Cinco semanas después de la salida de Les Sables d’Olonne, la flota de la Vendée Globe, Vuelta al Mundo en solitario sin escalas ni asistencia se extiende desde Nueva Zelanda hasta Sudáfrica… Más de 6.600 millas separan al farolillo rojo, Sebastián Destremau, del líder Armel Le Cléac’h. Los 22 barcos cruzan diferentes cabos: Sébastien Destremau fue el último en pasar Cabo de Buena Esperanza, esta tarde, mientras que Thomas Ruyant pasará Leeuwin mañana. Aún a bordo del Marion Dufresne, Kito de Pavant se está recuperando de su desventura y mantiene la esperanza de recuperar su barco abandonado en el corazón del océano Índico…
Con la llegada de una nueva depresión que desciende de Nueva Zelanda y se encuentra en el camino del dúo de cabeza, Armel Le Cléac’h (Banque Populaire VIII) esperaba para tratar una opción más al Sur, a lo largo de la zona de exclusión. Pero la escapatoria se le ha cerrado. Armel ha optado por trasluchar y navegar hacia el Norte y seguir por delante de Alex Thomson (Hugo Boss). La estrategia de Armel es minimizar el riesgo marcando a su perseguidor británico. Pero el patrón del Banque Populaire VIII perdió cien millas en 24 horas después de haber trasluchado dos veces mientras su oponente seguía una ruta recta. Los dos líderes reponen fuerzas antes del próximo vendaval que podría caer sobre ellos la próxima noche.
Paul Meilhat y Jérémie Beyou, a medio camino
La lucha por el tercer puesto es tan intensa como interesante. Enfrenta a Paul Meilhat (SMA) y Beyou (Maître CoQ), que navegan en barcos que terminaron primero y segundo en la pasada Vendée Globe, en 2012-2013. De hecho, el SMA es el antiguo MACIF de François Gabart y el Maître CoQ es el ex Banque Populaire VI de Armel Le Cléac’h. Ambos son diseños de VPLP-Verdier de penúltima generación y también son barcos gemelos, aunque Maître CoQ tiene foils –tras haber sido reformado- y SMA mantiene sus orzas rectas. En resumen, tienen todo lo necesario para una hermosa e instructiva confrontación. Paul Meilhat mantiene a Beyou cien millas por su popa. Jérémie aguanta a pesar de los problemas de comunicación que le privan de información meteorológica precisa. Ambos están a mitad del recorrido, y les queda un buen trecho hasta finalizar en Les Sables d’Olonne.
Ocho solitarios superan Cabo Leeuwin
Cuando hoy domingo anochezca, ocho navegantes habrán cruzado la longitud del cabo Leeuwin. Como prueba de las excepcionales velocidades de esta edición, todos ellos han sido más rápidos en este punto simbólico del recorrido que el anterior vencedor François Gabart. Y en el tramo entre Buena Esperanza y Leeuwin, cuatro han sido más rápidos que Gabart: Armel Le Cléac’h y Alex Thomson, pero también Jean Le Cam (Finistére Mer Vent) y Jean-Pierre Dick (StMichel-Virbac) .
El siguiente en cruzar cabo Leeuwin debería ser Thomas Ruyant (Le Souffle du Nord pour le Projet Imagine), mañana lunes por la tarde. Después de la reparación de su vía de agua, Thomas navega en aguas de nadie: Jean Le Cam se encuentra 600 millas por delante y Louis Burton (Bureau Vallée) 1.000 millas por detrás. Pero nada le desmotiva. “Es difícil empujar cuando uno está un poco solo. Pero no me arrepiento porque la prioridad era resolver los problemas técnicos. El barco está de nuevo al 100%. Necesito recuperar la confianza en el barco, el dúo que formo con él”, decía hoy el francés Thomas Ruyant.
Detrás, hay otros lobos solitarios como Louis Burton (9º) o Pieter Heerema (19º con su No Way Back). Sin embargo algunos son fieles compañeros de viaje: Nandor Fa (Spirit of Hungary) y Stéphane Le Dirasion (Compagnie du Lit-Boulogne Billancourt) luchan por un meritorio lugar en el Top 10. Llegado al final de sus problemas técnicos, Stéphane Le Diraison, Conrad Colman (Foresight Natural Energy) y Arnaud Boissières (La Mie Caline) ya navegan en modo regata y ofrecen un gran duelo en el norte de las Islas Kerguelen.
Y más atrás, el suizo Alan Roura (La Fabrique) todavía se aferra a Enda O’Coineen (Kilcullen Voyager-Team Ireland), Eric Bellion (ComeUnSeulHomme) y Rich Wilson (Great American IV), que cuentan con barcos mucho más nuevos que el de Alain, botado en el año 2000.
Kito de Pavant piensa en la posibilidad de rescatar su barco a la deriva
A raíz de una colisión con un OFNI que dañó gravemente su quilla y provocó una vía de agua irreparable, Kito de Pavant (Bastide Otio) fue rescatado con éxito el pasado miércoles por un buque que navegaba en la zona, el Marion Dufresne. Desde ese barco hoy daba nuevas noticias: “Poco a poco me recupero. Estamos considerando diferentes soluciones para intentar recuperar el Bastide Otio. Yo hice todo lo posible para que el barco derivase hacia el noreste, pero el viento lo arrastra hacia el este. Las oportunidades para recuperar el barco son pocas y la mejor solución sería quizás a la altura de las Kerguelen. Depende de los recursos que existan allí, que no son muchos. Pero deja una luz de esperanza para recuperar el barco, para salvarlo… “
Alan Roura (La Fabrique):
“El Índico es como me habían dicho: un poco duro, un poco caprichoso, ¡pero mágico! Las condiciones cambian rápidamente, las olas son enormes. Los colores son increíbles, estoy rodeado de albatros todo el día. Antes de la salida, quería navegar en el océano Índico con una máquina al 100% de su potencial: ¡objetivo conseguido! . Voy al ataque, pero no utilizo constantemente todo el potencial del barco. Podría ir mucho más rápido. No saco todo el potencial que podría, que es una opción, pero también sé que la regata es larga…
Es increíble estar en contacto con estos fantásticos navegantes (O’Coineen, Bellion y Wilson) que tienen barcos fantásticos. Estoy bien con mi viejo barco. Trato de comunicarme con ellos y también con el resto de la flota, con Arnaud (Boissières), con Stéphane (Diraison)… Trato de averiguar si están bien, si no tienen demasiados averías. Me hace feliz recibir un correo electrónico de un competidor”.
Thomas Ruyant (Le Souffle du Nord pour le Projet Imagine):
“No he tenido muchos problemas técnicos durante el principio de la regata, pero en el Índico se han acumulado. Tuve problemas en la barra de escota, los sables de la mayor y una vía de agua… todavía me queda trabajo, pero nada grave. Me preparo para pasar un nuevo cabo mítico. Estoy contento de haber llegado hasta aquí. El Índico ha sido complicado para mí, pero de los errores se aprende. Del Índico recordaré sus bellas olas y especialmente sus majestuosas aves. No me canso de mirarlas”.
Jornada 35 Vendée Globe