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De la mano de Bavaria Spain tuvimos la oportunidad de probar en aguas de Palma el nuevo Bavaria Cruiser 56. Una unidad nueva que supera en mucho aquél Cruiser 55 experimental y que tanto sorprendió y que se ofrece hasta en seis versiones de acomodación. ¡Bravo Farr Design, bravo Bavaria!Por Pn
Navegación
Ágil, tranquilo, solvente,… ¡Es un Farr Design!
El Bavaria Cruiser 56 supera en mucho a su predecesor, el Cruiser 55 testado también por este periodista hace ya algunas temporadas. Indudablemente esta nueva propuesta ha mejorado la anterior notablemente también en su navegar. Un barco que en su navegar ofrece un perfil mucho más bonito al equilibrarse, por ejemplo, en un francobordo más bajo alejado del efecto “caja de zapatos” con velas.
Con un mar rizado y un viento real oscilante entre los 8 y los 12 nudos de intensidad, el Cruiser 56 demostró que navega bien para un programa de crucero familiar. Si le exigiéramos otros programas, francamente, nos quedaríamos cortos. Pero la impresión general de su navegar es positiva si nos atenemos, también, a los registros tomados en varios rumbos con una tripulación de 6 personas a bordo.
Vayamos al grano. Ciñendo a los 30º, a rabiar se diría para un barco concebido para no hacerlo, nos mostró unos buenos 7,7 nudos teniendo en cuenta que la vela mayor Elvström enrollable en el palo posee una baluma clásicamente negativa en los Bavaria y su Génova ofrecía un 105% de solape con el palo, lo que objetivamente nos es mucho o, incluso, nos puede parecer corto en un barco de este porte. Esto significa que su casco es “finito” en su hidrodinámica y que, lógicamente, el plano vélico está muy bien ajustado a sus características de casco, tanto de líneas como de desplazamiento general, que no es poco, 17.200kg, de los cuales 5.500 kg están puestos como lastre en su quilla de 2,35 m (opcional de 1,90 m). Se nota que es un diseño realizado por Farr Design.
Abriendo el rumbo pasito a pasito, hasta los 60º, medimos un nudo menos y al través nos quedamos en los 5,5 nudos de velocidad. Todo normal y nunca tuvimos la sensación de estar ante un barco “pesado” como sucedía en el Cruiser 55.
Con el viento reinante, nunca superior a los 12 nudos de Viento Real, nos empecinamos en navegar por la aleta y de empopada pero, francamente, pocas conclusiones relevantes se pueden sacar en estas condiciones.
Desde el puesto de gobierno, navegando a sotavento controlando la baluma de su génova, el barco es reactivo. Sus dos palas trabajan bien, a buena profundidad, ya que al más mínimo gesto de muñeca en la rueda, el Cruiser 56 evoluciona bien. La sensibilidad a la caña, dada la lógica desmultiplicación y el cardán de nexo entre los dos apéndices, es suficiente para este programa de navegación que básicamente lo definiríamos como de crucero familiar y, por supuesto, de altura. La posición del timonel, tanto de pie tras la voluminosa bitácora como sentados en la aleta, es cómoda. Ayuda mucho el sistema compensaescora del suelo realizado de una manera muy simple y efectiva. La escora no es pronunciada y si muy estable, es decir, varia poco si en las velas hay una mayor o menor presión.
El Cruiser 56 tiene un rumbo muy estable también, apenas requiere de correcciones, siendo muy noble al cargar las rachas las velas no mostrándose para nada ardiente.
En las viradas en corto es preciso ya que en el momento de no escora, de adrizamiento total, las dos palas actúan por igual. En las viradas largas, apenas pierde velocidad. El accionamiento de la maniobra es fácil ya que los cabos y drizas discurren muy bien a través del acastillage.
