Se trata, en algunos casos, de textos escritos a máquina, con copias con papel carbón, sin tratamiento de texto, que te transportan por unos instantes a un pasado no tan lejano. Con el paso de los años se observan en las diferentes concesiones, la introducción de los distintos sistemas de impresión, y la evolución de las condiciones tipo.
Los puertos deportivos, como los conocemos, son un concepto que nace en el siglo XX y su evolución ha sido constante: disponemos de una inundación normativa, de un incremento de la sensibilidad ambiental, de sistemas de navegación cambiantes, nuevas tecnologías, y de usuarios cada vez más exigentes.
El mercado también ha cambiado: en los años 70 ver una embarcación deportiva de 40 o 50 o más metros de eslora era excepcional, y las de 20 a 30 metros eran recordadas sin dificultad. En los años 80 años el tipo medio de embarcación fue creciendo con el desarrollo económico, pasando por esloras modestas de 8 metros a 12 metros. Las mangas se ensancharon. Y lo que parecía un crecimiento natural imparable en la media de las esloras, ha sufrido una bifurcación.
Por un lado, observamos que ha habido un incremento de embarcaciones de gran eslora, y por otro, existe la tendencia a una reducción del tamaño de las embarcaciones, centrándose el “repunte” en las ventas de embarcaciones pequeñas, de las consideradas fácilmente remolcables por carretera.
Al usuario parece que ya no le queda tiempo para navegar. El ocio se destina a actividades familiares. Los niños el fin de semana juegan al futbol, o a básquet, o a tenis, o a un sinfín de actividades extraescolares que absorben más y más tiempo. Si se puede, se disfruta de la montaña en el período invernal, y se guardan algunos fines de semana para compromisos sociales…
Si la embarcación no se utiliza, y carece de mantenimiento, el reiniciar la actividad náutica se convierte en un suplicio, un resolver problemas continuamente, con coste, abonando la percepción de que la náutica es cara, prescindible, y que acaba por aburrir.
Hay mucha gente con titulación náutica. Hay muchos jóvenes que acceden al mar por la motonáutica, o paddle surf, o kayak … Pero la sensación es que la náutica está fuera de mercado y que no compensa.
… Y aquí empieza la necesidad, por parte de los operadores portuarios, de reinventarse, y adaptarse a las necesidades del cliente dando verdaderos servicios integrales, transformado las instalaciones, generando espacios lúdicos que conviertan a la náutica deportiva en un verdadero placer.
La reforma de la ley de puertos del Estado, que permite la adaptación del plazo concesional, es la oportunidad perfecta para acometer la necesaria transformación: es ahora o nunca.
Los que puedan, no deberían perder esta oportunidad para adaptar la concesión al siglo XXI.
Jaume Prats
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