Por fin respiran tranquilos. Las borrascas del Pacífico Sur están dando una tregua a los navegantes agotados, empapados y doloridos. “Ya han pasado dos días desde que estaba planeando en la borrasca. Fueron un par de días como en una lavadora, mojado y dando saltos”, explicaba Eric Bellion (CommeUnSeulHomme) en la videoconferencia de esta mañana. Como él, Arnaud Boissières (La Mie Caline, 11º), Fabrice Amedeo (Newrest-Matmut, 12º) y Alan Roura (La Fabrique, 13º) gozan de unas condiciones más benévolas gracias a un Noroeste de 20 nudos. El decano de esta octava edición de la Vendée Globe con 66 años, Rich Wilson (Great American IV, 14º), navega con vientos flojos que le permiten recuperar fuerzas y dormir mucho. Es lo que hizo Conrad Colman (Foresight Natural Energy) estando a la capa durante 48 horas después de subir a lo alto del mástil para aclarar el estay de las velas hechas jirones. Aún le queda una dura tarea: fijar el estay principal en el botalón.
Didac Costa, gafado con las velas
El joven barcelonés sabía que el punto débil de su proyecto era la falta de medios por lo que, entre otras cosas, empezaba la Vendée Globe con sólo dos velas nuevas. El resto acumulaban muchas millas antes de tomar la salida y, aunque ha seguido una estrategia muy conservadora cuidándolas, parece que éstas se están cebando con nuestro representante. Si bajando el Atlántico rompió gravemente el génova grande, inmerso en el Gran Sur la vela especial para empopadas con viento fuerte, el gennaker pequeño (MDTK), y luego la trinqueta, cedían. Hace un par de días llegó el turno de la vela mayor. Su barco parece una velería con mucho trabajo atrasado, a la espera que mejoren las condiciones de viento y mar para terminar de repararlas. Por suerte, no se ha visto obligado a detenerse, aunque en ciertas condiciones las prestaciones del One Planet One Ocean se resienten.
En un mensaje explicaba: “Todavía sopla fuerte. Acabo de tener un chubasco con 40 nudos. Anteayer el viento comenzó a subir llegando a 28 nudos. Decidí tomar el tercer rizo en la mayor y como de costumbre al final de la maniobra eché un buen vistazo a la vela para comprobar que todo estaba en orden. Entonces descubrí que tenía un pequeño corte vertical por encima del tercer rizo. No podía creerlo… La mayor es el “motor” principal del barco. Sólo era un corte limpio de 30 centímetros, que será fácil de reparar, pero en ese momento temía que pudiese hacerse más grande y poner en peligro mi Vendée Globe. Arrié la vela e intenté repararla pero me pilló un chubasco y la parte alta de la vela se iba con el viento. Aún faltaba liberar los carros de los sables, sacar completamente uno de los sables, encolar un parche en ambos lados de la vela y rematarlo con una costura. Todo ello con los rociones de las olas y una borrasca que estaba llamando a la puerta. Y faltaba izarla de nuevo. La probabilidad de que empeoraran las cosas era alta, y de hecho el viento subió a 40 nudos al poco rato. Con la vela arriada y bien amarrada he navegado durante las últimas horas, esperando que la tormenta se aleje para comenzar las reparaciones. No he perdido tantísimo tiempo y he podido progresar con la reparación del MDTK (vela de portantes con viento fuerte). La trinqueta ya está lista después de varios días pero de momento prefiero reservarla y cuando sopla fuerte utilizo el tormentín. ¡Tengo pesadillas con las velas cuando duermo!”.
Pese a todos estos contratiempos, Costa se mantiene en un valioso decimoquinto puesto, navegando al sur de Nueva Zelanda y ya a menos de 4.000 millas para llegar al mítico Cabo de Hornos.
Bailando con las estrellas
“Los otros dos patrones son navegantes excepcionales, que forman parte de la historia de la Vendée Globe. Me gustaría acabar por delante de ellos pero no es fácil ya que están navegando bien“, ha subrayado a las 13:00 horas un orgulloso Yann Eliès. Está 13 millas por delante de Jean Le Cam (Finistére Mer Vent) y al acecho de Jean Pierre Dick, dos rivales que atesoran tres vueltas al mundo en solitario cada uno. El duelo promete durar hasta la misma línea de llegada. “Con Yann [Eliès] ya hace rato que vamos peleando. Es mi compañero de fatigas”, declaraba Jean Le Cam. ¿Un rato? Ya han pasado 22 días desde que ambos regatistas no se regalan ni una milla.
Lenta remontada en el Atlántico
Las condiciones de viento después de Cabo de Hornos y los tímidos vientos alisios han reducido a casi dos días la ventaja de 5 días y 5 horas que atesoraba el francés Armel Le Cléac’h sobre el tiempo de François Gabart en 2012. Además, el viento del Este no debería de subir más de 15 nudos en la zona del Ecuador, que los dos primeros alcanzarán en tres días. Por ahora, Armel es todavía más rápido Alex Thomson (Hugo Boss) al beneficiarse de un poco más de viento, pero esta ventaja se reducirá pronto. Sin duda, el duelo Le Cléac’h / Thomson durará hasta que no puedan más.
Noticias de Enda O’Coineen (Kilcullen Voyager – Team Ireland) y Paul Meilhat (SMA)
A 2,5 nudos de velocidad, el navegante irlandés Enda O’Coineen se acerca finalmente a Dunedin (Nueva Zelanda), empujado por un viento generoso del Sudoeste. Tan pronto pase la borrasca, un remolcador partirá en su busca para llevarlo de vuelta a puerto.
A falta de un cilindro hidráulico compatible, el SMA partirá a bordo de un carguero el próximo martes día 10. Proveniente del canal de Panamá, el portacontenedores descargará y recargará el mismo día en Papeete (Tahití), antes de zarpar hacia Australia y Nueva Zelanda, volver luego al canal de Panamá para iniciar el camino a Europa. Se espera que llegue a Le Havre (Francia), el próximo de 17 de marzo