¿Cómo surgió el encargo de la recuperación del barco?
“Soy el capitán del “Islander”, barco clásico que está amarrado a pocos metros del “Niña Luisita”, y esto facilita las cosas. La gente del Real Club Náutico de Barcelona conoce mi manera de trabajar y la de mi empresa de servicios náuticos Barcelona Marine Store. Tras unos años de abandono, la aparición de un nuevo inversor desencalló la situación y me ofrecieron el encargo, que acepté con ilusión. Estamos recuperando el barco”.
¿Reemplazar la mesana fue la primera tarea?
“Fue mi primera toma de contacto con el barco. Antes de la inyección de capital, el presupuesto solamente cubría esta reparación. Salió bien y se siguió navegando en precario hasta hace tres meses, al inicio de la temporada estival. Eran salidas de pocas horas por el litoral barcelonés, como las famosas Golondrinas pero en una goleta de 1932. Se han hecho varias campañas de publicidad a bordo. Embarcar a diez personas (modelos, fotógrafos, técnicos, ayudantes, estilistas…) y que hagan cómodamente su trabajo en mar abierto no es fácil de conseguir en un velero y aquí lo hemos superado con creces, pues la gente repite. La mesana la componen tres piezas encoladas y por el interior pasan los cables eléctricos que no se ven desde fuera. Es difícil encontrar buenos carpinteros, pues normalmente el que hace el trabajo no navega. Hay que transmitirles los aspectos relacionados con las tensiones y flexiones de la jarcia. No es lo mismo un palo de madera que uno de aluminio o carbono”.
¿Cómo planificaste los trabajos? Supongo que hay que saber priorizar para no perder el tiempo en asuntos menores…
“Correcto. Hay que distinguir entre navegación y servicios. La prioridad fue que el barco empezase a navegar en cuanto antes para ir conociéndolo mejor. Además, el armador podía disfrutar de él en el mar de inmediato. Las velas estaban bien conservadas ¡y el motor funcionaba! Se han hecho trabajos cosméticos en cubierta (sanear y barnizar la madera, pulir los metales y limpieza general) y se ha revisado el palo mayor nutriendo la madera. También se han cambiado piezas en mal estado como candeleros y cornamusas. Es lo primero que se aprecia al subir a bordo y da ánimos al armador, pues ve que algo se mueve”.
¿Cómo estaba el interior?
“Se notaba la falta de atención. Hasta hace poco, solamente se entraba en el barco esporádicamente para ver el nivel de agua en la sentina y accionar la bomba correspondiente unos minutos. Una lástima. El confort interior y los servicios van mejorando poco a poco. Bombas de achique nuevas y mejor colocadas y sustitución de un W.C. antiguo por uno moderno, más práctico que el original, al que le faltaban piezas, han sido las primeras actuaciones. Posteriormente se cambió la cocina y se revisó el sistema eléctrico. La lista es larga”.
¿Qué va a hacer el barco el resto del año?
“Vamos a compaginar la navegación de crucero por Cataluña y Baleares con varias regatas del circuito de barcos clásicos del Mediterráneo. Venimos de participar en la Regata Puig Vela Clàssica Barcelona y tenemos previsto ir a Mahón y a Cannes. El plan es seguir trabajando en el barco en invierno con una persona contratada permanentemente, que también será el capitán en verano. Es fundamental que esta persona conozca el barco a la perfección. En un barco siempre hay cosas que hacer y así afrontaremos la próxima temporada con más tranquilidad y menos averías”.
Muchas gracias, Toni. Buena suerte.
Alberto Mir