General
Greenline Yachts es una referencia inevitable en el mundo de los barcos híbridos. Sí, el mayor constructor de barcos híbridos, se está convirtiendo en la 1ª opción en el "short list" mental de aquellos que, ya de vuelta de todo, aspiran a una navegación tranquila –slow- con una comodidad y habitabilidad fuera de toda duda. Fotos: E. Tarrés y Greenline Yachts
No es la primera vez que realizamos una prueba de un barco de Greenline Yachts. Reconozcámoslo, ¡siempre nos sorprenden por su innovación en cuanto a comodidad y habitabilidad! Sobre el asunto de su propulsión híbrida,… no han habido grandes avances desde nuestra última prueba con el Greenline 33 y 40. Lo que sí es importante destacar es que este Greenline 39 Hybrid es una excelente opción para “costear” por los litorales más sinuosos de nuestro país.
Navegación
Greenline 39 Hybrid, navegación -slow-, sin prisas
La unidad probada en Marina Port Ginesta, base de Greenline Spain, está dotada con un motor Volvo Penta D3-220 Hp con transmisión de eje y un motor eléctrico Mahle de 8kW de carga. Este modelo también se ofrece con un motor Yanmar 8LV-370, aunque no se puede disponer del motor eléctrico Mahle ni de otra marca. Esta unidad posee una bancada de baterías de litio que suman una carga total de 11,5 kW (recargables en 1 hora y media desde el pantalán) que, puestos a decir, ofrece una autonomía de unas 7 millas a máxima velocidad en modo eléctrico con una entrega de 10kW y una velocidad que en nuestro ensayo es de 5,5 nudos con mar plana, de 4 nudos a contra ola (marejadilla) y 5 nudos de velocidad con el mar de popa. La autonomía también la podemos dar en tiempo siendo la máxima de 46 minutos. Las condiciones de la prueban son con un 73% de la capacidad de combustible posible, un 43% de agua, casco limpio y 5 personas a bordo. Según astillero, en condiciones ideales” navegando eléctricamente a 4 nudos de velocidad se tiene una autonomía de 20 millas. Resulta especialmente interesante y curioso realizar las maniobras de atraque/desatraque en modo eléctrico usando también sus hélices de para y de popa. La única diferencia es que al silencio solo se le añade un característico zumbido eléctrico.
Nos fijamos en las dos placas fotovoltaicas (equipo standard) de su techo que, en definitiva, sólo compensan el consumo eléctrico de la cocina y de todos los elementos que pueda haber. De hecho, las placas solares trabajan siempre y pueden también cargar las baterías con lo que la necesidad de cargarlas desde el puerto no es una necesidad imperiosa pudiéndose prescindir de él si la gestión energética a bordo es meticulosa y coherente en el uso intensivo de todo cuanto funcione eléctricamente. Para ello se dispone de un display de gestión energética desarrollado por Torqeedo muy claro en la exposición de datos, tanto en los referentes a la carga como en los que se estén usando. Nosotros creemos que la gestión de la energía a bordo puede incluso ser un elemento más de distracción/diversión que, sin duda, tiene una componente pedagógica muy aplicable en la gestión de la energía de los hogares en tierra del futuro… ¡inmediato!
E inmediato es que al Greenline 39 Hybrid y a su versión motor único con Yanmar 8LV-370 se le sume la versión totalmente eléctrica , la e-Drive, que se va a presentar mundialmente en el próximo Boote de Düsseldorf.
¿Y cómo navega… contaminando?
La navegación a motor de combustión interna naturalmente es otra cosa y es como nos permite también valorar mejor las prestaciones de su carena y casco en general navegando en el mar.
Debemos decir que con la potencia disponible, 220 caballos de un único motor Volvo Penta D3, la navegación también está pensada para armadores slow. Y es que su velocidad máxima es de tan solo 15,8 kn a 4.000 r.p.m. (47 L/hora). Puede parecer frustrante para la mayoría… pero es la filosofía slow del astillero. A esta velocidad los 7.500 kg de su desplazamiento “entra” en una fase de pre-planeo no alcanzando el planeo puro. Quien quiera unos registros más habituales deberá prescindir del motor eléctrico y pedir la opción de 370 Hp de Yanmar y podrá alcanzar los 23,4 nudos de velocidad máxima a 3.800 r.p.m. y los 19,7 nudos a una velocidad de crucero de 3.400. El barco que probamos navega cómodo a 3.000 vueltas, en claro desplazamiento, a una velocidad de 10 kn.
La marejadilla, bastante molesta, nos hace constatar que, a pesar de tener un buen lastre compuesto por el peso de la bancada de baterías, el Volvo Penta D3, el motor eléctrico Mahle, los tanques de combustible y agua y un quillote en su casco (como una pequeña quilla corrida), el barco es sensible al oleaje. Lo achacamos, también probablemente, a su carena que es bastante plana, condición importante para exprimir al máximo sus prestaciones en modo eléctrico.
Habitabilidad
Greenline 39 Hybrid, la vida fácil y cómoda
Curiosamente lo primero en que nos fijamos es en la asimetría de la sobreestructura. Nos damos cuenta en seguida que para transitar de la bañera a la proa y volver, es más cómodo hacerlo por el lado de Estribor ya que tiene el pasillo más ancho y profundo que el de babor. Por el babor se puede transitar, pero es algo incómodo por la estrechez, por la dificultad de agarrarse al asidero escondido bajo el voladizo del techo y porque el acceso al final hacia la bañera no es nada amistoso para hacerlo con comodidad.
