En el mundo de la náutica recreativa esta banderola tiene un significado muy especial. Aparte de indicar, al verla en medio del agua, que estamos cerca de una zona donde hay un hombre practicando alguna actividad subacuática, la bandera Alfa es de suma importancia para los procedimientos de salida para una regata. Su distinción blanquiazulada en medio del cielo y el mar indica que se está preparando una regata.
En el convencionalismo náutico de la vela esto significa ‘Atención’ y, para todos los que quieren participar en una regata, les señala que el procedimiento de salida ya está iniciado. Es momento de controlar la adrenalina.
La bandera de atención ha estado izada este verano para quienes se preparan, o tienen sus ojos y sus mentes puestos en participar en Tokio 2020. Quedan escasamente cuatro años para que de los contados aspirantes, solo unos pocos, puedan competir en aguas de la bahía de Wakasu por las medallas y la gloria olímpica.
Siguiendo con el símil de las banderas hemos de decir que este verano se ha arriado la bandera de Atención, por lo que ha comenzado la ‘carrera olímpica’. Entramos ya en tiempo de la bandera Papa, es decir, la señal de Preparación. Este será un periodo de unos tres años para preparar, clasificar delegaciones y designar a nuestros regatistas. Un largo periodo donde se tendrá que gestionar nuestra preparación olímpica, que se iniciará este invierno y durará hasta unos meses antes de los Juegos, y se tendrá que arriar la bandera India, que como indica el código de señales náutico para regatas es lo que designa el Último Minuto, los últimos momentos para iniciar la salida de la regata.
El estío de 2017 –y nos referimos solo a clases olímpicas- ha servido para comprobar cómo está la atención de nuestros regatistas de cara a 2020. Hemos de reconocer que el tester, muy primerizo aún, de las actuaciones de nuestros internacionales de la vela en los mundiales y europeos disputados estos meses ha sido un claro exponente de cómo está la situación de Atención.
Silvia Mas y Paula Barceló han conseguido el campeonato del mundo junior de 470 F; Joel Rodríguez el campeonato del mundo sub21 de Laser Standard; Ana Moncada el subcampeonato mundial de Laser Radial sub17; Bárbara Cornudella y Sara López fueron quintas en el mundial Absoluto de 470F; sus compañeras Silvia Mas y Patricia Cantero sextas; Tamara Echegoyen y Berta Betanzos han sido séptimas en 49er FX (femenino) en el mundial de la clase; sus compañeros Diego Botín y Iago Lopez octavos en 49er (masculino) y los hermanos Alonso novenos; mientras que en los europeos de Nacra 17 disputados en Kiel, la pareja mixta formada por Fernando Echavarri y Tara Pacheco consiguió la plata en el catamarán mixto olímpico. Todos ellos estaban entre los ‘medalsrace’, un buen síntoma.
Pero no hemos de olvidarnos de quienes no pudieron entrar entre los 10 primeros en estos primeros test, pues sabemos que hay calidad en muchos de ellos para estar en este privilegiado grupo. En el fondo esto no es más que un barómetro de la puesta a punto de unos regatistas que quieren estar en la élite de la vela.
Las actitudes mentales han de contar mucho en los próximos años. La calidad de muchos de nuestros regatistas está comprobada. Como dicen en las cartillas militares, la valentía se da por supuesta. Ahora falta demostrar la actitud. Esta y no otra preocupación ha de ser la razón prioritaria para los regatistas que quieran aspirar a ser olímpicos en este duro periodo de Preparación. No dejarse influir por otros cánticos de sirena con el fin último de estar entre los elegidos a Tokio 2020.
Por descontado, la vela española ha de saber financiar económicamente este objetivo y hacer sostenible esta aspiración.
Angel Joaniquet