Con un sol resplandeciente, un viento establecido en torno a los 20 nudos y miles de aficionados de Auckland despidieron a la flota de la Volvo Ocean Race en la salida de la etapa reina, la 7. La multitud no ha sido una sorpresa: en el transcurso de la escala en Auckland, demasiado larga para nuestro gusto, más de 500,000 aficionados han pasado por el Race Village en el Viaduct Basin en la décima edición en la que la regata visita la denominada “Ciudad de las Velas”.
El despliegue y acompañamiento de los ‘kiwi’ ha sido impresionante: tablas de kitesurf, windsurfers, tablas de surf, kayaks, barcos de vela ligera, cruceros y barcos de regata presididos por el ganador de la antigua Whitbread Round the World Race, el mítico Steinlager 2 del legendario sir Peter Blake.
El Mapfre, el líder de la general de la regata, fue quien ganó la salida en un recorrido inicial en el puerto de Waitematā antes de salir hacia el golfo de Hauraki, con el Dongfeng, el Team Brunel y Turn the Tide on Plastic por detrás del líder.
Támara Echegoyen, la primera española de la historia que participa en una Volvo Ocean Race, analizaba la etapa reina antes de partir. “Esta es una etapa en la que están en juego muchos puntos. Será de doble puntuación y además el primer barco que cruce Cabo de Hornos tiene un punto extra, por lo que creo que el equipo debe estar muy concentrado e intentar hacer un buen trabajo. Todos los puntos suman, y ahora que estamos liderando la clasificación y con tantos barcos al mismo nivel que están apretando y recortando puntos, creo que es una buena oportunidad para seguir liderando”.
En un regreso a las raíces de la regata, la Etapa 7 de la Volvo Ocean Race llevará a los equipos en un viaje de 7,600 millas náuticas hacia el Océano Sur pasando por el emblemático Cabo de Hornos, antes de regresar al Océano Atlántico hacia la meta en Itajaí (Brasil).
“Estamos entrando en una de las etapas más duras de la regata”, dijo Peter Burling de Brunel, un héroe en Nueva Zelanda por devolver la Copa América a su país el verano pasado. “El mayor desafío es en términos de resistencia, tener que mantener la intensidad alta en condiciones muy difíciles”.
La Zona de Exclusión de Hielo permitirá a los equipos bajar navegando hasta los 59 grados de latitud sur, casi hasta el límite de los Cincuenta Rugientes, donde el viento y las olas rodean el planeta sin obstáculos en tierra firme, lo que les permite alcanzar unas dimensiones temibles gracias al infinito “fetche”. Habrá mucho frío en el sur, y la ruta llevará a la flota al lugar más remoto del mundo, el Punto Nemo, donde los seres humanos más cercanos son los astronautas de la estación espacial.
El gran objetivo en esta etapa reina es lograr el equilibrio perfecto entre exprimir al barco y a la tripulación en la búsqueda de la victoria, y asegurarse de que no habrá ninguna rotura para poder terminar la etapa.
“Esta es una parte del mundo donde a veces hay que olvidarse de la competición y simplemente cuidar de la gente y el barco”, señaló el patrón del Dongfeng, Charles Caudrelier. “El sur es un lugar especial: las olas son más grandes, el viento es más fuerte, por lo que debes ser consciente de lo que haces”.