Obviamente, la tecnología y el equipamiento de seguridad serán los aspectos que marquen las diferencias entre este nuevo crucero y el original Titanic. Así, el modelo nuevo, construido por la compañía náutica Blue Star Line, del multimillonario australiano Clive Palmer, contará con un sistema de propulsión diesel eléctrico, en vez de aquellas máquinas de vapor, estabilizadores y tecnología de vanguardia en sistemas de navegación. Los botes salvavidas, naturalmente, darán servicio al número de pasajeros que puede alojar el buque, que son un total de 2400.
En todo lo demás, aspectos del diseño y habitabilidad interior, el armador ha querido rendir homenaje a aquel crucero que en la fatídica madrugada del 14 de abril de 1912 se hundió en aguas del Océano Atlántico tras chocar con un iceberg. Aquél día, hace más de cien años, murieron 1500 personas más la tripulación.
El nuevo Titanic dispondrá de una eslora de 270 m, 53 m de altura en nueve cubiertas, y podrá alcanzar 24 nudos de velocidad. Contará con 840 cabinas para acomodar a 2.400 pasajeros en tres clases (como en el original) y unos 900 miembros de tripulación, 177 más que en el Titanic original.
Entre las prestaciones, destacan la piscina, los baños turcos y los gimnasios, renunciando a elementos modernos como toboganes para tratar de acercarse lo máximo posible a aquella ambientación de principios de S. XX.
En su viaje inaugural de 1914, el Titanic levó anclas desde Southhampton con rumbo a Nueva York. En 1918, el Titanic 2 zarpará desde Jiangsu, China, con destino a Dubai.