Los seis barcos que tomaron la salida de esta tercera etapa de la Volvo Ocean Race disfrutan, por fin, de viento y velocidad. Por primera vez desde que salieran de Abu Dhabi, apuntan algunos de los tripulantes, sienten la aceleración del casco.
Al dejar las aguas de la costa de Irán, Paquistán y la India, la flota ha abandonado una zona de belleza extraña y desconocida, en palabras de Amory Ross, de Team Alvimedica. Pero también un área llena de obstáculos, de limitaciones para navegar -como lo demostraban los cazas iranís que dibujaban la zona de exclusión en el aire-, de plástico en el mar, y sin apenas viento.
Por todo ello, los equipos han agradecido más que nunca el viento del que están disfrutando en estos momentos, provocado por el canal entre la India y Sri Lanka. El efecto Venturi que allí se genera ha hecho que la intensidad casi se duplique, y todos los barcos navegan en el rango de los 20 nudos. “Es bueno que este viento haya llegado, nos da más oportunidades para coger a los de adelante”, explicaba Antonio “Ñeti” Cuervas-Mons, proa del MAPFRE. El barco español se mantiene en 4ª posición, en su particular lucha cuerpo a cuerpo con Team Alvimedica, quinto, y es el más favorecido por Eolo con 22 nudos.
Toda la flota registra velocidades por encima de los 16 nudos, con Abu Dhabi Ocean Racing en tercera posición rozando los 19, y han cambiado bermudas por traje de agua. Y en algunos casos, hasta sombreros por cascos. “Parecen esquiadores perdidos en medio del océano buscando su estación de esquí“, ironizaba Sam Greenfield, reportero a bordo del Dongfeng Race Team en ausencia temporal de Yann Riou.
El agua barre por fin la cubierta, pero hay otro factor que mantiene a la flota más alerta que nunca en esta etapa 3: la decisión táctica de por dónde entrar en el Golfo de Bengala. “Pasar o no pasar cerca de la costa de Sri Lanka“, decía ayer Charles Caudrelier. “Ésta podría ser la decisión más importante de la etapa”, añadía el patrón del Dongfeng. Tanto es así, que durante la noche de ayer el bretón cambió totalmente de opinión: de ser el barco más lejos de tierra en el último tramo de costa India, ha pasado a ser el más próximo a la punta Sur de Sri Lanka, aunque ahora el rumbo de la flota comienza a converger hacia el Este.
Sri Lanka cuenta con montañas de gran altura, y el pico de Monte Pedro, de 2.524 metros, arroja una sombra de viento que puede alcanzar, apunta el control de regata, las 120 o 150 millas de longitud. Por todo ello quizás, y dado que eludirla les resultará prácticamente imposible, Caudrelier ha decidido meterse de lleno esperando poder alcanzar antes el viento del Golfo de Bengala, a pesar de que al norte de la flota la corriente del Oeste puede ser más fuerte. Aquél se espera que sea de proa durante los próximos días, y la situación podría complicarse tácticamente hablando por una baja presión de origen tropical proveniente de Sumatra. Pero para eso todavía faltan jornadas. De momento, y tras la compresión que sufrió la flota ayer, Dongfeng Race Team continúa liderando y ha aumentado algo su ventaja respecto al resto, casi 29 millas sobre el segundo clasificado, Team Brunel, y a más de 80 del farolillo rojo, Team SCA.
Barcos como Abu Dhabi Ocean Racing esperan tener en estas nuevas aguas la oportunidad de dar caza al líder. “Sólo estamos a dos horas de ellos, y es en el Golfo de Bengala donde tenemos que intentar cogerlos. También podríamos quedarnos empantanados en el Estrecho de Malaca, pero es ahora donde tenemos que echar el resto”, explicaba Ian Walker. Aunque aún quedan 2.700 millas para llegar Sanya, China, para algunos patrones los próximos días serán cruciales en esta etapa 3 de la Volvo Ocean RAce.