La vela mayor no posee un carro para poder “vaciar” en un momento dado la excesiva presión del viento, algo lógico si consideramos la presencia de la mayor enrollable. Nos gustó mucho la ubicación de los carros del génova, muy centrados hacia la crujía y montados encima de la caseta lo que permite una buena capacidad ceñidora como ya hemos apuntado. Por el contrario, sin que ello suponga un problema, vemos que el génova podría reducir su centro de gravedad ya que vemos que el magnífico enrollador ubicado en la roda del Cruiser 56 está muy alto. Ello repercute en que la vela, esté innecesariamente alzada, como se puede apreciar en la altura de su faldón. Si ello se corrigiera, el barco, aun escorando dentro de los parámetros normales, lo haría menos aprovechando mucho mejor la energía del viento.
Posee un motor Yanmar de 100 Hp con hélice plegable de tres palas (opcional) y transmisión mediante eje. La curiosidad es que el acceso rápido al motor se realice por los laterales del mismo, por los dos camarotes ubicados bajo la bañera ya que su parte frontal está protegida por un panel en aras de reducir la sonoridad la cual es muy baja.
Habitabilidad
Muy amplio para la vida social en crucero
Seis disposiciones se ofrecen en este nuevo modelo de 3, 4 y 5 cabinas + camarote patrón profesional combinado con la posibilidad de que éstas posean 3 ó 4 baños . Una excelente combinatoria que surge como consecuencia de esa necesidad de captación de públicos más amplios. Excelentes opciones para programas de chárter o de armadores que deseen combinar su programa de navegación privado con la gestión en chárter.
El Cruiser 56 se ve sin duda diferente a su precedente de 55 pies. De entrada nos ofrece una altura de techo no tan exagerada como aquellos 2,30 m quedándose ahora en unos mucho más agradables 2,10 m. Una menor altura que lógicamente ha repercutido en el exterior con unos francobordos mucho más “marineros” o proporcionados en altura en relación a la eslora del barco. En el techo existen 4 lumbreras de aireación muy necesarias para que corra el aire.
A proa se disponen de dos camarotes simétricos dobles cada uno dotado del preceptivo armario compartimentado para la ropa, estante en la amura y taquillas colgantes así como sendos lavabos privados a los cuales se accede también desde el mismo repartidor gracias a su doble puerta.
Un camarote de literas es un comodín ideal para acoger a invitados imprevistos o para “colocar” de forma divertida a los tripulantes más jóvenes, además de ser, como siempre han sido estos camarotes, un formidable metetodo cuando éstos están vacíos.
Bajo la bañera están dos camarotes dobles más simétricos entre si que, en esta unidad, comparten un lavabo ubicado tras la comedida y elevada mesa de cartas contigua a la cocina. Un rincón para el navegante algo escaso paras el despliegue de cartas de papel e incluso de electrónica. Aspecto no tan raro, pero que reivindicamos, ya que a pesar de que cada vez se concentren todos los datos de navegación en un solo aparato, “crasso error” en aras de la seguridad, si que es comprensible que se quieran aprovechar ese espacio en otros aspectos en barcos teóricamente destinados a ser usados sólo unas semanas al año. Desde aquí reivindicamos un puesto cómodo para el navegante para la meditación, análisis de datos y, por ende, la correcta toma de decisiones a cubierto ya que, en el Cruiser 56 todos estos datos,… ¡están únicamente en las enormes bitácoras del exterior!
La cocina puede parecer sobredimensionada. Nosotros creemos que es correcta y muy adecuada a la capacidad del barco. Su forma en “U” invertida permite que varios trabajen en ella. Importante es la presencia de dos neveras, una de ellas con apertura cenital y lateral, un lavaplatos,… ayudas importantes e imprescindibles en barcos de este porte y eslora.
Todas las opciones de acomodación, hasta 6 posibilidades como hemos dicho, poseen un camarote para el marinero/patrón profesional. Un camarote con los mínimos imprescindibles y exigibles para los que trabajan, algo inevitablemente pequeño en 56 pies pero en el cual se adivina una sensibilidad por el confort, como decíamos, exigible para los profesionales. Destaca su gran armario, fregadero y WC por agua. Por este habitáculo se accede al pozo donde está el equipo de fondeo.
