General
Crownline Spain nos propone una auténtica cruiser, compacta y de estilo netamente norteamericano. Es la Crownline 264 CR, una seductora cruiser con la que soñar aventuras es natural, dado que a lo visto y probado… ¡no son una quimera!
Y es que la Crownline 264 Cruiser que puso a nuestra disposición su importador para España desde Marina Denia, Crownline Spain, es una clara invitación a ellas. Destacamos de este modelo de la serie Cruiser su excelente habitabilidad en una eslora de apenas 8 m, lo que además hace que esta opción no tribute un 12% añadido de “impuesto de matriculación”. Una habitabilidad con un nivel alto de confort muy propio de una marca norteamericana respetadísima en el firmamento náutico de ese país. Tuvimos la fortuna de probar la última unidad disponible a la venta aún en España frente a la bella costa de Denia, con un mar en calma que nos permitió percibir su solvencia.
Navegación
Crownline 264 CR, pilotaje dinámico
Los 300 caballos del motor intraborda Mercruiser 6.2 MPI con transmisión de cola y hélices contrarotatorias Bravo III propiciaron un pilotaje dinámico para una embarcación de aspecto robusto y un peso de 2.654 kg en seco. Potencia en gasolina que ofrece una briosidad y respuesta rápida a la demanda que se le hace a través de su palanca del gas mecánica.
Con el motor caliente le dimos velocidad hasta alcanzar una velocidad máxima de 33 nudos a 5.000 vueltas. El motor esta preventivamente capado porque su régimen de vueltas puede llegar a las 6.000 por lo que vaticinamos que su velocidad máxima bien pudiera estar en los 37 nudos. Este dato, en realidad tiene una importancia relativa ya que nos imaginamos la 264 CR como una embarcación para tragar millas a una velocidad de crucero media con familia y /o amigos y no para hacer cabriolas con un pilotaje racing, aunque de poderse, ¡se puede!
Destaquemos pues que su velocidad de crucero “rapidete” la establecemos en los 30,4 nudos a 4.500 r.p.m. lo cual no está nada mal para hacer trayectos de varias horas. Si queremos ir más tranquilos digamos que a una velocidad que tenga en cuenta el consumo, lo ideal sería en unas 3.800 vueltas, esto es a a casi 25 nudos de velocidad. La 264 CR, el segundo modelo de mayor envergadura de esta gama Cruiser, entra en planeo a las 3.500 r.p.m., algo tarde pero no nos extraña ya que su desplazamiento (peso) es de algo más de 2.900 kg. El “aplomo” de los barcos suele ser un factor positivo importante ya que ofrecen una mayor confort en la navegación. Su aceleración es francamente deportiva en este tipo de barco, por lo que vemos que el casco y sus dos redanes por banda trabaja excelentemente.
Una navegación fácil en la que advertimos que el barco antes de su tardío planeo tiende a levantar bastante la proa, por lo que instintivamente damos gas para que su asentamiento sea más paralelo con la línea de mar, cosa que ocurre de inmediato. Abre bien las olas, con suavidad y, aún con su altura, no escora demasiado a la hora de virar radicalmente. Sin duda ofrece confianza. La sensibilidad a la rueda es segura ante un objeto flotante, por lo que podemos variar el rumbo súbitamente sin poner en peligro a la tripulación que pudiera estar distraída. Con el mar como un plato usamos el trim que ayuda a rentabilizar en consumo poniendo el barco en una posición de máximo planeo y ese menor contacto con el agua. Los flaps son igualmente eficientes para esos momento que puedan haber de viento lateral en una embarcación alta o a un desplazamiento de la tripulación en navegación que nos haga escorar también hacia una banda.
Protección
La Crownline 264 CR es una opción que ofrece una indudable protección para los tripulantes. Su alto francobordo como consecuencia del volumen interior buscado, hace que desde el puesto de gobierno haya una buena distancia con el mar y nos podamos sentir protegidos con el mar algo revuelto. La navegación es obviamente seca, tanto para el piloto y su copiloto que comparten asiento como para los que puedan ir cómodamente en el chaise-longue de babor o sentados en el banco de popa. Desde este punto se tiene un buen control del perímetro de la 264CR sólo interrumpido por el arco.
