General
Hemos probado en Denia la E255 de Crownline. Un “juguetito” para pasarlo bien todos. Este modelo de la serie Elipse, aúna todo lo necesario para disfrutar del mar de muy diversas maneras. Y es que el sentido lúdico de las cosas, con lo que los americanos lo impregnan todo, se manifiesta en esta opción que nos presenta Crownline Spain, su distribuidor en nuestro país.
Embarcación de eslora contenida, 7,70m y 2,59m de manga, de fácil manejo y muy polivalente es la que nos hemos encontrado a nuestra disposición en Marina Denia de la mano de Crownline Spain. Genuinamente americana en su aspecto, la primera sensación al verla desde el pantalán es que no le falta de nada. “Producto” redondo como se suele decir, con poco mantenimiento y con muchas posibilidades de diversión. Sus 7,70 m de eslora y su manga de 2,59 m, permite optar a un amarre de los pequeños, gran cosa en la actualidad, y, en su defecto, poderla tener para su invernaje en un rincón de nuestro jardín o incluso en el garaje. Por sus dimensiones, no tributa el +12% del llamado impuesto de matriculación.
Así que, en un día de calma prácticamente total, nos disponemos a jugar a tope con la Crownline E255, despertando ese, a veces aletargado, espíritu golfo que inevitablemente nos inspira la E255.
¡Vamossssss!
Navegación
Crownline E255, una aceleración que quita el hipo
Vamos saliendo por el eterno canal de salida del Puerto de Denia. Llegamos a su final con el motor Mercruiser de 300 Hp y 6,2 L de desplazamiento calentito. Le damos a la palanaca mecánica del gas y salimos proyectados hacia el horizonte. El barco nodriza de Crownline Spain que nos acompaña se queda atrás. A bordo dos personas y el deposito lleno. ¡Gracias!
Nos metemos en el ajo y vamos acelerando en un rumbo rectilíneo dejando una estela en ese espejo de mar del mediodía. Ni una brizna de viento. El tacómetro nos indica la velocidad en Km/hora. ¡Vaya por Dios! Luego lo reseteamos y en la oficina lo paso a nudos. Hasta las 2.000 r.p.m. la Elipse 255 no da señales de vida. Vamos a 8 nudos. A 2.500 vueltas notamos ya un comportamiento de “más lancha” e intuimos que pronto nos pedirá planear. Y así es, a las 3.000 revoluciones por minuto y yendo a 18,5 nudos, debemos domar/retener la E255 ya que nos pide el planeo franco bajando el morro y acelerando sin que nosotros le demos al gas. El step del casco y, por supuesto la forma del casco con una “v” no tan marcada como en otras opciones del inmenso portfolio de este astillero, contribuyen a que la Crownline E255 acelera ella sola, buscando su navegación natural en planeo. Me pongo las gafas por el viento, aunque si me siento quedo totalmente protegido y parapetado de él tras el parabrisas.
¡Vamos pa’arriba! La velocidad de crucero, aquella en la que nos sentimos cómodos al mando y la tripulación también, la apuntamos en los 24 nudos de velocidad. Vamos a un régimen e 3.500 r.p.m. Subimos… la sonoridad del motor es excelente, por ser muy razonable. Hablamos alto por el viento, no porque el ruido del motor nos anule. ¡Buen trabajo! 27,5 nudos a 4.000 vueltas, 32,4 a 4.500 y 33 nudos a 4.800 r.p.m No está nada mal para 7,7 m de eslora y un desplazamiento ligero de 2.500 kg. Una velocidad muy correcta para este tipo de barco con un índice de seguridad, a nuestro entender, excelente. Le damos algo más de caña hasta su tope y alcanzamos los 38,2 kn de velocidad punta con el toldo delantero abierto, con lo cual está claro que podemos alcanzar y alcanzamos los 40 nudos de velocidad máxima.
