En uno de los dos días dedicados a atender la visita de los institutos a “INICIA’T (iníciate), la feria de la náutica y de sus oficios” nos incorporamos, más o menos de incógnito, en el ketche “Ciutat Badalona” que gestiona la “Associació Amics del quetx Ciutat Badalona”. Allí Jordi García, el capitán, puso en alerta a los alumnos, exigiéndoles su nombre y numeración en alto, a grito “pelao”, en el momento del embarque. El capitán puso en situación a la veintena de tripulantes gritando. “Aquí mando sólo yo, el capitán”. Pues hala, ¡quedó clarito!
En una maniobra precisa de desatraque llevada a cabo por el capitán y los cuatro tripulantes voluntarios más habituales, se salió al mar. Rápidamente el capitán puso firmes a los grumetes del instituto Manuel Vázquez Montalbán de Sant Adrià del Besós. Seleccionó a los más metidos en el ajo y les hizo izar la vela de messana, la vela más a popa. Fue un gozo ver el esfuerzo y la potencia de los chiquillos… ¿chiquillos? ¡Anda ya!
Por grupos, bajo la atenta supervisión de Peter, el voluntario más avanzado, fueron pasando los grumetes por el camarote principal para la colocación de los preceptivos chalecos salvavidas. “Ay, que me mareo”, “y esto, ¿cómo se pone?”, “¡pero si no hay peligro!”, “Oye ese me ha mirado”, “qué calor”, “¿Me queda bien?… ¡Bajad por la escalera de espaldas por favor, es por seguridad!, clamaba un paciente Peter
Mientras esto sucedía, arriba en el puesto de mando, y en grupos de tres, gobernaban el “Ciutat Badalona” otros grupos. ¡El infiltrado nunca había vivido una derrota más zig-zagueante! Los chavales vivían intensamente la experiencia de navegar “a la vista” enfilando la proa con algún punto de la orografía de la costa. “Hasta que no le has cogido el truco del timón… es difícil no ir recto” suelta uno muy metido a timonel.
El agobio inicial de no acertar la proa con el alto de una colina se fue disipando hasta que el capitán excitó definitivamente a los chavales. Las chavalas están definitivamente en otras galaxias…! “Imaginaros que estamos en alta mar y no tenemos ninguna referencia para ir rectos…” hay que mirar el compás, la brújula. “Si la brújula y los astrolabios lo hemos estudiado. Fueron importantes en la época de los descubrimientos”, espeta otro. “Pero cuál es el bueno, ¿éste o el de los numeritos? (piloto automático)”. ¿Qué hay que hacer para “conducir” barcos? El capitán despista ante una pregunta de calado… “Imaginaros ahora que hay niebla…”
El tiempo pasa y los grupos se van sucediendo en el puesto de gobierno. Los chicos disfrutando, disputándose la rueda del timón, otros corrigiendo a los compañeros “así, ¡no!”, otros con los ojos como platos por fijarse en el compás “eeeh que te pasas del 300º”, otros atendiendo las explicaciones de Peter sobre cómo amarrar en una gran cornamusa o explicando para qué sirve ordenar en cubierta una amarra…
Entre tanto, el infiltrado entabla conversación con Paqui, profesora de sociales del instituto y con Núria, profesora de educación física y regatista en su tiempo de ocio. Por algunos comentarios de los chicos, está claro que el grupo no está en el Ciutat Badalona para simplemente pasarlo bien… ¿no? “Todo responde, comenta Paqui, a un proyecto educativo que, a partir del temario de sociales, se ha estudiado la importancia de la navegación y la aportación de los nuevos inventos que propiciaron los descubrimientos. En este proyecto los chicos han hecho maquetas de las tres carabelas de Colon acompañado de otras cosas relacionadas con la cultura del siglo XVI y la cultura de los territorios descubiertos”
Llega el momento de arriar mesana para volver a puerto. Dos hileras de grumetes en cada banda van amollando la driza de la percha según las órdenes del capitán. Otros, con la vela ya arriada, atan con los sandows la vela… El infiltrado piensa, ¿habrá alguien que haya tenido hoy una revelación marinera?
¿Qué hay que hacer para ser periodista? me pregunta una incisiva Aisha. ¡De entrada, saber pasar más desapercibido!
Colegio Badalonés “on tour” por el varadero…
Con un grupito del Col.legi Badalonès, con chicos y chicas tonteando medio abrazados, inicio mi segunda misión. De un total de 15 chavales y chavalas, cinco atienden las explicaciones con interés. Con suerte uno quizás se plantee devenir un profesional, quizás…
Nadie pregunta, excepto el infiltrado que pretende romper el silencio hacia la profesional de Marina Badalona y complementar alargando las explicaciones básicas dadas. De repente: ¿Qué es eso? “El travellift…”. “Así que esto es como un taller para barcos”. Pues sí, ¡ni más ni menos!