La consola de gobierno muestra bien dispuestos los relojes analógicos de control del motor y la velocidad de la embarcación, en Millas y Km x hora así como los datos esenciales de generación eléctrica, trim, agua, combustible y el trim de su transmisión de cola (stern drive). A la tradición analógica se la complementa con un plotter de pequeño formato donde se añaden los datos habituales que ofrece la señal GPS. Botoneras de los servicios y los botones de los flaps además del HiFi completan esta consola que ofrece un volante orientable gracias a su rótula. Los fusibles de rosca y el VHF se hallan en un plano inferior. El astillero ofrece espacio adicional para cualquier otro aparato de electrónica o bien para poner un segundo sujetavaso. No falta el compás que lo preside todo. A la derecha del piloto, se dispone de una guantera adicional, además de la que existe bajo el volante bajo tapa. La palanca mecánica (mediante cable al motor) del gas, queda un poco atrás para el momento en que decidimos pilotar de pie.
Habitabilidad
Cronwnline 264 CR, un crucero “pocket”
Los americanos son unos grandes especialístas en hacer razonablemente habitables para la vida a bordo las embarcaciones pequeñas, lo cual tienen mucho mérito.
En cuanto la habitabilidad exterior, la 264CR ofrece un buen solario en proa para esos momentos de fondeo. Se accede por la escalerilla en el molde de la puerta corredera de entrada a la acomodación situada en la crujía, justo al lado del puesto de gobierno. Y justo en el otro lado, a babor, se encuentra un banco para dos o un mini “chaise-longue” para que uno pueda estirarse algo erguido.
La bañera no es formalmente muy grande pero si está bien dimensionada entre elementos para que el paso por ella sea cómodo. Se comparte en ella un set con un fregadero y un armario en donde se ubica una nevera de hielo que pudiera ser de 12V. Si damos la vuelta 180º al asiento doble del piloto, formaremos, junto con las tres personas del banco de popa, una dinette para 5 al colocar el pie de una mesa insertado en el tintero dispuesto en el suelo. Una zona interesante a resguardo del sol gracias al bimini que se despliega por avante del arco y también por detrás. Los whoffers de la música y los sujetavasos contiguos se combinan en el mismo lugar con el magneto de las baterías y el magnetotérmico de seguridad del sistema eléctrico general.
La versatilidad de esta zona culmina con la posibilidad de abatir eléctricamente el respaldo del banco de popa para formar un solario y, también, una vista más diáfana al mar con la plataforma de baño por delante. Un respaldo abatible que nos permite sentarnos cómodamente en sentido popa y estar “más” cerca del mar si cabe. Bajo el solario, está un pequeño cofre de cubeta de estiba y el motor al cual se accede levantando la tapa mediante un pistón eléctrico por la bañera. Existe un pasillo formal con un porticón de cierre de seguridad justo en el peldaño del piso.
Confort y encanto bajo cubierta
El interior de la 264CR de Crownline ofrece un atractivo muy interesante. Con un estilismo clásico, rápidamente uno se percata que la vida a bordo puede ser “charming”, muy agradabe y con encanto. Nos gusta la atmosfera que se respira y, desde luego invita a quedarse como mínimo el fin de semana a bordo. Tapizados bien realizados, moqueta en las paredes del gelcoat de los asientos/cofre, suelo con tonos “efecto parquet”, un gran espejo que aumenta la sensación óptica de espacio y una altura a la entrada muy confortable. Seguro que con este bonito panorama se tenderá a fantasear con alguna aventura veraniega (¡o no!) de más de un fin de semana, especialmente si nos atenemos al nivel de equipamiento que se ofrece.
Además de una gran superficie donde dormir dos personas en proa, que a su vez se convierte en una dinette para seis si montamos la mesa, pueden pernoctar dos personas más en el camarote transversal que se halla bajo el puesto de gobierno. Camarote bien iluminado con luces para la lectura, con huecos para colocar enseres personales y estar tranquilamente, además de su portillo practicable. El camarote puede ser más íntimo si se corre la cortina de su entrada.