La aceleración es su fuerte. El Mercruiser y sus 6.200 cm3 dan mucho de sí. En 4 segundos no ponemos en un planeo y en 8 segundos más estamos ya en la velocidad punta (38,2 kn) a la que renuncio ir enseguida. Me parece más interesante comprobar su capacidad marinera haciendo viradas abiertas y en corto. Gracias en parte a la transmisión en cola y a su bajo centro de gravedad, el casco no se desplaza al virar si vamos rápidos. Las viradas en corto, lo mismo con, además, una escora muy llevadera y que, probablemente nunca se producirá si vamos con la familia. No apreciamos cavitaciones, ni ventilaciones de la hélice. Seguro que con los amig@s, será otro cantar, pero no hay peligro.
Se nos eriza el vello y nos produce un gran placer la capacidad de aceleración cuando ya estamos en planeo. Esa reserva de potencia, nos causa una sensación muy gratificante. Unas prestaciones excelentes – su elasticidad al cambio de regimen- del motor en una eslora de este tamaño. No sería recomendable pensar en más potencia ni tampoco… en menos. Precisamente hacer que un barco de estas dimensiones navegue bien, es lo más difícil del mundo. Y Crownline le tiene cogida la medida a esta circunstancia. No es la primera vez que navegamos aquí con los profesionales de Crownline y creemos ya que conocemos bastante bien los modelos y ADN de este superfabricante norteamericano.
La navegación a velocidad de crucero es confortable. El casco parta bien el agua y los inevitables golpeteos contra las olas, son dulces y suaves. El agua que proyecta por las bandas lo hace en el sitio idóneo, a media eslora, y cuando deliberadamente intentamos pinchar una ola frontalmente, en este caso las propias, la forma de su proa que yo llamo “boca de sapo”, aparta bien el agua sin consecuencias. El “deadrise” o ángulo de la quilla medido en el espejo de popa, es apropiado para el programa de navegación de la Elipse 255 de Crownline porque ofrece la comodidad suficiente en navegación. El casco, con dos redanes por banda y un deflector muy pronunciado, contribuyen a una buena sustentación de los 2.586 kg de la E255 dando una sensación de ligereza al navegar. El step o escalón en el casco, contribuye al extraordinario rendimiento del motor.
Sentados en el puesto de gobierno, hubiéramos realizado muchas más millas por la costa de Xàbia/Jávea, un enclave maravilloso con cientos de lugares donde fondear. Y digo sentados porque, para un ratito, lo normal es pilotar de pie sintiendo el viento en la cara. Pero la butaca del piloto y la del acompañante, invitan a sentarse, ajustar la altura e inclinación del volante y fijarse en el paisaje… y en el bonito palier con la completa instrumentación de navegación. Centrado tenemos un plotter de navegación Garmin de formato pequeño, y a sus lados el velocímetro muy a la americana que indican las millas/hora o también en km y el tacómetro que nos refleja las r.p.m. Advertimos una no muy extensa botonera para los servicios y luces de navegación y dos salidas/enchufes de 12V tipo mechero. Naturalmente un display para el Hi-Fi, algo importante en todos los modelos de Crownline que, por supuesto, se encarga de repartir bien el sonido a bordo con salida de sonido en la proa, bañera y en plataforma de baño. En al palier hay una pequeña hendidura que actúa como guantera para llaves, móviles, gafas o cartera.
Habitabilidad
Crownline E255, una cubierta polivalente
La Crownline E255, aparentemente con un estilo o look muy juvenil, tiene el acierto de haber sido concebida para todos los públicos. Tanto para la navegación en familia como para esas maravillosas tardes de wake o ski.
Y es que la excelente transitabilidad a bordo en su cuatro holgadas áreas de la barca, su proa abierta, el puesto de gobierno, la bañera con sus asientos y su plataforma de baño con sus también asientos, dan mucho juego. Y en especial lo da el hecho que el respaldo que separa el asiento de la bañera con los asientos frente a la gran plataforma se abate eléctricamente creando un gran solario. ¡Gran cosa! A este solario hay que añadir la otra posibilidad existente de solario en la proa gracias a la creación el mismo con una base acolchada. Tanto en la proa como en la bañera, existe un especie de cáncamo en la pared donde poder injertar literalmente el pié de una mesilla donde sentarnos a hacer un aperitivo.
