La estabilización de los barcos, sean en marcha o en reposo, es un aspecto de la náutica que los astilleros siempre han tenido en cuenta. Variar a voluntad el asentamiento longitudinal de un barco es algo fundamental para todos los astilleros de mundo. Esta posibilidad hace que los cascos sean más eficientes por consiguiente, el consumo por milla puede llegar a ser más bajo con su uso. Los “flaps” tipo intruder o “interceptors” de Humphree reducen entre un 5 y 20% (según la tipología del barco) el consumo de carburante al activarlos.
También debe reconocerse que los “flaps” han sido a menudo los salvadores de carenas mediocres. Sí, muchos flaps han disimulado demasiado a menudo las limitaciones de algunos barcos a la hora de planear compensando cabeceos y pantocazos obviables.
Debemos reconocer también que “trimar” el asentamiento de las embarcaciones, especialmente las deportivas, es algo que los armadores no realizan o que usan muy poco. Probablemente su poco uso se deba a que con los sistemas habidos hasta ahora, o mejor, a las diferentes calidades existentes en el mercado, la percepción de estar haciendo algo útil con ellos sea prácticamente nula. Entonces, ¿para qué activarlos y usarlos?
Debe saberse que los “flaps” son útiles para compensar vientos laterales en nuestro trayecto, el oleaje o la carga móvil que representa llevar a un grupo de amigos o la familia caóticamente repartida por nuestra motora. Tener o no tener flaps es la diferencia entre poder o no remediar una situación fácilmente subsanable que afecta a nuestro confort en la navegación.
Por otro lado, desde panoramanautico.com siempre hemos reivindicado en nuestros tests la importancia de los flaps y, por qué no, el placer adicional que supone usarlos como una función más en el divertimento que significa pilotar o gobernar una embarcación.
La apuesta por los flaps de cortinilla o “interceptors”
Humphree (juego de palabras que significa libre de joroba, chepa o pantocazos) ha apostado, desde su creación en 2002, por los flaps de tipo “interceptors”. La propia Volvo Penta produjo sus interceptors usando la patente que Humphree registró. A partir del 2013, Humphree fué un proveedor más del megaconsorcio sueco siendo finalmente comprada por el mismo en 2016. Como curiosidad la incipiente Humphree suministró en 2002 sus interceptors y su sistema de estabilizadores en el refit del yate más veloz del mundo en los ’90: el Fortuna. En 2004 hizo lo propio con los primeros y futuristas Wally Power.
Uno de los secretos del sistema Humphree es que el software es increíblemente rápido en la activación de la interceptación del flujo de agua. La interceptación y la resistencia al flujo es lo que hace que la proa se alce o baje o que un lado del barco suba o baje. El tiempo de que el software active esa gillotina interceptora del agua es de 0,7 segundos. Las embarcaciones entre los 35 y 40 pies de eslora empiezan a apreciar la eficiencia de los interceptors Humphree a partir de los 7-9 nudos de velocidad, es decir, todavía en fase desplazamiento del agua, unos instantes antes del planeo.
Humphree ofrece también los interceptors a la carta. La marca es capaz de suministrar un par de interceptors de apenas un palmo hasta los de 2 metros o más si es necesario. La medida longitudinal es el resultado de unos cálculos que Humphree realiza casi a la carta o de los datos suministrados por los astilleros. La mayoría suelen ser rectos ya que los espejos de popa en la carena lo son. No obstante, también hay proyectos especiales que requieren realizar interceptor curvos para ensamblarlos, por ejemplo, en los bordes salientes de los “tubos evolutivos” de carenas de barcos dotados fundamentalmente de ejes.
El Active Ride System de Humphree
Si hasta ahora la activación de los “interceptors” se realizaba manualmente como en cualquier otro sistema de flaps, a partir de 2017 esto cambió con la aparición de un software desarrollado por Humphree: el Active Ride System
Era lógico esperar que apareciera algún día un sistema automático que activara el uso de los interceptors para adecuar el barco a las condiciones de mar, viento o carga. El Active Ride System se vale de un pequeño giroscopio y un acelerómetro para avanzarse unos milisegundos y compensar el barco según las circunstancia de navegación.
