El récord de la Vuelta al Mundo Julio Verne no ha sido posible, pero ha estado tan cerca que Spindrift 2 cierra la aventura conquistado el segundo mejor tiempo en la historia. El equipo dirigido por Yann Guichard no pudo mejorar el tiempo establecido por Loïck Peyron, cuyo récord quedó establecido en 45 días 13 horas 42 minutos y sigue siendo el hombre a batir. Sin embargo fueron 20 horas 45 minutos y 50 segundos más rápidos que el tiempo establecido por Franck Cammas en 2010. Durante su viaje de alta velocidad, el trimarán negro y oro también mejoró tres tiempos de registro (Ouessant-Ecuador, Ouessant-Tasmania y Ouessant-Cabo de Hornos) y, por otra parte, hay que celebrar también que Dona Bertarelli, la única mujer entre 13 hombres en este intento de récord, es ahora la mujer más rápida en navegar alrededor del mundo.
El trimarán empezaba esta aventura el pasado 22 de noviembre y la finalizaba el 8 de enero. A bordo del Spindrift 2 una tripulación de lujo con Donna Bertarelli, Yann Guichard, Sébastien Audigane, Antoine Carraz, Thierry Duprey du Vorsent, Christophe Espagnon, Jacques Guichard, Erwan Israël, Loïc Le Mignon, Sébastien Marsset, François Morvan, Xavier Revil, Yann Riou y Thomas Rouxel a bordo.
Yann Guichard, patrón: “El paso al sur del Cabo de Buena Esperanza fue uno de los momentos más importantes para mí, aunque terminar frente a Ushant es también un alivio. No en el sentido de la liberación, porque nunca me sentí prisionero y me gustó mucho este viaje alrededor del mundo, pero si en el sentido de permitirme un descanso. Por supuesto, hubo un poco de estrés, pero eso es parte de mi trabajo.
Donna Bertarelli: “Este Trofeo Jules Verne ha supuesto muchas novedades para mí: dar la vuelta al mundo, rodear los tres Cabos, los mares del sur, todo es mágico. El Océano Índico fue más bien gris, pero el Pacífico fue increíble cuando fuimos a casi 60° Sur…. Mi mayor miedo fue cuando golpeamos un objeto no identificado con el foil. Pensé que íbamos a tener que renunciar. Me alegro de que hayamos terminado porque desde Cabo de Hornos el ascenso por el Atlántico fue tan duro para el barco como para la tripulación”.
“El viaje ha sido una gran experiencia para mí porque todos nos conocemos muy bien y respetamos las individualidades de cada uno. Fue muy bonito porque es un equipo de verdaderos amigos. Pero también por haber sido capaz, de alguna manera, de exorcizar mis temores, el miedo de sumergirme en el océano Austral o estar tan lejos de cualquier cosa. A través de la redacción de artículos para las escuelas en Francia y Suiza, llevar la comunicación con el resto del mundo y compartir mis experiencias, nunca me sentí aislada o sola en esta aventura”.