Al estar decretado un riesgo de COVID nivel 2 se han reservados los campos de regata Alfa (A) y Echo (E) para el inicio de la 36 America’s Cup. Lo serán a lo largo de los encuentros que quedan y sin público, si no se rebaja el estado de alarma a nivel 1, que es la ‘nueva normalidad’ con la que el gobierno neozelandés tiene fijado para la plena movilidad de las personas en aquella zona.
Es posible que a lo largo de los próximos días se pueda alcanzar el ansiado nivel 1, que es con el que se han disputados desde el pasado mes de diciembre todos los encuentros de los AC75 (la X-mas Race, el World AC75 los Round Robins, las Semis y Final de la Prada Cup), y que la America’s Cup puede desarrollarse en cualquiera de los cinco campos diseñados para el encuentro.
Pero a día de hoy, todos los preparativos están pensados para competir en el Alfa o en el Echo, que por sus características, parece son los más apropiados para prevenir cualquier dispersión poblacional de la pandemia, al ser los más restrictivos para el acceso de público.
El campo Alfa se caracteriza por estar abierto al rumbo Norte, donde se puede navegar en casi todas las condiciones de viento, aunque está muy expuesto al viento del NE, que de ser muy intenso y persistente puede afectar al estado de la mar, por lo que ‘a priori’ es un campo complicado si hay con mucha ola. La rebaja en el ‘rule’ de la máxima presión eólica a menos de 23 nudos, -puede que excesivo para los barcos foil de alto rendimiento, acordada hace dos semanas-, minimizará esta desventaja en caso de existir un exceso de viento, ya que serían suspendidas las pruebas. A nivel de visualización de los encuentros, los espectadores terrestres podrán verlo desde la zona conocida como Milford y desde Takapuna, que favorece la no expansión de contactos proCOVID.
El otro campo de regatas alternativo para esta fase de alerta en nivel 2 es el espejo acuático Echo, un espacio abierto, con dos opciones de diseño para la Course Race, donde la selección de rumbo es muy buena para vientos de NE e incluso N, y que tiene como protección el socaire de Maraetai.
Sin duda, la limitación a estos dos campos abre una incógnita en intuir a quien de los dos equipos puede beneficiar estas restricciones. Jugar en campo propio, es, por principio una ventaja para los hombres del Emirates Team New Zealand, que además han podido analizar, a lo largo del desarrollo de la Prada Cup, en cómo se comporta el Luna Rossa Prada Pirelli, que rinde muy bien con vientos flojos y moderados.
Nada se sabe aún de cómo se estrenarán en competición los kiwis de Peter Burling, si con un ‘AkeMai’ o un ‘Te Rehutai’ tuneado, pero los neozelandeses son conscientes que el nivel que han alcanzado los hombres del tándem italo-australiano formado por Jimmy Spithill y Francesco Bruni es muy alto y saben navegar bien con ventolinas. Además son conocedores de la destreza y agresividad de maniobra que caracteriza al australiano, personalidad que siempre la han valorado por su temeridad, por lo que es muy respetado por sus rivales neozelandeses.
Se abre la incógnita, que se despejará en los dos encuentros del próximo miércoles.