Se trata, sin duda, de la solución ideal para aquellos aludidos anteriormente que renunciaron al uso de los flaps por su aparente ineficiencia. Nosotros podemos decir que en los ensayos realizados esta temporada con mar formada en la bahía de Palma, el sistema funciona muy bien, de inmediato, siendo muy evidente la mejora en el confort en una navegación realizada con marejada y F6-7 de viento. ¡Buenas noticias pues para la náutica deportiva!
Las pruebas las realizamos en una Fairline 48 Targa, en un Menorquín 42 y en una Fjord 42 Open fueron contundentes. Otros datos concluyentes tomados en nuestros ensayos son que, en cuanto al consumo en la Fairline 48 Targa, ésta consume 107 L/H yendo a 18 kn de velocidad sin los interceptors activados y 98 L/H con el sistema activado.
La estabilización de Humphree fondeados
En 2015 Humphree gana el premio DAME a la innovación con la presentación de sus estabilizadores. Estabilizadores, cual unas aletas pectorales de un pez, que mantienen con una pasmosa efectividad una estabilidad perfecta de un barco en reposo. El principio es el mismo que con los interceptors: actúan eléctricamente también gracias a un servo que va a DC-24V, es decir, sin la necesidad de proveerse de un generador o batería específica para su funcionamiento dado su bajo consumo. Los alternadores del motor principal cargarán las baterías que alimentan el sistema durante los trayectos. Además, con el barco fondeado el sistema puede funcionar por largo iempo sólo con la energía de las baterías. Eso implica menos ruido, menos combustible y menos desgaste.
Los estabilizadores Humphree pueden ser instalados en embarcaciones desde los 12 a los 50 m de eslora. Dependiendo precisamente de su eslora se pueden instalar dos estabilizadores (uno por banda) de 0,45, 0,6, 0,8 o de 1,0 m de tamaño o incluso 4 estabilizadores, dos por banda, de 0,8 u 1,0 m. Los estabilizadores realizados en carbono pueden estar incorporados a carenas que vayan a 35-40 nudos de velocidad y no producir por ello ningún tipo de cavitación.
Los estabilizadores Humphree tienen varios programas de actuación según el momento del día como el modo Sleeping, Play & Relax y Eating. Quizás el más interesante e innovador es el que, gracias a sus servos eléctricos que permiten rotar en 360º al estabilizador, puede mantener el ancla de la cadena con una mínima tensión orientada siempre hacia el viento evitando el clásico desplazamiento errático o borneo inducido por estabilizadores que sólo pueden rotar 140º. ¡Un gran y silencioso avance!
Adiós a la engorrosa hidráulica
Por otro lado la seguridad de la embarcación queda totalmente garantizada en caso de impacto con un OFNI (Objeto Flotante No Identificado) en uno de los estabilizadores. Ante un impacto, el estabilizador se romperá por una zona que actúa como fusible conectada al servo no perjudicando en nada a la carena del barco.
Un servo eléctrico muy eficiente, de pequeñas dimensiones que evita el montaje de sistemas hidráulicos y sus sucios mantenimientos. Un sistema eléctrico que actúa con una mayor rapidez y precisión según las indicaciones del giroscopio.
En 2015 Humphree ganó otro premio DAME a la innovación gracias a la intregración del sistema Interceptors con los estabilizadores laterales. El packete básico que integra ambas estabilizaciones tiene un PVP recomendado de a partir de los 3.500€ para la Serie X. Pero como cada barco es un mundo y las dimensiones y portes del los mismos es una enorme galaxia de particularidades, lo sensato es comentar que para opciones normales, asimétricas customixables con “fins” (aleta estabilizadora) aparte o incluida, los precios pueden variar mucho. Lo ideal es consultar con Camber Marine representante exclusivo de la marca para España.
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