Por otro lado, nos parece espectacular su bañera que, además ofrece la singularidad de ser totalmente abierta al mar ya que parte del espejo de popa es abatible mediante un sistema eléctrico. Debido a esta apertura, la bañera ofrece un banco en “L” en la banda de babor, que esconde el refrigerador del aire acondicionado, y un banco en la esquina de la aleta opuesta.
El solario de la proa es amplio y cómodo para dos o tres personas a los sumo. Se encuentra elevado y está dispuesto en formato casi de isla gracias al efecto que ofrecen los dos amplios y profundos pasillos que bordean la sobreestructura. El conjunto queda perfectamente delimitado con los guardamancebos rectos que ofrecen una sensación de seguridad. Curiosamente no advertimos ningún asidero en los laterales donde supestamente va colocada la colchoneta del solario.
Lo que nos llama la atención, además del prominente escoben del ancla de la proa, es el acceso a su interior que protagoniza, en primer término, una cocina que colinda precisamente con la bañera. La cocina muy bien dotada de electrodomésticos y bien distribuida para los asuntos de la estiba de menaje, puede quedar totalmente abierta a ella gracias a que la mitad de la gran cristalera que cierra el interior del salón, se abate hacia arriba asistido por un megapistón sujetándose bajo el voladizo de la entrada. En esta posición se favorece el concepto de “cocina americana” gracias, en parte también, a la extensión que se despliega de la encimera de trabajo de la cocina dispuesta en “L” favoreciendo así el tráfico de la comida y bebidas hacia el exterior. En el lado opuesto de la cocina se nos aparece una nevera combi de formato “terrestre” a juego con la vitrocerámica de 2 fogones.
En el mismo ambiente está el salón compuesto por un sofá en “C” para unas 4-5 personas con una mesa fija en un plano superior al de la cubierta que, según su uso podemos considerarla como dinette. Enfrente un mueble bajo esconde armarios, algún cajón, una bodega refrigerada y sirve al mismo tiempo para camuflar al monitor de TV que se escamotea eléctricamente. Por delante, se dispone del puesto de gobierno para dos de base abatible, con plataforma abatible en el suelo y salida a través de una gran puerta corredera al pasillo de Estribor.
Pernoctas para 4 personas
La acomodación, en la cubierta inferior, se compone de dos camarotes dobles. El de proa posee dos camas individuales que con un movimiento tipo “tijera” conforma una cama doble de buen tamaño. La espaciosidad y luminosidad se debe a los ventanales que rodea la estancia a la altura del techo y que dan a la cubierta principal y a los dispuestos en las amuras por donde mirar al exterior siempre y cuando estemos reclinados en el cabecero de la cama. Desde esta estancia se tiene acceso directo al lavabo que posee una buena holgura tanto frente al seno del lavadero como dentro del compartimento cerrado destinado a la ducha. Se puede salir del WC por la segunda puerta que da al distribuidor lo cual nos indica que este lavabo, el único disponible, pude ser también compartido en caso de que haya otras dos personas morando el segundo camarote. Un camarote, con dos camas individuales dispuestas longitudinalmente en sentido avante, que está en una cubierta inferior. Posee armarios para la estiba y una entrada de luz desde un portillo tipo “ojo de buey” y por una claraboya cenital justo a la entrada del camarote donde se encuentra una asiento muy útil para vestirse con seguridad sentado.
Balance
Greenline 39 Hybrid, conectando con el futuro
Seamos sinceros. De momento tener un barco híbrido, a nuestro entender, no es un asunto “esencial” para justificar un ahorro de combustible. El que piensa en un barco híbrido es porque siente la necesidad de participar en los cambios que la Tierra necesita. Sin duda, la tecnología “hybrid” de este Greenline 39 es el paso intermedio previo y necesario a los barcos totalmente eléctricos y energéticamente “autosuficientes” de verdad. Ese ideal está aún por llegar y no falta mucho… ¡Pues sí! En el Salón de Düsseldorf va a presentarse este modelo en su versión e-Drive, es decir, totalmente eléctrico. ¡Enhorabuena por este importante avance!
Mientras tanto podemos seguir disfrutando de un barco propulsado por un motor de combustión interna, al que le va más la navegación de desplazamiento que en planeo. Más que de su navegar, claramente orientado a las aguas tranquilas de las aguas interiores, con el lujazo que supone hacer trayectos sin contaminar, nos quedamos con su habitabilidad y confort para una vida a bordo durante muchos días. Una habitabilidad pensada para 2, o incluso, 4 personas en navegación con todas las comodidades para la vida bordo, empezando, por ejemplo, por su excelente cocina o el detalle de ofrecer los enchufes de 220V y salidas paralelas USB. Su capacidad de estiba es importante, tanto en la acomodación como en otros puntos como en la bañera gracias a sus dos grandes cofres.
Greenline Yachts también exhibe unos buenos acabados en sus aceros inoxidables como en los gelcoats. Nos llaman la atención las gateras con roldanas para los cabos, las bitas o los voladizos laterales que cubren parcialmente el primer tramo de los pasillos. Y en especial nos gusta el puntal que soporta el voladizo del pasillo derecho ya que exhibe un acabado con el insertado de un cristal haciendo más liviano su aspecto. La línea exterior del barco es francamente bella destilando una interesante modernidad. Si, el Greenline 39 Hybrid heredero directo de aquél Greenline 40 probado hace un tiempo, ha evolucionado en detalles que lo han hecho enormemente atractivo entre aquellos que no tengan prisa en sus navegaciones, para aquellos que, en definitivamente, se toman la vida “slow”.