Las declaraciones manifestadas durante la Gala de los Premios Goya, celebrada el pasado sábado, han producido un profundo malestar en el conjunto del sector náutico español, que pide que no se frivolice con la fiscalidad de un sector económico que da trabajo a 115.000 personas y aporta a la economía nacional 5.690 millones de euros.
Detrás del “yate”, que según las declaraciones que se hicieron durante la Gala de los Premios Goya del pasado sábado debería estar penalizado fiscalmente por encima de otros sectores, hay una cadena de trabajo que incluye desde el fabricante del material con el que está construida la embarcación, pasando por los laminadores, soldadores, electricistas, carpinteros, etc., hasta el personal que trabaja en la instalación náutica donde esa embarcación está amarrada, por citar algunos de los puestos de trabajo que esta actividad genera en España. Son 115.000 empleos que se pondrían en peligro si los impuestos al sector náutico, ya de por sí más altos que los de cualquier otro sector económico, aumentasen aún más.
Esta es la realidad que desde ANEN (Asociación Nacional de Empresas Náuticas) se quiere dar a conocer para evitar que declaraciones hechas desde el desconocimiento, como las que se hicieron el sábado en los Premios Goya, se repitan, pues perjudican enormemente a un sector que lucha por salir adelante tras perder un 70% de su tejido industrial a consecuencia de la crisis.
El sector náutico tiene la obligación de defender los intereses de sus trabajadores, de los empresarios que invierten para generar empleo y productividad, y de luchar por ser más competitivos tanto en España como en los mercados internacionales. Por ello, desde ANEN, como patronal y máxima representante de este sector, se ha pedido respeto al sector en una carta dirigida hoy al Presidente de Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas Española, en la que se le informa de estos datos.
En la citada carta, el secretario general de ANEN, Carlos Sanlorenzo, explica la situación fiscal que afecta a la compra de un yate en España que “además del I.V.A. está afecta al impuesto especial de determinados medios de transporte que grava un 12% adicional el valor del barco (lo que sumado al I.V.A. alcanza la cifra del 33% de impuestos en la adquisición de una embarcación), siendo España el país de la Unión Europea que impone una mayor carga de presión fiscal sobre la náutica de recreo”.
Y también como parte de esta realidad hay que aclarar que un yate puede ser un “gran yate” o una “pequeña embarcación” (lancha, velero, moto náutica, barco de carácter muy familiar, deportivo o de pesca paseo) que se pueden ver en los clubes y puertos deportivos de nuestro país. Y es precisamente este tipo de pequeñas embarcaciones de recreo las que constituyen el 90% de nuestro mercado náutico, una realidad que nada tiene que ver con la imagen que tras estas declaraciones se pueda trasladar a la opinión pública.