Después de 58 días de mar y soledad, los 18 patrones de la Vendée Globe y sus barcos están acusando el cansancio. “Se acusa la fatiga física y mental, que absorbe un poco de energías del cuerpo. Estamos en las últimas millas y se nota”, admitió este mediodía el líder Armel Le Cléac’h. Esta tarde, la flota de la octava edición de la Vendée Globe se extiende a lo largo de más de 16.000 km, desde Tasmania -al Sur de Australia- a la latitud de Salvador de Bahía, en Brasil. Para todos, incluso para el primero, el camino aún es largo, porque cada día es un reto…
Cuatro barcos heridos
Golpeado por ráfagas salvajes de 60 nudos de viento (111 km/h), el Foresight Natural Energy de Conrad Colman perdió ayer el pasador del estay del génova (J1, gran vela de proa) y estuvo volcado un par de veces. Por poco el neozelandés, que va noveno, pierde el mástil, pero está recuperando fuerzas a la espera de unas condiciones menos violentas. Tan pronto como el tiempo se lo permita deberá subir al mástil para llevar cable y tratar de poner un pasador de repuesto en la amura de cubierta. En estos momentos navega con un rumbo seguro con vientos del sur de 25 nudos… a 1.700 millas de Cabo de Hornos.
El suizo Alan Roura (13º) también vivió momentos difíciles. La Fabrique golpeó un OFNI (objeto flotante no identificado) rompiendo el timón de estribor y sufriendo una importante vía de agua. “Me estaba hundiendo lentamente. El agua empezó a filtrarse por donde podía”. El más joven de la regata, con fuerza y valor, ha logrado poner un timón de respeto con 45 nudos de viento. Alan se ha fijado una meta: llevar el barco a buen puerto hasta Les Sables d’Olonne.
Por su parte, el español Didac Costa (15º), a bordo del One Planet One Ocean, detectó esta mañana un agujero en la vela mayor, la cual no podrá reparar hasta después de la borrasca que le espera mañana. En cuanto a Sébastien Destremau, está amarrado a una boya en Esperance Bay, en Tasmania. El navegante francés ha podido subir al mástil del Techno First-faceOcean. Deberá reparar una cruceta con los medios que tiene a bordo. En 36 horas el patrón francés debería reemprender su marcha.
En cabeza no hay nada decidido
El juego sigue abierto para los líderes.”Vamos a sacar la calculadora después de las calmas ecuatoriales” decía esta tarde el patrón del Banque Populaire VIII, que empieza coger los alisios frente a Brasil. Alex Thomson (Hugo Boss), casi 180 millas por detrás, todavía ciñe dando bordos antes de poder coger los alisios y acelerar. La situación es más difícil para el británico en este momento, pero el muro sin viento de las calmas ecuatoriales podría repartir nuevas cartas, o al menos reducir la distancia entre ambos. También hay que fijarse en un Jérémie Beyou (Maître CoQ) (3º) en buena forma y que continúa acortando su desventaja, ahora a 470 millas de Thomson.
Un trío reformado
Jean-Pierre Dick (StMichel-Virbac) apenas ha podido aguantar a Yann Eliès (Queguiner – Leucémie Espoir) y a Jean Le Cam (Finistère Mer Vent), hoy los más rápidos de la flota, que navegan a 23 millas de distancia. Los dos veteranos van a la caza del cuarto puesto, a menos de 38 millas del ‘foiler’ de Dick. Se espera toda una carrera de velocidad entre los tres competidores, inmersos en un viento del Nordeste de 20 nudos.
“La clasificación es algo anecdótico. Somos un grupo con el objetivo de llegar a Les Sables d’Olonne, así es más seguro cruzar el Pacífico. El objetivo último es terminar la regata. Una Vendée Globe se gana o se termina”, comentaba este mediodía Fabrice Amedeo (Newrest-Matmut). Los navegantes del Pacífico Sur sufren sucesivas borrascas, al igual que el grupo comandado por Eric Bellion (CommeUnSeulHomme).Viven el día a día. Cabo de Hornos está todavía lejos. De Les Sables d’Olonne ni hablamos…
Declaraciones
Armel Le Cléac’h, Banque Populaire VIII:
“Mis piernas están bien. No están igual que en la salida pero no me puedo quejar: he hecho ejercicios desde el principio. Moverse por el barco requiere un poco de esfuerzo. Se nota la fatiga física y mental. Hay que seguir vigilando todo. Las maniobras cuestan tal vez más que al principio, pero después de 50 días de regata se controlan mejor”.
Jeremie Beyou, Maître CoQ:
“Estoy en condiciones favorables. El barco navega bien con un viento del través, alterno el gennaker y el J1 avanzando hacia la meta. Reduje un poco la desventaja. Hacía tiempo que no estaba a menos de 1.000 millas de los líderes. Es un buena progresión aunque simbólica, debido en buena parte a las condiciones diferentes que tenemos. Moralmente estoy bien, animado. He hecho bien en seguir hacia delante y no pensar que todo estaba acabado. Cerca de Hornos recuperé un ordenador conectado al Iridium, que con buenas condiciones me permite llamar y descargarme ficheros de ‘meteo’. A veces tardo tres o cuatro horas en bajarme un fichero. Algunos días consigo descargarme un par y otros ninguno”.
Fabrice Amedeo, Newrest-Matmut:
“Las condiciones se calman. Tengo 25 nudos de viento y voy a poder poner más trapo. He tenido las condiciones más duras desde la salida de la Vendée Globe, con 48 nudos de viento establecido. No he roto nada pero deberé hacer una ronda para inspeccionarlo todo. Nunca antes lo había sufrido en un IMOCA”.