La administración del presidente francés, Emmanuel Macron, ha propuesto la instauración de un nuevo impuesto para los yates de lujo, coches de alto standing y metales preciosos en el presupuesto de Francia para 2018. Según Reuters, el reciente movimiento de Macron, dirigido a abolir el impuesto a la riqueza en Francia, se suponía que se compensaría con un impuesto inmobiliario. La teoría decía que los yates, los automóviles de lujo y las joyas escaparían a esta nueva tasa, pero finalmente parece que esto no será así.
El impuesto al patrimonio, introducido por los socialistas en la década de 1980, se aplicaba a personas con activos superiores a 1,3 millones de euros al año. Esta iniciativa provocó que cientos de millonarios franceses abandonaran el país para evitar pagar el impuesto, según fuentes del gobierno francés.
“La reforma del impuesto a la riqueza se hacía para que no supusiera un freno para los contribuyentes a la economía productiva, y con ese objetivo se suprimen los impuestos que disuaden a los inversores”, dijo Richard Ferrand, líder del grupo parlamentario Republic on the Move, al rotativo Ouest France. “Gravar la riqueza inmobiliaria es compatible con esto, pero otros bienes como los yates, automóviles de lujo o metales preciosos no contribuyen a la economía productiva, y lo hacemos de acuerdo con el gobierno, para un presupuesto justo y eficiente”.
No obstante, Ferrand dijo que presentará una enmienda que sirva para financiar a los voluntarios del servicio marítimo SNCM (Sociedad Nacional para el Rescate en el Mar). “La reintroducción de impuestos sobre estos artículos no contradice el espíritu de la reforma“, agregó. Este proyecto gravaría a los residentes franceses con barcos de más de 30m, o que lo utilicen a través de compañías comerciales, incluso que enarbolen pabellón extranjero o que estén instalados fuera de Francia. El impuesto oscilará entre 30.000 y 200,000 euros al año, en función de la eslora y la potencia del yate.