Nos llama la atención el mueble set de cocina. Un gran set por cuanto dispone de un microondas-horno empotrado, una vitrocerámica de un fuego, un segundo fregadero, una nevera eléctrica vertical y un armario y huecos para menaje y despensa. ¡Ahora sí que podemos ausentarnos de nuestro puerto base unos días o pasar un fin de semana! La cocina se encuentra muy cerca de la entrada para la correcta aireación que podemos potenciar abriendo los dos portillos practicables de las bandas así como la escotilla de seguridad del techo y la existente justo al lado de la entrada.
Frente a la cocina se tiene el W.C. cerrado en un compartimento con inodoro marino. El mueble y su fregadero están integrados en el molde. El mango del grifo monomando es la ducha que podemos usar sentándonos sobre la tapa del váter. El sistema de bombeo es manual y el portillo es practicable para la ventilación. Un gran espejo preside el habitáculo que tiene las medidas exactas para ofrecer su función sin estrecheces pero tampoco con demasiada holgura.
La acomodación está bien dotada de detalles interesantes como sujetavasos en los acolchados de los bancos y enchufes “universales” y también de “mechero”.
Balance
Crownline 264CR, detalles, funcionlidad y calidad “Made in USA”
Si, los barcos construidos en norteamérica suelen ser barcos con una importante “exhuberancia” de detalles prácticos. Si bien en estas esloras no son un alarde de “diseño a la europea”, si podemos decir que superan generalmente las expectativas en lo práctico para un usuario del Viejo Continente. Los americanos siguen construyendo así, con poca innovación estilística, porque simplemente esta oferta sigue funcionando…. ¡y lo entendemos!
A nivel técnico observamos que en esta 264CR de Crownline exhibe un completísimo cuadro eléctrico de alta calidad en el acceso a la acomodación con otro magnetotérmico de seguridad, un equipo HiFi y una alarma sonora de seguridad para el control del agua en la sentina. El hecho de ver muchos más enchufes “universales” en la acomodación, especialmente cercano al gran mueble-set de cocina, nos ofrece la oportunidad de usar convertidores de electricidad alterna a continua 220V por ejemplo, y enchufarlos a una “nespresso”, y, sobretodo, da idea de cuánto depende el aficionado americano de estos elementos eléctricos a bordo.
Los “detalles” son a la postre un indicador que ayuda a componer la idea de un barco completo y atractivo. Asideros en todas partes, sujetavasos, whoofers y subwoofers, ducha, bomba de baldeo de agua marina… La estética de la consola y sus relojes y tacómetros, son un reclamo inevitable.
La modularidad también es importante en la Crownline 264CR. Si bien en la bañera podemos orientar el asiento doble del piloto hacia la dinette, o convertir el banco de popa en un solario, vemos que podemos estibar la mesa, que pesa lo suyo, y su pie en un cofre de apertura desde la plataforma de baño. Genial, porque además caben otras cosas. El sistema de abatimento del respaldo permite sentarse cómodamente erguidos y apoyados en sentido popa para contemplar, por ejemplo las cabriolas de alguien haciendo wake en la estela.
Pero no sucede lo mismo con los postizos para montar la gran cama en la proa de la acomodación. ¿Dónde los colocamos cuando no se usan? ¿Debemos sacrificar la capacidad de estiba para meter estos elementos en detrimento de la estiba adicional de una familia tipo? Nos sorprende que los americanos, tan prácticos siempre, no hayan encontrado una solución para esos “desmontables” tan necesarios.
La 264 CR de Crownline es una propuesta muy atractiva que luce una línea muy atemporal en el tiempo, diríamos ya clásica, lo que es importante también de considerar y su mejor paso del tiempo. Y lo es también por su capacidad de ofrecer “aventura” en tan sólo casi 8 m así como por la de evitar el odioso +12% del mal llamado “Impuesto de Matriculación” ya que no supera esa eslora y puede gobernarse con un P.N.B., Patrón de Navegación Básica.