En la bañera podemos sentarnos hasta 7 personas o quizás las 9 que admite su homologación para los momentos de conversación si giramos las dos butacas del puesto e gobierno hacia popa. Los que estemos en los dos bancos que forman una “L” en la bañera y en el asiento de Er. más las dos butacas giradas, probablemente nos beneficiaremos de la sombra que nos dará el bimini que se soporta por avante y por popa en el arco portaradar de esta Crownline. La comodidad es excelente gracias a unos tapizados de mucho nivel, un sello, sin duda, de Crownline.
En proa, iremos al abrir la hoja central del parabrisas y la puertecilla díptica de su pasillo. Allí podremos disfrutar del sol en el solario que se puede montar o bien estirarnos en los chaise- longue con reposabrazos, tomámdonos un refresco y con la música siempre bajita ¡por favor!, para no molestar a los vecinos de fondeo.
La plataforma de popa es también muy golosa para disfrutar de las vistas, o en dejar caer un anzuelo a ver qué pasa, o como espectadores del circo que podemos montar con una tarde de esquí o wake. Tenemos salidas de música HiFi aquí también. Se tiene una escalerilla disimulada bajo tapa al igual que en la proa así como una ducha para desalarnos o refrescarnos en un mini compartimiento cerrado.
Con WC, un detalle importante que se agradece
Como siempre es un gran acierto contar con un lavabo amplio y cómodo en una eslora de apenas 8 m. Se encuentra frente al asiento de copiloto y posee un minimueble en donde se tiene un lavamanos con un espejo con una ventana practicable. El inodoro, en la unidad probada, no era marino.
Lo que nos sorprendió es que no hubiera una nevera eléctrica. Pero ya se sabe que los americanos son la sociedad más práctica y deshinibida del mundo. Por tanto no hará falta ya que para el programa como daycruiser a que está destinada la E255, con una nevera de hielo habrá más que suficiente.
Balance
Crownline E255, siempre con la perspectiva y calidad norteamericana
Lo cierto es que, en general, las propuestas que se comercializan en España procedentes de los EEUU, siempre nos parecen muy completas. La sensación es que nos llegan muy vestidas con todo tipo de detalles. Cierto es que suelen ser algo más caras, ¡pero caramba!, lo llevan todo con poca o niguna necesidad de pedir ciertos opcionales. Probablemente en esta E255 de Crownline el único opcional que podríamos pedir es que nos pusieran un molinete. Cosa que Crownline Spain siempre resuelve muy bien. Y lo decimos con la boca pequeña ya que, para determinas esloras, peso y costas, el uso de un ancla con un cabo es igualmente resolutivo.
La Crownline E255, es un “juguete” para todo el mundo. Ya que su uso es muy poliédrico adaptándose muy bien a diferentes momentos o tipos de diversión. Algo tan sencillo como un respaldo abatible es la gran solución para que ello sea así.
Como en otras Crownline probadas, nos parece enormemente atractivo los asientos encarados a la plataforma de baño. Perfectas atalayas para supervisar el chapoteo de los críos en el agua, para tomar el sol, quizás pescar y, desde luego, disfrutar sentados la magnífica estela que deja al navegar, haya o no alguien haciendo cabriolas con las olas que provocamos.
La proa abierta (barco tipo bowrider), muy popular en los EEUU, es otro punto donde perderse, bien estando fondeados, bien en navegación con el siempre beneplácito del patrón.
Otro aspecto fundamental, especialmente importante en embarcaciones por debajo de los 8 m de eslora, es la capacidad de estiba. En esta E255 este aspecto está bien resuelto. Debajo de cada asiento, e incluso, en el piso, hay cofres donde poder almacenar los pertrechos típicos. Desde esquíes a los chalecos, bengalas, toldos y otros cachivaches. Cofres de apertura asistida con bisagras semi-pantográficas que ilustran la buena calidad constructiva y la calidad de los accesorios y herrajes usados. Otros detalles de calidad son las guanteras laterales en el puesto de gobierno, sujetavasos por doquier, woofers HiFi, cancamos de arrastre en la roda o en la popa para el tiro de los deportes acuáticos. Con una E255 de CRownline, ¡hay juego para rato y para todos!