General
Tuvimos la oportunidad de probar el nuevo D42 en unas condiciones de marejada, poco habituales en nuestros tests, y nos quedamos con la sensación de estar en un modelo que, de algún modo, ya representa la madurez de un astillero que en tan solo 5 años se ha posicionado muy bien en el mercado.
Ir rápidos y hacer las cosas bien tiene su mérito. En panoramanautico.com hemos probado casi todos los modelos que componen el portfolio de este astillero compuesto por 9 modelos (D28, D34, 42 y D46 y sus variaciones) y podemos afirmar que el D42 exhibe seriamente una madurez alcanzada en tan solo 5 años. A su estela también deben reconocerse sus tres nominaciones a Barco del Año de algunas revistas europeas lo que da pie a pensar que, desde luego este astillero ha causado sensación e interés en el mercado internacional y, por supuesto, en el nuestro.
La marca de Antonio Yachts ofrece también un valor importante como es una marcada personalidad. Las líneas rectas, sin arrufo, y apariencia minimalista han tenido una buena aceptación y ese sello consistente -ya visto esporádicamente hace algunos años de forma intermitente- en esconder o disimular los motores fueraborda, tiene también una buena acogida a pesar de que los motores fueraborda actuales gustan mucho, en general, de lucir por parte de los aficionados. El regatista Marc de Antonio ha sabido impregnar su contagiosa pasión en este proyecto llamado de Antonio Yachts. Y he aquí su último modelo.
Navegación
D42, sólido y marinero
La marejada y un viento de F6 con chubascos intercalados fueron el marco casi “ideal” para probar un yate de casi 13 m de eslora total. Decimos “casi”, porque quizás en estas condiciones no se puedan apreciar según qué matices -como si se puede en aguas tranquilas– pero sirvió para poner a prueba su solidez demostrándonos al final su buena construcción y dotes marineras. Les aseguro que alcanzar 38,5 nudos de velocidad punta con olas de 2-3 m es factible porque en un momento dado el piloto confía en lo que gobierna. En condiciones normales de navegación y con el casco limpio nos consta que la velocidad máxima está en los 41 nudos.
Ni un crujido extraño, un top rígido a prueba de inevitables cimbreos inquietantes y una buena protección tras el parabrisas para las 4 personas sentadas que caben en el puesto de gobierno.
La redistribución de los pesos en el casco, el afinamiento de los redanes, la colocación de dos steps que ayudan al planeo gracias a la presión pujante vertical y la prolongación del casco rodeando la pre-bañera de los dos motores fueraborda, un sello de la casa, fomentan una navegación ágil y una optimización del empuje de los tres Mercury Verado 350 de 350 Hp que llevan en volandas los 8.000 kg d desplazamiento en seco del D42 sumando el peso de los 950 L de gasolina y los 906 kg totales de los tres motores.
Para los amantes de los datos, su velocidad punta es de 38 nudos (6.100 r.p.m.) alcanzados en 25 segundos y en condiciones difíciles de navegación. El tiempo empleado hasta el planeo es de 6 segundos. La velocidad de crucero optima con menor consumo de L/Nm es a 5.000 vueltas con 6,73 L y 219 L/hora ofreciendo una autonomía de 219 millas. Este carrusel de datos no hace más que refrendar el fino trabajo del casco y la gran aportación de los steps. Digamos no obstante que su velocidad de crucero ortodoxa está en las 4.000 r.p.m. (16,4 kn) con un consumo de 9,32 L/Nm y un consumo de 153 L/hora, este último dato el más relevante para el aficionado medio que lo equipara al sistema de medición de los automóviles.
La navegación es grácil en condiciones de mar con olas de 2-3 m de altura. Navegamos con ellas del través para evitar el pantocazo y alcanzar las velocidades deseadas. Pero debemos decir también que a favor de mar –corriendo el temporal literalmente- su comportamiento es noble y hasta dulce no clavando la popa. Debe decirse que en estas condiciones el uso del trim es inevitable y hasta necesario para modificar el asiento longitudinal. En estas circunstancias, todo respondió adecuadamente. A contramar y velocidad moderada el D42 muestra facultades y la capacidad mínima y suficiente como para poder superar un episodio borrascoso. De esta prueba no podemos decir que la navegación haya sido seca ya que cualquier virada el agua salía despedida, pero si decimos otra vez que en el cockpit, la navegación era razonablemente confortable.
La rumorosidad de los motores es percibible, diríamos que aún demasiado para el hipotético objetivo de amortiguarlo tapándolos con una tapa. Si este no fuera el objetivo, si no que la tapa fuera un mero sistema de aprovechamiento del espacio para crear un solario, entonces, nada que objetar.
Navegando con mala mar,… ¡en cabina!
