El pasado día 10 de diciembre concluyó con éxito el proceso de salida a bolsa del astillero italiano Sanlorenzo. Nada que ver con el secretario general de ANEN…
El astillero Sanlorenzo construye yates desde 1958, siendo una de sus características principales la capacidad de adaptación a los gustos del cliente. La compañía cuenta con cuatro sedes productivas, una de ellas en Ameglia, en un parque natural, otra en Viareggio, una más en Massa y la última en La Spezia. En 2005 fue adquirido por Massimo Perotti, quien hasta entonces había sido directivo de Azimut-Benetti, dando un notable impulso a la marca.
Desde su creación, el astillero ha construido un total de 950 yates y su límite de producción se sitúa en torno a las 45 unidades al año, lo cual no es poca cosa si tenemos en cuenta el tamaño que pueden alcanzar. Desde los 76 pies hasta los 70 metros, en fibra, aluminio o acero, según convenga, más modelos de 13 a 21 metros de la gama Bluegame. Según la revista Boat International Sanlorenzo es la segunda compañía a nivel mundial con mayor producción de yates por encima de los 24 metros, superada solo por el grupo Azimut-Benetti.
Pues bien, Sanlorenzo salió a bolsa después de cumplir todos los requisitos establecidos, a un precio de 16 euros por acción, manteniéndose en un margen de euro arriba, euro abajo, desde ese día. Sanlorenzo tiene emitidas 34.500.000 acciones al precio nominal de 1 euro. En realidad sacó a bolsa el 35% de su capital, mínimo exigido para poder cotizar en el mercado italiano. Eso le permitió conseguir 193,6 millones de euros para su expansión y significa que el 100% de las acciones de la compañía, es decir, su capitalización bursátil, su valor, se sitúa en torno a los 552 millones de euros. Uno de los secretos del éxito de la operación es que la compañía pretende distribuir en los próximos años un dividendo de entre el 30 y el 40 por ciento de sus beneficios.
Si ustedes quieren más información la pueden encontrar en Internet, en la página web de la bolsa italiana, donde verán quién compró y vendió acciones de entre el equipo directivo de la empresa y a qué precio, Massimo Perotti, Ferruccio Rossi, Carla Demaria… Qué bonito es esto de chafardear por la red…
Lo de salir a bolsa también lo intentó el pasado otoño Ferretti, pero decidió retirar su oferta pública de venta a última hora, el 30 de septiembre, al no alcanzar los objetivos deseados. La valoración de sus acciones se situó entre los 2,5 y los 3,7 euros y, ante la posibilidad que los mercados optasen por la franja más baja, decidieron retirar la oferta. Ustedes no deben imaginar que el valor de Ferretti es inferior al de Sanlorenzo por el mero hecho que cada una de sus acciones valga menos, todo es cuestión de saber cuántas acciones tiene cada compañía. Ferretti tiene casi 300 millones de acciones. Muchas acciones de precio bajo pueden valer más que pocas acciones de precio alto…
Ferretti ya estuvo en la bosa de Milán en el pasado, pero hizo una OPA para comprar sus propias acciones en 2003 y salió del mercado, pues su baja cotización en aquella época podía suponer el riesgo de una OPA hostil por parte de alguien que se quedase con la empresa a bajo precio o que entrase en el consejo de administración algún “intruso”.
A principios de esta década, la crisis estuvo bien a punto de dar al traste con Ferretti, que en 2012 fue adquirida por el grupo chino Weichai, especializado en la fabricación de motores diesel que, a su vez, es propiedad del estado chino. En 2009 Weichai ya había adquirido la francesa de motores Baudouin.
Weichai adquirió primero el 75% de Ferretti, participación que luego llegó al 86%, inyectando 470 millones de euros en total. Otro 11% es de Piero Ferrari, hijo del mítico Enzo Ferrari. Si la OPV de Ferretti se hubiera cerrado por el segmento alto del precio estimado, hubiera significado que la empresa valdría en torno a los 1.070 millones de euros. ¿Es mucho? ¿Es poco? Depende…en el mercado continuo español cotizan unas 60 empresas que valen menos…
En cambio, quien no salió de la bolsa por voluntad propia fue Aicon. El astillero siciliano presentaba entre sus credenciales haber sido uno de los proveedores de Azimut y salió a bolsa en 2007 asegurando una facturación de 127 millones al año, unos beneficios de 17 y un ambicioso plan de marketing muy expansivo. En 2011 la facturación había caído hasta los 11 millones y las pérdidas eran de 32 millones. La compañía quebró en 2012 y Pasquale “Lino” Siclari, su creador, fue detenido por quiebra fraudulenta en febrero de 2017 a instancias de la fiscalía de Barcellona. No se confundan, Barcellona, con dos “l”, Barcellona Pozzo di Gotto, localidad de la provincia siciliana de Messina. La operación se denominó “follow the money”, nombre recurrente en estos casos, que seguramente ha sido usado antes en novelas policiacas. Lo fue en Todos los hombres del Presidente, la película sobre el caso Watergate. El nombre de la operación está bien elegido, pues se investigaron un total de 37 sociedades vinculadas con el caso. Según parece las embarcaciones construidas por el astillero no eran adquiridas por clientes finales, sino por las propias sociedades del grupo. ¿Creen ustedes que estas cosas solo pasan en Italia?
Siclari pasó un mes entre rejas y más de un año en arresto domiciliario. El juicio empezó el pasado 7 de diciembre. Pero no es la primera vez que Siclari llega a juicio. Ya fue acusado por un accidente de helicóptero con cuatro muertos y por causar la muerte a un buceador al embestirlo con un Aicon 56 y no detenerse a prestarle ayuda.
¡Ah! Qué bonito es repasar ahora la prensa náutica de hace un par de lustros y ver cómo se daba jabón a la marca. Todo fuera por unas páginas de publicidad. Cuando vino la debacle, mutis total…
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