La costa de Sydney Harbour se abarrotó de público para ver la salida de la mítica regata Rolex Sydney Hobart, el tradicional recorrido navideño de 628mn que este año parece ser estará protagonizado por varios frentes climatológicos de gran agresividad. De hecho, los 108 barcos han largado velas con vientos del nordeste de entre 15 y 20 nudos y están disfrutando ahora mismo de una gran empopada, pero esta noche tendrán que gestionar un duro frente que pondrá a prueba la capacidad de las 108 tripulaciones y la fortaleza de sus barcos.
Al igual que ocurriera el año pasado, el poderoso Comanche de Jim Clark y su esposa, la ex-modelo australiana Kristy Hinze, ha sido el primero en alcanzar la baliza situada frente a The Heads, en la bocana de la bahía. Le han seguido de cerca los demás favoritos a la victoria en tiempo compensado: Perpetual Loyal, Wild Oats XI, Ragamuffin 100 y Rambler 88. Por detrás les han seguido más de un ciento de aspirantes al triunfo absoluto, el que premia al mejor barco en tiempo compensado.
De acuerdo con Guillermo Altadill, a bordo del TP52 australiano KOA, la flota disfrutará de seis o siete horas de empopada hasta la entrada de “un frente muy rápido pero muy agresivo” que supondrá un cambio radical en la intensidad y dirección de viento. Comenzará a soplar con fuerza de componente sur, aderezado por peligrosos chubascos. “Hará que ciñamos (navegar contra el viento) sobre unas 30 horas”. El español apunta la posibilidad de que se produzcan roturas entre la flota. “Será clave sobrevivir al paso de ese frente para pensar en la lucha por la victoria”.
Una edición para esloras medias
El estadounidense George David, armador del potente Rambler 88, apuntaba en rueda de prensa que “en pruebas oceánicas la duda está siempre entre si será una regata de barco grande o pequeño”. De acuerdo con Altadill, esta edición no será ni una cosa ni otra, y favorecerá a los de eslora media. “Las condiciones afectarán de manera diferente a los barcos en función de su velocidad. Nosotros (eslora media) esperamos que haya una transición rápida que nos permita bajar rápido casi desde mitad de Tasmania hasta la entrada en el río Derwent en popa, y así acercarnos a los barcos grandes. Los pequeños tendrán que ceñir durante más tiempo, lo que ralentizará su marcha respecto a nosotros. Mi apuesta para la victoria en tiempo real es que será para un barco de eslora entre 50 y 60 pies”.
En cualquier caso, los navegantes de los barcos más grandes descartaban esta mañana la posibilidad de mejorar el récord de 1 día, 18 horas, 23 minutos y 12 segundos establecido por Wild Oats XI en 2012. Juan Vila, navegante del barco australiano, pronostica llegar a Hobart en dos días y alrededor de cuatro horas (a media tarde del lunes, hora local de Tasmania). Los más optimistas rebajan ese tiempo a dos días justos.