Los pasados días 19, 20 y 21 de junio se disputó en Jesolo (Italia) el Campeonato del Mundo de Motonáutica de la modalidad Endurance. Los equipos españoles regresaron con dos títulos mundiales.
Ganar una competición motonáutica en Italia es como ganar al rugby en Nueva Zelanda. Especialmente si no eres italiano en Italia ni neozelandés en Nueva Zelanda.
La modalidad del Endurance es casi un producto italiano. Hasta hace pocos años solo jugaban ellos. Poco a poco algunos equipos españoles empezaron a acudir al país transalpino a probar suerte y, poco a poco también, la suerte les acompañó.
Para los profanos, que son mayoría, diré que el Endurance es a la motonáutica lo que los rallyes al automovilismo. Se supone que los barcos que participan en esta modalidad son barcos de recreo, construidos en serie o derivados de la construcción en serie, debidamente adaptados para la competición, pero con determinadas limitaciones. La eslora máxima de estas lanchas es de 8 metros y la mínima de 5, con cuatro categorías en total.
La categoría de Promoción no admite más de 150 caballos. Para el resto hay una serie de fórmulas que permiten aumentar la potencia a medida que aumentan la eslora, la manga y el peso del barco. Pueden navegar a bordo uno o dos pilotos, que computan a la hora de establecer el peso mínimo necesario. Es decir, correr sí, pero con limitaciones. Se admiten motores fueraborda, intraborda o dentrofueraborda siempre y cuando se cumplan las condiciones de potencia máxima establecida por el reglamento.
Los canarios Falcón y Rivero ganaron una de las cuatro categorías en el mundial que se disputó en Bélgica en 2011. Repitieron en Badalona (Barcelona) en el 2012. Los catalanes Platero y Mallo ganaron ese mismo año el Europeo en Como y los también catalanes Alessandro Pelucca y José María Izquierdo ganaron el mundial de Promoción el 2013, nada más y nada menos que en el lago de Como. Pero la eclosión total de la categoría en España se produjo en 2014, primero por la celebración del Europeo de la especialidad en Murcia, donde consiguieron la copa de Europa Jordi Olesti y David Burgos, pero segundo y más importante, cuando se disputó el mundial en Badalona y todos los títulos (en este caso tres) se quedaron en casa. Carlos Santaella y Toni Guinot ganaron en la clase Boat Production, Pardo y García hicieron lo propio en S2, mientras que Fernando López Salinas y Sergio Gómez ganaron en S1. Tres títulos de una tacada fue el éxito internacional más importante de la motonáutica española de todos los tiempos.
Semejante éxito hacía suponer que nos encontrábamos ante una situación extraordinaria, que no se volvería a repetir. ¿Qué no? ¡Pues bien poco faltó este año en Italia para lograrlo de nuevo!
Ante la flota más numerosa nunca antes reunida y con un mar no del todo apacible, los equipos españoles volvieron a brillar. Desde el primer momento. En la clase Boat Production el gaditano Rubén Ruiz ganó las dos mangas disputadas sin compasión al timón de una lancha Graünner propulsada con un motor Evinrude de 250 caballos, por delante de una Albatro italiana propulsada con un Mercury de 300. Rodrigo Bóveda y Carlos Pampín ganaron en la clase S2 también con una Graünner propulsada con un motor Evinrude de 250 caballos.
Ojo. Graünner no es una marca alemana. Es una marca gallega. Barcos de construcción española ganando a los italianos en Italia. Y lo que es más importante: barcos de recreo, igualitos a los que usted puede ir a comprar mañana para ir a pasear. Eso sí, a pasear deprisa. La única diferencia es que para las regatas se les monta una tapa sobre la bañera por cuestiones aerodinámicas. Nada más. Todo lo demás está salido del molde.
Estos dos títulos no fueron las únicas posiciones en el pódium. También se consiguió la tercera plaza en la categoría máxima, la S1, pero podía haber sido una victoria también. Sucedió que Javier Bracho y Luis Miguel Ruiz ganaron destacados la primera de las dos mangas disputadas, pero tuvieron un grave accidente tras cruzar la línea de llegada. Tan grave que acabó con el barco hundido y los dos pilotos andaluces en el hospital. Bracho y Ruiz hubieran ganado la segunda manga, estoy convencido de ello, de modo que hubieran sido tres títulos. Sin contemplaciones.
Pero aún hay más. En la categoría de Promoción participaron el catalán Izquierdo con el gallego Pereira. Una mala salida en la primera manga les relegó a la cuarta plaza, pero en la segunda manga encabezan la regata destacados cuando se les cayó la tapa de su motor Mercury. Eso equivale a la descalificación. De no ser así, otro gallo hubiera cantado y deja las expectativas en muy buen lugar de cara al futuro. Las posibilidades de ganar más títulos están totalmente abiertas.