General
La francesa Promarine llega al mercado nacional de las semirrígidas. Con una experiencia contrastada desde 1982 en la construcción de embarcaciones rígidas para terceros, ha irrumpido desde 2015 en el mercado internacional de las semirrígidas "Made in France" con unas propuestas interesantes por su calidad constructiva y de navegación, funcionalidad y con el atractivo de ofrecer una buena capacidad de “customización”.
La Helios 23, una de las tres opciones que compone esta gama formada por la Helios 25 y 27, con una potencia máxima autorizada de 200 caballos llega de la mano de Corporación Náutica que dirige Ricardo Álamo. Con un temporal invernal nos aventuramos a probar su versión “style”. Casi se diría que estamos en las mismísimas condiciones de mar agitado tan habitual en la Bretaña francesa. La prueba ha sido superada… ¡con nota!
Navegación
Helios 23, con margen para soportar bien la potencia
Con marejadilla, por estar pegados a la costa, y viento F6-7, con dos personas a bordo, nos proponemos ponerla al límite gracias al fueraborda DFSuzuki 200 caballos y una hélice de 16×23”. En un momento dado, lo intentamos pero “solo” alcanzamos, por prudencia, los 42,2 nudos de velocidad (65L/h) en un intervalo de mar más o menos plano a 5.500 r.p.m. A 6.000 vueltas la velocidad hubiera sido de 44 nudos (68 L/h) tal y como nos advirtió el astillero. ¿Es necesaria esta velocidad para apenas 7 m de eslora total? No. La experiencia, no obstante, nos sirve para constatar su fiabilidad y, sobretodo, su rigidez y fortaleza general con un pellizco de sobremotorización. Su velocidad crucero, 4.000 r.p.m., arroja una velocidad de 29 nudos (26,5L/h). La relación peso potencia es alta, cosa que percibimos en los 3,45 segundos que tardamos en alcanzar el planeo. De 0 a su velocidad máxima la alcanzamos en 12 segundos.
Urgando en sus interiores más íntimos, el interior del casco, vemos un buen laminado hecho a mano, con tres redanes por banda reforzados longitudinalmente. De ahí su buena rigidez y fortaleza ante los inevitables pantocazos que vamos dando. Inevitables en unas condiciones de mar en la que todo aquél que tuviera una embarcación de este porte ligero debiera estar en puerto amarrado esperando que amaine. La experiencia, como decíamos, nos sirve para contrastar un casco con una “V” excelente, de 21,5% (deadrise) lo que en definitiva minimiza las brusquedades en un día no tan “ajetreado” como el de la prueba y que aporta confort a los que vayan sentados en la bañera como pasajeros. Los dos redanes por banda sustentan muy bien la embarcación en planeo y cuando bajamos la ola evitan que nos hundamos en su vaguada o, como suele decirse, “pinchemos” con el consiguiente remojón. ¡Buena eficencia!
El puesto de gobierno es funcional, con un asiento de simple apoyo y con una excelente protección de los elementos gracias a un gran metacrilato, que parapeta muy bien del viento y del mar en general a los dos que van en el puesto de gobierno. La seguridad del acompañante, curiosamente ubicado a Er., es muy buena pudiéndose agarrar bien en el gran asidero existente. No falta una gran guantera y una correcta distribución y espacio para el instrumental de navegación como un plotter de mediano formato, el tacómetro y a palanca del gas. El compás, como debe ser, corona la consola.
Habitabilidad
Distribución clásica infalible con picardía
La Helios 23 Style no ofrece ningún riesgo creativo en cuanto a la distribución de su cubierta. Sus escasos 7 metros ofrecen en proa un gran solario instalado encima de dos cofres con aperturas asistidas mediante unos efectivos pistones de gas y un muelle. Se puede apoyar uno en la pared de la consola de gobierno gracias a una colchoneta pegada a ella. Sin duda, a velocidad moderada y el mar en calma, es un buen punto de disfrute. La estiba de pertrechos y de las propias colchonetas de toda la embarcación caben bien. La Helios 23 Style ofrece, dentro de su consola de gobierno y de ahí su tamaño, un habitáculo para la colocar un WC químico. Detalle que se aprecia. El castillo de proa, en el que hay un escobén extensible muy práctico para guiar el cabo o la cadenita del fondeo, resulta ser una atalayita suficiente donde sentarnos en plan contemplativo.
