La decena de navegantes adscritos a la BMB ya la sitúa como referencia en el Mediterráneo, frente a Grane Motte francesa o las italianas de Civa o Tribu del Vento. Unas cifras que confirman su buen arranque, aunque el centro barcelonés tenga la vista puesta en los centros de la costa Atlántica ubicados en La Rochelle, Lorient, Concarneau y Douarnenez, que también acogen a navegantes de las clases Figaro, Class 40 y otras.
Hace unos días la BMB realizó una jornada de puertas abiertas, dando la oportunidad de navegar unas horas a los periodistas convocados. Debo confesar que no esperaba tal despliegue. Siete barcos abarloados al muelle cercanos a la explanada del varadero, aparejados y prestos con sus patrones para salir a navegar. Impresionaban, pues sinceramente no me lo esperaba. No faltaron algunas caras conocidas y expertas en la navegación oceánica, como Albert Bargués y Gerard Marín, que colaboraron en la jornada.
Durante unas muy breves palabras de bienvenida por parte de la anfitriona Anna Corbella, el director-gerente del Port Fòrum Juan Conde y Toni Tió del Barcelona Clúster Náutico, todos transmitían una contenida satisfacción por el camino andado, pero también por la buena sintonía entre la BMB y el Port Forum. Su modelo mixto público-privado y sin ánimo de lucro cuenta con ayudas del Ayuntamiento de Barcelona, del Port Forum, y las colaboraciones especializadas de la Fundación Estivil Sueño, la velería Advanced Sails, Jordi Griso y la firma de adhesivos DrSails. Anna Corbella puso especial énfasis en el papel protagonista que ha jugado el Port Forum. “Además de acogernos desde el inicio, es destacable la buena sintonía entre todos nosotros. Se ha creado un ambiente muy bueno por parte de todo el personal del puerto. La colaboración y el trabajo en el día a día resulta muy positivo, hay mucha complicidad y buen rollo. No sólo estamos agradecidos al Port Forum si no gratamente sorprendidos de cómo fluyen las cosas”.
Las palabras de Tió fueron muy instructivas sobre la función de la BMB: “La clase Mini 6.50 es la puerta de entrada a la vela oceánica. Es el Optimist de la vela oceánica y la Base Mini Barcelona está cumpliendo una importante labor para crear una buena base”. Los objetivos de Corbella apuntan a conseguir 20 navegantes fijos en su base, además de los eventuales, poder disponer de un barco propio para el proyecto Promesa Oceánica, cediéndosela durante dos años a un regatista emergente, e introducir las clases Figaro y Pogo 40. A un plazo más inmediato, la Mini Transat 2017 centra los planes deportivos, pues hay ocho españoles aspirantes a realizarla, de los cuales siete entrenan en la BMB.
Una de las iniciativas de la Base Mini Barcelona es facilitar el acceso a probar un Mini 6.50 a los navegantes interesados, y darles facilidades para que se incorporan al mundo de la vela oceánica. Es complicado que den los siguientes pasos naturales al ampliarse su tarea con barcos Figaro, y Class 40, al no haberlos apenas en nuestras aguas. Tal vez haya que esperar un poco, y que el trabajo iniciado en la cantera dé frutos cambiando a estos barcos mayores, pero su mayor coste y la endémica falta de ayudas a proyectos oceánicos me temo que harán una espera larga, aunque finalmente también encontrarán las puertas abiertas de par en par.