La Asociación de Clubes Náuticos de Baleares (ACNB) ha acordado, en su asamblea anual, instar a las administraciones públicas, tanto al Govern balear como los ayuntamientos de municipios costeros, a no “demonizar” la actividad náutica y el fondeo de embarcaciones, y denuncia la “redacción torticera” del decreto de protección de la posidonia hecho público por la consejería de Medio Ambiente.
“Lo que han presentado no es una norma para proteger el medio ambiente, sino contra el derecho al libre fondeo y contra los navegantes de recreo”, aseveró Miquel Suñer, presidente de la ACNB, para quien no hay duda de la existencia de una “campaña a todos los niveles para privatizar el mar y crear campos de boyas de pago concesionados”.
La ACNB ha interpuesto once alegaciones al decreto de protección de la posidonia, en las que pone en duda el “objeto de la propia norma” y plantea un conflicto de competencias. “La consejería de Medio Ambiente se arroga la potestad de regular y limitar el fondeo, cuando es algo que no le corresponde, por no hablar de que ignora, de una manera que no puede ser más que deliberada, las principales amenazas que se ciernen sobre los ecosistemas marinos, como los vertidos masivos de aguas fecales, la ubicación de tuberías de fibrocemento con amianto sobre las praderas de posidonia, el calentamiento del agua o las especies invasoras”, explicó Rafael Palmer, gerente y asesor jurídico de la ACNB, al término de la reunión.
“Es escandaloso cómo el decreto pasa de perfil por todos estos asuntos y muestra una obcecación casi enfermiza con prohibir el uso del ancla, incluso en arena, cuando los buenos usuarios, como hemos repetido en infinidad de ocasiones, no fondean en posidonia, porque no es seguro y porque son plenamente conscientes de su valor medioambiental”, declaró Palmer, quien añadió: “Es un sarcasmo que los navegantes de recreo, los primeros interesados en proteger el medio marino, sean los malos de esta película, y que quienes van de salvadores sean los responsables del pésimo saneamiento de las aguas residuales que acaban en el mar, provocando incluso la aparición de bacterias, como ha quedado científicamente demostrado”.
La asamblea de la ACNB está muy preocupada por la “espiral de medias verdades sobre el fondeo” y porque “hechos tergiversados estén calando en la opinión pública como un dogma. Los navegantes están siendo satanizados a diario con datos carentes de rigor y apenas tienen la posibilidad de defenderse”, lamentó Suñer.
Apoyo al Club Marítimo de Mahón
La reunión de clubes aprobó las cuentas del pasado año, así como los presupuestos de nuevo ejercicio. También felicitó a las instituciones menorquinas por su apoyo “sin ambages” al Club Marítimo de Mahón en su demanda de una concesión de amarres en el Moll de Llevant, frente a su sede social, con los que poder sufragar sus actividades náuticas y deportivas. “Las autoridades menorquinas han demostrado una gran sensibilidad con la labor del Marítimo porque lo consideran una entidad indispensable para la ciudad”, aseguro Miquel Suñer, quien se refirió al anfitrión de la asamblea como un “ejemplo de resistencia y compromiso con la sociedad y el deporte”.
El Ayuntamiento de Mahón aprobó el pasado jueves una moción conjunta en la que pide a Autoridad Portuaria que le facilite la gestión de amarres como medio para obtener recursos y con ello, garantizar la supervivencia de la entidad náutica. Todos grupos municipales solicitaron que el club mantenga los puestos de amarre que actualmente gestiona el Club, “ya sea a través de una autorización de ocupación temporal (AOT) o por cualquier otra fórmula con amparo jurídico“, al igual que hacen la inmensa mayoría de entidades análogas.