Los cuatro líderes de la Barcelona World Race se mantienen alineados para pasar el Ecuador pero las distancias entre ellos se han hecho algo más acusadas en las últimas horas. Así, el Hugo Boss de Alex Thomson y Pepe Ribes navega en primera posición unas 28 millas por delante del Cheminées Poujoulat. El Neutrogena se encuentra unas 40 millas por detrás y está yendo ligeramente más al oeste que el Hugo Boss. El GAES Centros Auditivos está a unas 75 millas al NE de la unidad líder.
Las previsiones indican que el barco de Bernard Stamm y Jean Le Cam podría pasar al hemisferio Sur cinco horas después que Alex Thomson y Pepe Ribes.
Las velocidades han caído, como se esperaba. Estos barcos están navegando esta mañana de domingo a unos 13 nudos, aunque el GAES Centros Auditivos marca sólo 5 nudos.
El Renault Captur está más al este y deberá ganar oeste, al menos hasta la longitud 27ºO, si quieren perder menos tiempo en cruzar los doldrums, cosa que harían un día y medio por detrás del Hugo Boss.
En cualquier caso los doldrums serán benévolos. Alex Thomson y Pepe Ribes podrían estar navegando con los alisios del SO mañana.
El We Are Water y el One Planet, One Ocean & Pharmaton navegan aún con buenos alisios, de unos 20 nudos, aunque irán cayendo. El Spirit of Hungary está a unas 200 millas de Cabo Verde.
Post de Guillermo Altadill, Neutrogena
El Neutrogena planea en las olas a 23 nudos, la luna está arriba del todo y se ven perfectamente las olas plateadas. Llevo los cascos de música puestos y suena Bob Dylan (Knocking on the heaven’s door). Voy pensando en mis cosas: la suerte que tengo de hacer esto, mis hijos, mis amigos, como van a ser los días que nos quedan en la proa y como han sido los que se quedan en la estela. También intento inmaginarme cómo será la regata cuando empiece el Sur, esas noches en que ya no puedes escuchar música, ni pensar en tus cosas, donde el océano, las olas y el viento reclaman tu atención y la única música que oyes es el estridente violín de la jarcia, los tambores de los impactos del casco con las olas o el rugido del león cuando el timón cavita. Mientras, Dylan sigue cantándome al oído y pienso que ya está bien de pensamientos y de cavilar en lo que aún no ha pasado; ahora lo que tengo que encontrar es la puerta del hemisferio sur y hacer que el Neutrogena vaya más rápido.