Ayer terminó el plazo para inscribirse en Barcos Locos, la primera regata de artefactos flotantes que se celebrará en La Marina de València la mañana del sábado 6 de julio. Hasta el momento, ya se han apuntado 50 “embarcaciones” y más de 400 personas, que se lanzarán al mar disfrazadas y a bordo de su propia embarcación casera y tematizada. En esta divertida competición náutica, las risas están garantizadas tanto para los tripulantes como para el público asistente, que podrá seguirla desde el muelle o desde la nueva piscina natural. La “regata” saldrá de La Base a partir de las 11h y estará retransmitida por el cómico valenciano, Rafa Forner.
En esta carrera loca, flotar ya será un éxito. Los galardones serán tan divertidos como estimulantes. Se premiará con experiencias náuticas a la tripulación con mejor disfraz, al artefacto más desternillante, al más innovador, al más ecológico, al más efímero, a la familia más intrépida, al tripulante más mayor y al más joven. Y, como premio especial, EL TÍTÁNIC, al primer artefacto que llegue a la meta.
Imaginación marinera
Ya están llegando los primeros “barcos” a La Base, el espacio desde donde los tripulantes podrán acabar de armarlos durante la semana y probarlos después en el mar para garantizar su flotabilidad. Solo por el nombre de las embarcaciones, ya se puede imaginar lo variopinto y divertido de la competición: navegará un “Arroz con Cosas”, un “Arca de la Extinción”, un “Kinder”, un “Fartón”, una “Sandia hawaiana” o un “Halcón Milenario”, entre otros artefactos. También competirán equipos como “Los Fofisanos”, “Las Pandasians”, las “Falleras Marineras” los “Samarucs” o “Los Pollos Locos”. Los participantes son gente de todas las edades y procedencias. València, Almussafes, Quart, Silla o Picassent, son algunas de las localidades presentes en la regata.
La regata Barcos Locos está organizada por el Consorcio Valencia 2007, gestor de La Marina de València. Esta actividad se enmarca en la programación propia de La Marina y su plan estratégico, destinado a llenar de vida la dársena y acercarla cada día más a la ciudadanía. En esta ocasión, la creatividad y el sentido del humor son los ingredientes clave.