La campeona del oro olímpico en Londres en Match Race, Tamara Echegoyen, y la campeona del mundo de 470, Berta Betanzos, ahora equipo ambas en 49er FX, está adaptándose a la nueva clase con mucho esfuerzo. “Es complicado, aunque a lo largo de este año hemos ido evolucionando muy bien”, señala Echegoyen, mientras Betanzos apunta que “es un barco que te exige tomar decisiones con mucha rapidez”.
Su principal objetivo para esta temporada está puesto en el Mundial de clases olímpicas que se disputará el próximo mes de septiembre en Santander, donde esperan clasificar a España para los Juegos Olímpicos de Río 2016.
“Queremos ser el equipo que represente a nuestro país en los Juegos, aunque sabemos que queda mucho trabajo y camino por recorrer. El aprendizaje va parejo al tiempo. De momento, estamos contentas con nuestra progresión”, asegura la patrona gallega.
Ambas regatistas consideran acertada su apuesta por el 49er FX, ya que coinciden en señalar que “la adrenalina que te genera navegar a esas velocidades no se alcanza en otros barcos”, si bien también indican que “a mayor velocidad, mayor riesgo, y eso es lo que da espectacularidad a esta clase”.
“Hay mucho nivel en España en la modalidad masculina del 49er y eso nos ayuda a mejorar rápidamente”, comenta Echegoyen, para quien es “todo un reto navegar en esta clase, un cambio radical a todo lo que había hecho con anterioridad”.
Somos muy parecidas a la hora de trabajar
La medallista olímpica ha participado en anteriores ediciones del Trofeo Princesa Sofía en Match Race, en 470, en Laser Radial y ahora en 49er FX, lo que, en sus propias palabras, la convierte en una regatista muy polivalente. “He vivido el papel del tripulante y el de líder de equipo, aunque echo de menos tener una progresión de cuatro años en una misma categoría”, asegura.
Támara y Berta se sienten cómodas navegando y compitiendo juntas porque confiesan ser “muy parecidas a la hora de trabajar y exigirse”.
“Creo que formamos un buen tándem y que nos complementamos muy bien. Hemos conseguido unificar nuestras respectivas experiencias y contar con un equipo que nos ayuda a afrontar cada regata: entrenador, preparador físico, masajista…”, señala la regatista cántabra.
Sus jornadas de trabajo comienzan a las 8.00 de la mañana y se extienden hasta pasadas las 21.30 horas, donde combinan los entrenamientos en el agua y en el gimnasio, la reuniones técnicas o el visionado de imágenes de regata.
Su base de entrenamiento está en Santander, aunque suelen viajar a diferentes sitios como Palma para entrenar con diferentes condiciones meteorológicas típicas.
Respecto a la preparación física, las deportistas reconocen que no es excesiva: “Entrenamos las mismas horas que antes pero de diferente forma. Lo importante ahora es ser ágiles”.