Algo similar me ha ocurrido este verano de 2018, pero esta vez me ha cogido a mí al contrapié, con las embarcaciones menores de 5 metros, aquellas que se pueden gobernar sin título.
Las maniobras de entrada y salida de puerto ya no son lo mismo si en la bocana no aparecen de improvisto dos o tres embarcaciones que pueden gobernarse sin título ni licencia.
El Real Decreto 875/2014, de 10 de octubre, por el que se regulan las titulaciones náuticas para el gobierno de las embarcaciones de recreo estableció la vigente regulación de los títulos náuticos que habilitan para el gobierno de las embarcaciones de recreo y las motos náuticas, sus atribuciones y los requisitos y el procedimiento exigidos para su obtención.
Y dentro de esta regulación concretó una excepción en su artículo 10:
1. Para el gobierno de embarcaciones a motor con una potencia máxima de 11,26 kilovatios y hasta 5 metros de eslora, las de vela hasta 6 metros de eslora y los artefactos flotantes o de playa, a excepción de las motos náuticas, no será preciso estar en posesión de las titulaciones reguladas en este real decreto, siempre que no se alejen más de 2 millas náuticas de un puerto, marina o lugar de abrigo y la actividad se realice en régimen de navegación diurna. A los efectos de lo dispuesto en este apartado, los interesados deberán haber cumplido 18 años de edad.
2. No será necesario cumplir con los requisitos de edad ni de titulación regulados en este real decreto a efectos de la preparación y participación en competiciones marítimo- deportivas oficiales.
Dentro de la tendencia imparable del incremento del uso del chárter, la imagen que destacaría este verano es la de una familia saliendo por la bocana del puerto navegado con una embarcación de alquiler menor de 5 metros de las que permite gobernarse sin titulación. Quien dice una familia, dice 4 amigos, o muchos más en dos o tres embarcaciones… una detrás de la otra para disfrutar de un paseo en barco.
La actividad de alquiler de este tipo de embarcaciones está haciendo una gran labor en la promoción de la náutica. No se trata de una náutica popular de remolque, aquella que te obliga a la compra de la embarcación, a buscar una rampa y hacer la maniobra…
La capacidad de ofrecer a una familia o grupo de amigos, por un precio razonable, qué es lo que se siente al gobernar una embarcación y disfrutar de tiempo de ocio en el mar acabará siendo un elemento a tener en cuenta para promover la actividad náutica, y bien harían los concesionarios en reconocer que poner a disposición de cualquiera una o varias horas de disfrute es una buena medida de atracción de nuevos usuarios.
Jaume Prats
609 81 35 10