En un momento dado, hartos de la humedad, el viento y del chubasco incesante, nos protegemos en su acomodación. ¡Qué gran idea! Porque el efecto batidora/lavadora mal calzada, no se produjo ante el asombro de los tres periodistas allí presentes. ¡Y encima con unas vistas preciosas del espectáculo de mar que se estaba produciendo en el exterior! Esta circunstancia apoya nuestra tesis de que la D42 es una embarcación, a pesar de sus líneas rectas y anguladas de su perfil, marinera. Ello significa que ante un molesto chubasco de verano en nuestros regresos a puerto, la familia, amigos y conocidos podrán protegerse sin poner en peligro sus vertebras y bienestar en general.
Habitabilidad
D42, habitabilidad exterior e interior espaciosa
Amplios y profundos pasillos hacia proa nos llevan a una zona donde existe un buen solario para tres donde poder estar también medio erguidos en navegación. Fondeados, es muy interesante el banco, también para tres, contiguo al equipo de fondeo y que favorece la conversación.
A popa se halla otro gran solario, de mayores dimensiones que da a la plataforma elevable y sumergible en el agua. El solario está encima de los motores. Nos llama mucho la atención el hábil sistema de estiba de una ténder mediante una grúa y un ocurrente aparejillo desmultiplicado para izarlo y llevarlo hacia su espacio vertical de estiba e insertarlo como un “casette”. El motor Torqeedo 1003 tiene su propi espacio de estiba en vertical. En este espacio se estiban los puntales en carbono para instalar en proa o popa el toldo tipo “haima”. La tapa de este cofre profundo y vertical es la que corresponde a la cabecera del solario.
La bañera luce una modularidad muy buena. Posee un sofá recto que linda con el solario enfrentado a dos mesas de doble ala de altura graduable. La modularidad consiste en que dos bancos de sendas dos plazas se pueden variar de posición. Enfrentándose a las mesas creando una “L” en Er. O en Br. o haciendo la clásica forma de “U” envolviéndolas.. Muy ocurrente y muy sencillo el sistema de anclaje en cubierta. Tras la hiper-modulable bañera se encuentra un enorme set de cocina o wet bar donde hay una gran nevera 12V, vitroceramica, grill si se desea, mesa de tabajo, armarios de estiba… Que nada falte para garantizar una excelente comida o aperitivo/vermout a bordo bajo la sombra.
Acomodación espaciosa, moderna y acogedora.
El interior impresiona nada más bajar por las escalerillas de acceso. Nos encontramos en el distribuidor una minicocina de apoyo claro a la principal del exterior. Un lavabo completo con ducha aparte a Er. que todos a bordo deberán compartir. Y un camarote con cama doble a proa cerrable con una puerta corredera. La altura es especialmente alta en la D42 de de Antonio Yachts. A popa, bajo el puesto de gobierno y detrás de las escalerillas de acceso, se nos presenta, a nuestro entender, como una sala de estar, muy pero que muy confortable con unas vistas al exterior extasiantes. Un espacio donde la conversación puede adueñarse de la atmósfera claramente favorecida por una decoración cálida y acogedora. Un recinto abierto que puede convertirse también en un espacio “comodín” en donde pueden dormir, en cada uno de los tres grandes y amplios tramos del sofá tres personas más i bien conformar una gran cama o incluso colocar una mesa. En esta zona, durante nuestro regreso a puerto, nos quedamos magnetizados de las vistas al exterior. Se nos antoja pensar que esta zona sea, probablemente, una de las mejores desde donde contemplar el paisaje, la vida exterior, a la sombra y sin ser vistos.
Balance
D42 de de Antio Yachts. Todo, todo “casi” perfecto
En realidad estamos ante un barco muy bien acabado, tanto a nivel constructivo o técnico como en la concpetualización de su programa de navegación. Estamos ante un barco de estilo “walkaround” para un programa social de daycruiser o “weekender” pero que admite pensar en alguna que otra escapada más ambiciosa.
Estamos francamente maravillados por la ejecución y la belleza tecnológica, por ejemplo, de la cónsola de gobierno. Muy apropiada y operativa para un barco de esta factura y propósitos. El astillero piensa en todo. El funcionamiento de la “grúa” para estibar el ténder, el lugar de colocación del ténder y su motor fueraborda eléctrico, la hiper modularidad de la bañera. Sí, piensa en todo con acierto.
Bueno, en “casi” todo. Porque nos gustaría, para redondear del todo esta D42 que se tuviera el coraje de abordar la “desaparición” o el disimulo de algo tan feo como el enorme y prominente escobén que soporta el ancla en la roda de proa. Qué pena que siga allí algo tan feo aunque el acero inoxidable del ancla y el sistema de soporte sea de primera. Las líneas exterioresde la D42 de de Antonio Yachts, culminaría, en nuestra opinión, un trabajo general muy bueno. Estamos convencidos de que ello no se ha pasado por alto en el buen gusto de Marc de Antonio y que la competente ingeniería de de Antonio Yachts encontrarán la solución que otros ya han encontrado y aplicado