrativo, siendo su objetivo principal conseguir simplificar la normativa que rige la náutica de recreo en España, así como un órgano de gobierno específico, de modo que ésta quede claramente separada de la marina mercante tanto en su normativa específica como en su órgano regulador y gestor a nivel gubernamental. Ahora estamos ante el mayor reto de nuestra historia y habrá mucho, muchísimo trabajo, pues se avecina un importante cambio normativo que venimos reclamando desde la fundación de Anavre. Estamos ante una ocasión muy importante que requerirá de todos nuestros recursos materiales y económicos, y de la colaboración de todos nuestros socios.
¿Cómo está estructurada territorialmente?
Desde su nacimiento, Anavre consta de una Junta Directiva que gestiona el día a día y ejecuta los acuerdos de la Asamblea General, y de una red de delegados territoriales cuya misión es cumplir las directrices marcadas por los órganos de gobierno (Asamblea General y Junta Directiva) así como servir de nexo comunicador entre la Junta y los socios, así como representar a la asociación a nivel autonómico, provincial o insular cuando sea necesario y, por supuesto, coordinar la celebración de eventos formativos y sociales, presencia en salones náuticos cuando sea posible, etc…
Actualmente, la Junta Directiva consta de 10 miembros, radicados en las CCAA de Andalucía, Aragón, Baleares, Canarias, Cataluña, Galicia, Madrid y Valencia; y disponemos de delegados autonómicos, y en algunos casos provinciales o insulares, en Andalucía, Baleares, Canarias, Cataluña, Ceuta, Madrid, Murcia y Comunidad Valenciana; y estamos en conversaciones para poder disponer de nuevos delegados en Cantabria, Galicia y País Vasco. Lo ideal sería llegar a contar con delegados en todas las CCAA donde tengamos socios, así como en todas las islas y provincias del litoral español, y por ello trabajaremos.
¿Cuáles han sido los logros de ANAVRE en estos 10 años de actividad y porqué?
En mi opinión, el mayor logro ha sido dar una voz a los navegantes recreativos, pues antes del nacimiento de Anavre, las administraciones y el sector empresarial no tenían ningún interlocutor con carácter nacional y generalista en este ámbito. Es cierto que sí existían entidades de ámbito nacional como, por ejemplo, la RANC; la Real Liga Naval o incluso las distintas federaciones de deportes náuticos, pero todas ellas tienen objetivos y ámbitos de actuación muy específicos. Anavre ha intervenido en asuntos de todo tipo, desde material de seguridad, normativas de ámbito estatal, regatas, medio ambiente, etc… y no sólo hemos actuado a nivel nacional sino, también, cuando las circunstancias y los recursos lo han permitido, a nivel autonómico, provincial, insular, e incluso local.
Asimismo, nuestra pertenencia a la EBA nos ha permitido no sólo hacer llegar nuestros problemas, intereses y propuestas a nivel internacional, sino también disponer de amplia información acerca de cambios normativos desde su inicio como es el caso de la directiva para la construcción de embarcaciones de recreo de 2015 a cuyos primeros borradores tuvimos acceso ya en 2010, o ver cómo encaran las autoridades marítimas de otros países la resolución de cuestiones como la implantación de campos de generadores eólicos en el mar y su interacción con el tráfico marítimo, cuestiones medioambientales, etc…
En consonancia con lo anterior, hemos conseguido que se admitiesen propuestas de Anavre en diversos textos legales, mejorando su calidad y acercándolos a los intereses de los navegantes, hemos realizado multitud de propuestas que nos darán la base para actuar ante los cambios normativos que se avecinan, etc…
Aunque tenemos pendiente incrementar nuestra base social y conseguir los medios necesarios para poder organizar eventos como encuentros de navegantes, actos sociales y o formativos con mayor frecuencia y en más lugares del territorio nacional, lo cierto es que en estos años hemos conseguido mucho con muy poco.
¿Cuál ha sido tu papel en la asociación durante este tiempo?
Soy socio fundador, con el número 4 de socio, formé parte de la Junta Directiva Constituyente como vocal encargado del departamento jurídico desde 2009 hasta 2010 en que celebramos elecciones y fui elegido Presidente. Ostenté la presidencia hasta finales de 2013, en que dimití por motivos personales, aunque quedé vinculado a la Junta Directiva como vocal encargado de relaciones internacionales y parte del departamento jurídico, hasta 2014. Posteriormente, a finales de 2014, fui nombrado coordinador de delegados para Baleares y, en 2017, el Presidente hoy saliente, D. Gustavo Navarro, me invitó a incorporarme a su Junta Directiva, en la que desempeñé el cargo de Vicepresidente Primero hasta febrero de 2020. Y, hoy, una vez más, ha recaído en mí la responsabilidad y el honor de presidir la asociación.
¿Estás contento con la presencia territorial de ANAVRE?
Sí, podríamos decir que estoy bastante satisfecho, aunque soy consciente de que no llegamos todavía a todos los lugares donde nos gustaría, y trabajaremos para conseguirlo y disponer de una estructura que nos permita estar presentes de forma efectiva en todo el territorio nacional. Ello va íntimamente ligado a conseguir un aumento de nuestra base social lo que, por lógica, supondrá incrementar nuestros recursos materiales y, sobre todo, humanos.
¿Cuántos socios tiene en la actualidad la asociación?
