El primer patrón irlandés en la historia de la Vendé Globe: Enda O’Coineen se dirige hacia Nueva Zelanda tras la rotura del mástil de su IMOCA este domingo 1 de enero. De repente, una inesperada racha de 35 nudos de viento ‘abrumó’ su piloto automático.
“Estoy destrozado. Las cosas iban bastante bien”, decía O’Coineen. “Estaba en buena forma. Habiendo llegado hasta aquí sentía que podía lidiar con todo. Fue simplemente una mal función del piloto automático, que puso todo el tren en marcha. Tengo que aceptar la responsabilidad. Lo que pasa, pasa”.
“Me cogió de sorpresa. Tenía entre 20 y 25 nudos de viento y un chubasco violento de 35 nudos vino de repente y el piloto automático falló en el peor momento. Trasluché involuntariamente una vez y luego volví a trasluchar. El barco estaba fuera de control. Tengo que reírme porque de lo contrario me echaré a llorar. El mástil cayó limpio en cubierta y de hecho estaba intacto. Pero todo el aparejo cayó sobre el costado. Tuve que tomar la difícil decisión de intentar salvar el aparejo o salvar el casco del barco”.