El acondicionamiento y remodelación de la nueva marina OneOcean Port Vell ha permitido dotar a Barcelona de una nueva capacidad para atraer embarcaciones de gran eslora. Tal y como se desprende de un estudio interno, durante el año 2015 se recibieron un total de 2.368 embarcaciones, lo que supone un 22,6% más que el pasado año, y que según apunta el mismo estudio, pernoctaron una media de 27 días en la ciudad. En cuanto al tamaño de dichas embarcaciones, la eslora media de los barcos que visitaron Barcelona el pasado año se situó en los 40 metros, siendo el ECLIPSE con 162,5 metros de eslora, el yate de mayor envergadura que visitó la ciudad.
Estos datos vienen a confirmar la tendencia a la recuperación y consolidación del sector de la náutica en España, y así lo certifica también un reciente estudio de la Cámara de Comercio, que cifra en 836 millones de euros el impacto económico que deja en la economía local de Barcelona, o los 8.300 puestos de trabajo directamente relacionados con el sector náutico.
Asimismo se confirma el crecimiento del chárter, en el puerto deportivo OneOcean Port Vell, el alquiler supone un 68%, superando al de la propiedad, con un 32%.
Barcelona, base invernal para las embarcaciones de gran eslora
La capital catalana ha conseguido posicionarse como base invernal del Mediterráneo, atrayendo a numerosas embarcaciones a nivel mundial que ya ven a Barcelona como un destino para llevar a cabo actividades de ‘repair and refit’ durante el invierno, y así prepararse para la próxima temporada. Se trata, por tanto, de estancias muy prolongadas que van de los 3 a los 6 meses. Atendiendo al dato de ocupación, la temporada estival sigue siendo la más alta. Concretamente, los meses de verano concentran cerca de la mitad del tráfico total, siendo agosto (436), julio (369), y junio (294) los meses con mayor número de barcos atracados. Sin embargo, durante la temporada estival la estancia media de las embarcaciones es más corta, al ser considerado puerto de tránsito para otros destinos del Mediterráneo, como el sur de Francia o las Islas Baleares.
En relación a las actividades que llevan a cabo estas embarcaciones durante su estancia o el motivo que les lleva hasta la capital catalana, en los tránsitos menores de 25 metros, el turismo ocupa la primera posición. También son muchos los barcos de gran eslora que se trasladan a la ciudad por motivos de negocios, o bien para realizan labores de mantenimiento y reparación, gracias a empresas y astilleros con gran proyección internacional. En definitiva, los altos estándares de seguridad y profesionalidad de la marina, y su estratégica localización, a escasos metros del centro de la ciudad, son algunos de los aspectos más valorados por los dueños, capitanes y tripulaciones de las embarcaciones, y que según el director general de OneOcean Port Vell, Paul Cook: “han contribuido de forma muy significativa a la alta ocupación de la marina en su primer año de funcionamiento tras su remodelación”.
Las grandes esloras, motor de la economía, estudio del Barcelona Clúster Nàutic:
En este sentido, según un estudio elaborado por el Clúster Nàutic el gasto medio de un yate de 55 metros de eslora se sitúa muy cerca de los tres millones de euros, de los cuáles, el 34,3% responde a los costes derivados de los salarios de las tripulaciones. A continuación, se situarían los costes de mantenimiento (24,55%); el gasto de combustible, que supone un 9,82%, y el resto responde a conceptos como la contratación de seguros (8,89%); tasas de gestión y regulación (4,05%); aprovisionamiento (2,70%); amarres y puertos (8,5%) y un 3,4% equipos de comunicación y navegación. El mismo estudio también señala que el 6,13% responde al gasto que la tripulación desembolsa en la ciudad.