En popa, la disposición de la bañera está dispuesta en “U” abierta con dos bancos laterales, que esconden sendos cofres de estiba, y un banco, el más largo, de popa cuyo respaldo, más alto que el de los laterales, dando espacio para el izado completo del fueraborda Suzuki. Sacamos la mesa rectangular, para crear una dinette para unas séis personas y luego un postizo de los cofres y montamos, también un solario. El acceso a la plataforma de popa partida en dos es sencillo, venciendo la altura del respaldo de popa y menos si lo abatimos.
El asiento del piloto, es de aquellas picardías que tanto nos atraen y que contribuyen a la diferenciación. Además de ofrecer un grifo con un seno para lavarnos las manos y un agujero que actúa como “metecosas” al levantar el tapizado, permite que la bañera “respire” haciéndola ópticamente más grande y desahogada. Ello se debe a que este set, perfectamente atornillado al suelo, tiene forma de “L” invertida evitando una pared que encorsete o cierre el espacio de la bañera. En nuestros embites contra el mar, constatamos la fortaleza de un asiento que pende en el vacío y soporta bien el peso del piloto y copiloto. Este mueble/set posee unos fornidos asideros. El paso hacia proa sólo se puede realizar por babor y posee un leve escalón. El suelo está forrado con un esponjoso material en gris que emula algo a la tradicional teca. La bañera queda rematada por un arcoportaradar que parece imprescindible para desplegar un generoso bimini.
Balance
Helios 23, la experiencia que se palpa en los detalles
Debemos decirlo. Con 150 caballos de potencia, en vez de los 200 probados, es suficiente para disfrutar, sin riesgos, por aquellos que no tengan excesiva experiencia. Asimismo, desde esta opinión, se desprende que nos beneficiaremos de un menor consumo y de algún ahorro en el presupuesto de compra
La Helios 23 Style muestra la experiencia, tanto en el diseño propuesto, clásico e infalible como en su construcción que delata mucha idea… ¡y millas navegadas! En este aspecto, nos llaman la atención los resfuerzos del casco, en los redanes y en las cubetas “soldadas” al casco de los cofres de proa que contribuyen a la rigidez y solvencia estructural.
Los asideros grandes y gruesos, agradables al tacto y con el inoxidable algo aleteado ofrecen una mejor ergonomía al agarre. El castillo de proa está muy bien diseñado para el tiro de las amarras y de la línea del fondeo, mediante molinete si fuera el caso.
Los flotadores están compartimentados en dos con su debida válvula sobrepresión. El cintón es efectivo y el neopreno-Hypalón de la marca Orca de los foltadores es excelente ofreciéndose en tres colores base: negro, gris y beige.
La “customización” es uno de los atractivos de la Helios 23 así como en los otros dos modelos de 25 y 27 pies de la gama. Se puede elegir el color de los tubulares, del gelcoat (gris o blanco), el de las tapicerías y alguna que otra demanda especifica. El resultado es una combinatoria de hasta 45 propuestas diferentes. Ello es posible porque el astillero controla muy bien la producción, 100×100 francesa, y puede permitirse que ésta no sea totalmente estandarizada. Promarine ha producido 45 unidades de la Helios 25, diez más de la 27 y siete desde su lanzamiento en el pasado Salón de París. Esta unidad está dotada de tres opcionales como es el arco de arrastre, el WC químico y el revestimiento “cerdeck” esponjoso del piso de la cubierta.
Nos complace la Helios 23 Style y no podríamos estar más de acuerdo en que estamos ante una embarcación bien realizada, con gusto y con mucha experiencia en su construcción. Sí, estamos ante un claro ejemplo de una buena costura bretona.