La regulación del Impuesto de Sociedades permitía que los clubes cuyo presupuesto no llegaba a los 100.000 euros no tuvieran la obligación de presentar dicho impuesto.
La reforma de noviembre de 2014 del nuevo impuesto de sociedades implicaba, en la práctica para 2015, la imposición de obligaciones contables y fiscales a todas las entidades sin consideración a su volumen, y un incremento de los gastos de su funcionamiento ordinario. Después del revuelo generado, el gobierno parece que va a rectificar su postura, en parte.
Según la vicepresidenta del gobierno, como medida de apoyo a las ONG y otro tipo de organizaciones sin ánimo de lucro, se aprueba la exclusión de la obligación de declarar por el Impuesto de Sociedades a las entidades e instituciones sin ánimo de lucro que tienen muy poca actividad económica, ingresos por debajo de cincuenta mil euros.
Y esto es con efecto retroactivo desde el 1 de enero de 2015.
La medida beneficia a colectivos, asociaciones y otros entes sin ánimo de lucro que cuentan con recursos personales y materiales limitados para cumplir sus exigencias formales tributarias.
La marcha atrás es en firme. Que el ejecutivo haya rectificado aunque sea en parte, es un consuelo, pero la presión a la que se está sometiendo a las pequeñas entidades a nivel fiscal y laboral parece excesivo, e insignificante en el aspecto recaudatorio.
Será interesante conocer el ingreso tributario que supondrán las declaraciones de los clubes deportivos del ejercicio 2015, en general, cuyo presupuesto está entre los 50.000 y los 100.000 euros anuales.
Y lo que no sabremos son las actividades que cada entidad dejará de hacer o declarar para no superar los 50.000 euros de presupuesto.
En el sector náutico todos nos necesitamos; y el ejemplo más evidente es que la flamante norma del impuesto de sociedades se va a cambiar en tres meses por la actuación conjunta de asociaciones y clubes modestos.
Jaume Prats
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