Hace un par de años tuve la oportunidad de comentar con satisfacción los éxitos conseguidos por los pilotos españoles en el Campeonato del Mundo de estas clases disputado entonces en Jesolo, junto a Venecia. Vale la pena comentar ahora los nuevos éxitos y la situación de esta modalidad.
La modalidad de Endurance está concebida para que participen en ella barcos de recreo, construidos en serie o derivados de la construcción en serie debidamente adaptados para la competición, pero con determinadas limitaciones. La eslora máxima de estas lanchas fue históricamente de 8 metros y la mínima de 5, con cuatro categorías en total, si bien para la temporada 2017 se aumentó la eslora hasta los 9 metros.
La categoría de Promoción no admite más de 150 caballos. Para el resto hay una serie de fórmulas que permiten aumentar la potencia a medida que aumentan la eslora, la manga y el peso del barco. Pueden navegar a bordo uno o dos pilotos que computan a la hora de establecer el peso mínimo necesario. Se admiten motores fueraborda, intraborda o dentrofueraborda, siempre y cuando se cumplan las condiciones de potencia máxima establecida por el reglamento.
Los canarios Falcón y Rivero ganaron una de las cuatro categorías en el mundial que se disputó en Bélgica en 2011. Repitieron en Badalona (Barcelona) en el 2012. Los catalanes Platero y Mallo ganaron ese mismo año el Europeo en Como y los también catalanes Alessandro Pelucca y José María Izquierdo ganaron el mundial de Promoción el 2013, nada más y nada menos que en el lago de Como, un enclave geográfico salpicado de astilleros. Pero la eclosión total de la categoría en España se produjo en 2014, con la celebración de la Copa de Europa en Murcia y del Mundial en Badalona. Un Europeo fue a las vitrinas de Jordi Olesti y David Burgos, pero es que los tres títulos disputados en Badalona se quedaron en casa. Carlos Santaella y Toni Guinot ganaron en la clase Boat Production, Javier García Plazuelo y José Manuel Pardo ganaron en S2, mientras que Fernando López Salinas y Sergio Gómez ganaron en S1. Tres títulos de una tacada fue el éxito internacional más importante de la motonáutica española de todos los tiempos.
Los equipos españoles volvieron a brillar el 2015 en el Mundial de Jesolo donde el gaditano Rubén Ruiz ganó la clase Boat Production. Rodrigo Bóveda y Carlos Pampín ganaron en la clase S2. El Europeo de Como en 2015 aportó dos nuevos títulos: Izquierdo-Pereira en Promotion y Bóveda-Pampín en S2.
En 2016 el Europeo se disputó en Badalona, con un saldo de cuatro títulos sobre cuatro para pilotos españoles: Izquierdo-Pereira en Promotion, Rubén Ruíz en Boat Production, Bóveda-Pampín en S2 y Javier Bracho en S1. El asunto se remató en el Mundial en Como con tres títulos más: Ruiz en su categoría, David Burgos en Promotion y Eddy González en S2.
2017 no ha ido peor. El europeo se disputó en Vigo en agosto para tres categorías, de las cuales dos se quedaron en casa: Fernando López y Sergio Gómez ganaron en Promotion y Javier García y José Manuel Pardo en Boat Production. Por último, el Mundial de Como dejó dos nuevos mundiales: Izquierdo-Pereira en Promotion y Eddy González con el júnior Javier García en S2.
24 títulos internacionales en 7 años. Seis de ellos a bordo de lanchas Graünner de construcción gallega. Más muchas otras plazas de pódium.
Sin embargo, la última regata disputada en Como tiene otros puntos de interés. De las cuatro categorías disputadas dos fueron, como ya se ha dicho, para pilotos españoles, pero es que las otras dos fueron a parar a manos de pilotos belgas. Por primera vez en la historia una regata de Endurance disputada en Italia no veía subir a lo más alto del cajón a pilotos italianos. De tener la casi exclusiva de los triunfos a no tener ninguna media un abismo.
Ahora está por ver el interés que la Federación Italiana de Motonáutica puede tener en volver a organizar ese tipo de regatas si la cosecha va a ser tan escasa, puesto que los costes organizativos son elevados. También hay que tener en cuenta que el aumento de la eslora a 9 metros deja buena parte de la flota obsoleta, a menos que se vuelva a los 8 metros, visto que solo 2 de los 23 barcos participantes en la última regata superaron los 8 metros.
Pero tal vez la consideración más importante deba hacerse en torno a la situación en España. En primer lugar la flota está distribuida entre los puntos lo más alejados posibles: Andalucía, Catalunya y Galicia. 2.000 kilómetros no te los quita nadie si quieres ir a una regata fuera de casa. Con el barco a cuestas.
Además, esta modalidad de la motonáutica no está reconocida como subvencionable por el Consejo Superior de Deportes porque en el último campeonato del mundo celebrado de la especialidad no participaron más de 10 países, y estos no representaron al menos a 3 continentes.
Sin embargo, el propio CSD contempla la posibilidad de otorgar subvenciones a “Otras especialidades y pruebas que a pesar de no cumplir con los requisitos señalados en los apartados anteriores, representan un valor estratégico para el Deporte Español, a causa del liderazgo internacional organizativo o deportivo que ostentan, su carácter de deporte autóctono o por haber conseguido sólidos logros deportivos a nivel internacional en especialidades no competitivas.”
La verdad es que pocas veces se ha dado un liderazgo semejante.
El coste organizativo de una regata de Endurance, que requiere de un circuito de un perímetro no inferior a las tres millas, con importantes espacios para boxes en tierra, grúas, vigilancia, seguridad o salvamento, no es precisamente barato, y debería contemplarse la posibilidad de que la Federación Española recibiera algunas cantidades para sufragar la organización de este tipo de regatas en España y, ya puestos a pedir, no estaría mal que los campeones optaran a los mismos premios económicos que reciben los campeones en otras modalidades deportivas.
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