La victoria de Ichi Ban reafirma la leyenda de la 75ª Rolex Sydney Hobart y permite al barco armado y patroneado por Matt Allen pasar a formar parte de un selecto grupo de elegidos con más de un título en su haber y alzar la Tattersall Cup como campeón absoluto por segunda vez en tres años.
Hay que remontarse a 1965, cuando Freya firmaba su tercer título consecutivo, para encontrar una hazaña similar a la conseguida por Ichi Ban. El potente TP52, creado específicamente para afrontar el recorrido entre Sídney y Hobart, se proclamó campeón tras finalizar undécimo en tiempo real y lograr el mejor registro en compensado bajo fórmula IRC.
Celebrada cada año bajo la organización del Cruising Yacht of Australia (CYCA) desde su concepción en 1945, la regata está patrocinada por Rolex como parte de una relación de la relojera suiza con la vela que se remonta a la década de 1960. “La 75ª edición de la regata coincide con el 75º aniversario del CYCA”, explica Paul Billingham, comodoro del club australiano. “La salida del 26 de diciembre ha sido la culminación de todo un año de celebraciones. Una vez más, hemos contado con el apoyo del Royal Yacht Club of Tasmania (RYCT) y de Rolex, cuya asociación se remonta a 2002, uno de los patrocinios más longevos del deporte en Australia”.
Tres décadas de compromiso y dedicación
Para Matt Allen, esta victoria es el premio a toda una vida de dedicación. Compitió por primera vez a los 17 años, en 1980, y logró su primera victoria en 1983 como tripulante del Challenge II. Desde entonces, ha invertido una considerable cantidad de tiempo y esfuerzo para asegurarse de mantener los valores iniciados por los fundadores del evento. En 2017 conseguía liberarse con una victoria que era el resultado de una vida de dedicación. La victoria de este año reafirma la dedicación y el esfuerzo de una tripulación comprometida con el ambicioso proyecto de su armador. “Ganar este año, la que es mi trigésima participación y 75ª edición de la Rolex Sydney Hobart, es algo histórico. A lo largo de los años he podido ver la participación de barcos magníficos, pero es la gente la que hace esta regata: los tripulantes, las relaciones de amistad, la competición. Esa es la esencia de esta regata y de la competición oceánica. La prueba está en mejor forma que nunca, y estoy convencido de que sus mejores días todavía están por llegar”.
La previsión meteorológica antes de la salida ya apuntaba a los barcos en el entorno de los 50 pies como favoritos. En una división que incluía una decena de TP52 y participantes como el dos veces ganador Bob Steel con su Quest, la lucha por la victoria fue cualquier cosa menos fácil. Tras un intenso duelo a lo largo de un recorrido que puso a prueba la habilidad de las tripulaciones para negociar varias transiciones y zonas de encalmada, Ichi Ban cruzó la meta apenas 24 minutos por delante de su inmediato competidor, el Gweilo de Matt donald y Chris Towsend.
Made in Spain
Matt Allen decidió apostar por un TP52 para lograr un sueño perseguido durante tres décadas: ganar la Rolex Sydney Hobart. Tras acumular experiencia con su anterior TP52 (el ex-Azurra de 2011, actual Envy Scooters, en el que compitió el gaditano Rafa Trujillo), confió en Marcelino Botín para diseñar un barco a la medida de la regata y en el astillero castellonense Longitud Cero para su construcción. Botado en 2017, se estrenó con victoria en aquella edición de la regata. “Un sueño hecho realidad”, comentaría entonces su armador. En 2018 finalizó quinto. Para su tercera participación, Allen volvió a confiar en una compacta tripulación liderada por Gordon Maguire (veterano de 19 ediciones) y el experimentado navegante Will Oaxley (18). El resultado: segunda victoria en tres años. “Ganar de nuevo es simplemente increíble”, reconocía en Hobart un emocionado Allen.
Comanche, el más rápido
El Comanche de Jim Cooney y Samantha Grant fue el más rápido en completar el recorrido, ganando una épica batalla entre cinco supermaxis de 100 pies (30,5 metros) para sumar su segunda victoria en tiempo real, tras la conseguida en 2017, año en el que estableció el actual récord de la prueba. En esta ocasión, la ralentización del ritmo por una transición entre dos frentes en mitad del recorrido impidió la consecución de un nuevo récord y añadió un extra de emoción a la batalla entre los cinco grandes que se resolvió en el tramo final. El equipo australiano volvió a confiar la posición de timonel al cántabro Pablo Arrarte, ganador de tres títulos en cuatro participaciones (2015, 2016 y 2019; en 2018 fue tercero). Segundo, a 45 minutos del campeón, finalizó el InfoTrack de Christian Beck, con los españoles Antonio ‘Ñeti’ Cuervas Mons, Willy Altadill y Carlos Hernández a bordo. Tercero, casi una hora más tarde, el Wild Oats de la familia Oatley, que eligió un año más al español Joan Vila como navegante.
En la entrega de premios final, la comodoro del RYCT, Tracy Jackson, resumió 75 ediciones en un emotivo discurso: “Desde Rani (primer ganador) hasta Ichi Ban y Comanche; desde el capitán Illingworth (patrón del Rani) a Matt Allen, Jim Cooney y Samantha Grant; desde los nueve participantes de la primera edición, hasta los 157 de esta. Llevamos un largo recorrido, pero la regata continúa fiel a sus orígenes: el espíritu de aventura, el coraje y el desafío”.