Gran expectación ha suscitado esta décimo tercera edición de la regata menorquina de barcos clásicos y de época por convertirse en la más numerosa de su historia (y, a juzgar por sus protagonistas, no es menor la historia que congrega esta cita)
Unos 44 barcos procedentes de 10 países comenzarán a competir desde hoy y hasta el sábado en un programa muy similar al de ediciones anteriores. Tras la comprobación de inscripciones de ayer, habrá tres días de regatas, con no más de dos mangas por día y un máximo de tres en el conjunto de la competición.
Las embarcaciones navegarán divididas en función de su fecha de botadura. Las anteriores a 1950 estarán integradas en el grupo de los Barcos de Época (que a su vez se dividirá dependiendo de si el aparejo es de Marconi o de Cangreja), mientras que las posteriores a esa fecha, hasta 1975, serán consideradas Clásicas. También habrá una clasificación para los Big Boats (21,5 metros o más de eslora) y otra para los barcos que reúnan los requisitos exigidos a la clase Espíritu de Tradición
Al margen de la parte estrictamente deportiva, cabe destacar que todos estos barcos son piezas únicas e irrepetibles cuya conservación corre a cargo de sus armadores, todo un ejemplo de compromiso con el patrimonio y que convierte en estos días al puerto balear en un verdadero “museo flotante”.
“Todos los barcos inscritos son emblemáticos, están llenos de historia y hacen de nuestra regata un acontecimiento muy especial. Mahón ofrece atractivos únicos para estos veleros que no es posible encontrar en otros eventos, como son la navegación costera junto a una Reserva de Biosfera y la llegada en puerto”, afirmó Nacho Marra, gerente del CMM y a la vez director de la regata.
Para los curiosos que deseen admirar estas joyas flotantes, pueden acercarse al Paseo Marítimo de Mahón desde donde se verán en primera fila.