Esta es una pregunta que siempre nos han hecho, y cuya respuesta no refleja realmente nuestra representatividad. Tras superar la crisis económica, durante la que hubo quien llegó a plantear el cierre de la asociación, la Junta Directiva saliente, presidida por Gustavo Navarro, y de la que otros cuatro miembros de la actual formábamos parte, trabajó denodadamente para evitarlo y recuperar buena parte de la masa social perdida. Actualmente estamos alrededor de los 1.500 socios, si bien contamos con convenios de colaboración y/o afiliación mutua con entidades como RANC, Asociación de Navegantes del Mediterráneo, Asociaciones de Pesca Responsable, Real Liga Naval, diversos clubs náuticos, etc…, a cuyos socios representamos también directamente, lo que nos convierte como ya he dicho antes en la voz de los navegantes a nivel nacional. Si a ello le añadimos el hecho de representar a la EBA en España, con sus casi 20 millones de usuarios, muchos de los cuales navegan en nuestro país, es obvio que nuestra labor y nuestra representatividad suponen un peso mucho mayor que lo que podría indicar nuestra base social directa.
Además de representar a los navegantes deportivos ante las autoridades marítimas, ¿ofrece ANAVRE alguna ventaja directa a sus asociados?
Sí, contamos con convenios de colaboración con empresas del sector náutico que abarcan todo un elenco de productos desde utillaje hasta seguros, chárter, amarres, etc… que ofrecen condiciones especiales a nuestros socios en forma de descuentos, ofertas específicas y similares. Ello hace que, en muchas ocasiones, la pertenencia a Anavre suponga ventajas económicas por montante muy superior a la cuota social, que actualmente es de 35 euros al año.
Como nuevo presidente, ¿cuál va a ser la prioridad de tu mandato?
Consolidar la recuperación de nuestra base social y trabajar para ampliarla lo máximo posible, así como completar nuestra implantación territorial en el país de un modo que nos permita llegar a todas partes, además, por supuesto, de trabajar como siempre lo hemos hecho para la mejora de la normativa que regula la náutica recreativa y su percepción no como un lujo sino como una actividad de ocio más con un gran potencial de generación de riqueza y empleo de calidad, a la par que respetuosa con el medio ambiente.
Ya por último, ¿qué crees que es fundamental para que este país desarrolle la actividad náutica en general y la navegación deportiva en concreto?
Empezaré diciendo que la navegación deportiva no es esencialmente nuestro objeto, puesto que, salvo en casos muy específicos de normativas de regatas específicas, está sujeta a la normativa general y, además, creo que los clubes náuticos y distintas federaciones de vela, remo, motonáutica, etc… están haciendo una muy buena labor. Lo que realmente necesita la náutica es, en primer lugar, algo que ya he mencionado, es decir, que deje de ser percibida como una actividad “de ricos”.
Necesita también una normativa más simple y efectiva, que reconozca y tenga en cuenta sus características específicas y sea fácil de cumplir, todo ello con un órgano regulador específico, con el rango de subdirección general. En este sentido, llevamos mucho tiempo proponiendo que la Dirección General de la Marina Mercante tenga una nueva denominación como Dirección General de la Marina Civil y se divida en dos subdirecciones generales, una para la marina mercante y otra para la náutica de recreo.
En mi opinión, es preciso simplificar el esquema de titulaciones, equipamientos obligatorios, inspección, registro… en fin, toda la normativa. Afortunadamente, parece que la DGMM es consciente de esto y ha iniciado un período de consultas a los agentes sociales para que podamos presentar, una vez más, nuestras propuestas al respecto. Aunque también han dejado muy claro desde la Administración que ellos escucharán a todos, y luego decidirán; yo pienso que lo ideal sería crear una mesa al estilo del “Conseil de Navigation de Plaisance” francés, donde los ministerios con competencias en la materia y agentes sociales debaten las distintas propuestas y acuerdan la normativa a aplicar, pero eso queda muy lejos del ADN de la administración española.
Por último, y no menos importante, conviene replantearse la fiscalidad de la náutica, revisando su tremenda carga impositiva, ello supondría eliminar el Impuesto de Matriculación, que supone una recaudación ridícula en el conjunto del Estado y a la vez encarece tremendamente la adquisición de embarcaciones nuevas de más de 8 metros. Como ya se ha demostrado en el chárter, la eliminación de este impuesto se compensaría con el incremento en recaudación por IVA en la venta de barcos nuevos, además de dejar de distorsionar el mercado de segunda mano, que resulta más caro en España que en el resto de Europa por esta causa. Habría que revisar también las tasas portuarias, así como de señalización y rescate marítimo (somos el único colectivo que paga tasas específicas para señales y servicio de rescate). Y replantearse la tarificación del IVA aplicado al chárter náutico de un modo similar al que se hace en la hostelería, no es lo mismo alquilar un velero sin tripulación entre un grupo de amigos que alquilar un yatazo de 1000 euros diarios, igual que no es lo mismo alojarse en un hotel de tres que en uno de cinco estrellas.
Asimismo, cabe destacar que la náutica de recreo en este país sufrió grandes estragos en la última recesión, y sobrevivió a duras penas… y hoy nos enfrentamos a otro gran desafío causado por el caos que ha generado la pandemia del COVID19, por lo que es preciso que navegar sea más fácil y accesible. Y ello sólo se logrará simplificando la legislación y aliviando la carga fiscal que soportamos los navegantes y los empresarios del sector náutico.