Otro foco de interés en el Cruiser 56 es el garaje de popa donde se puede estibar una auxiliar de hasta 3,10 m de eslora el cual se sube al interior gracias a un cabrestante de cinta eléctrico imprescindible. Lo que ya no lo es tanto pero si un gran acierto es el compresor eléctrico para el hinchado de esa semirrígida o de cualquier otro artilugio para el baño de los niños. La plataforma de baño, en realidad como se sabe, el espejo de popa se acciona mediante dos pistones eléctricos que poseen dos cables forrados de sujeción por seguridad. Una escalerilla fija nos lleva desde este punto y cómodamente hasta la bañera.
Una bañera o centro de estar muy acertada por cuanto ofrece una gran mesa central fija de doble ala desplegables que puede dar cabida hasta 7 comensales. Los bancos divergentes hacia popa, son de base superamplios y los respaldos, quizás algo alejados de la posición de sentado más cómoda, algo bajos para apoyarnos en ellos durante una navegación con algo de escora. Para la vida a bordo fondeados, su planteamiento es, para nosotros, correcto. Algo importante debe decirse: las dos alas de la mesa central son la base para crear sendos solarios a banda y banda de la mesa ya que dichas alas se pueden apoyar en el límite de los bancos en donde existen unos encajes de apoyo. Una gran propuesta que iguala la posibilidades de tomar baños de sol con cualquier otra propuesta de barcos a motor.
Espectacular es la nevera de 12 V. que ofrece la mesa en cuestión situada en la crujía del barco. Un gran acierto para no tener que bajar, probablemente mojados, a buscar bebidas frías mientras se come o bien se toma el sol.
Balance
Reinterpretando la esencia
En este modelo la experiencia ha resultado ser un grado. Una experiencia que ha permitido reinterpretar lo que se pretendía con el Bavaria 55 Cruiser que no es más ni menos que ofrecer el máximo confort a un gran número de tripulantes, cogiendo, por así decirlo, los niveles de confort que sólo los yates de motor de esta eslora pueden ofrecer… ¡hasta ahora!
A decir verdad, la secuencia ensayo-error cometido con el Cruiser 55 ha servido para que este Bavaria Cruiser 56 sea un barco mucho más barco, más optimizado para la navegación y menos concebido para ser una mera “casa-barco”, aunque es muy destacable su enorme y cómodisima habitabilidad actual. Una comodidad y habitabilidad muy cercana a la que ofrecen los barcos a motor de la misma eslora pero con el acierto de volver a la esencia de lo que tiene que ser un velero: un barco que navegue aceptablemente a vela.
Una habitabilidad que no solo se traduce en una capacidad de ofrecer espacio para que la numerosa tripulación que puede albergar en cada una de sus 6 opciones se sienta cómoda y no se atropelle. También se ha gestionado mucho mejor destalles importantísimos como la incorporación de dos cofres más para la estiba en la popa, tras el puesto de gobierno donde antes solo había un banco.
Naturalmente la cocina y el salón siguen siendo el centro de la vida a bordo, con un área para cocinar impresionante para que varios tripulantes puedan trabajar junto en la elaboración de las comidas para el resto, algo importante ya que las dimensiones de las cocinas eran la excusa perfecta para que sólo uno se hiciera cargo de las comidas. La creación de un solario en la bañera es un acierto extraordinario que bien merece ser destacado así como una mejor proporcionalidad general, tanto de la lineal y perfil del barco visto desde el exterior como el afinamiento y equilibrado de las superficies habitables en cada una de las áreas del barco.
Vuelta de tuerca
En líneas generales el Cruiser 56 ha experimentado una reinterpretación de las necesidades acercándose de nuevo a lo que un velero debe ser: un barco de gran habitabilidad con unas dotes de navegación correctas y hasta con prestaciones para disfrutar. Y con un listado de opcionales que quitará el hipo a cualquiera que pueda costearse los 262.000€ en que el barco de la prueba estaba valorado con un gran nivel de equipamiento.
Bavaria sin duda ha dado una vuelta de tuerca importante en esta propuesta haciendo que nos olvidemos de un Cruiser 55 que, sin ser un mal barco, era una propuesta en lo que menos importante eran las cuestiones de su navegar. Nos alegra ver la reacción de un astillero que ha sabido encontrar el camino en los 50 pies de la mano de un gran gabinete de diseño como es Farr Design.