Con motivo de la Puig Vela Clàssica se celebró este domingo en el Real Club Náutico de Barcelona la mesa redonda 12mR e Imoca 60, coordinada por Santi Serrat, de la FNOB, y con la participación de Luigi Lang representante del ITMA, Clase 12 metros; el historiador Leonardo de Vicentiis, y el navegante oceánico, Arcadi San Martin. Est
Lang ha construido una breve retrospectiva de la clase 12m y la International Rule complementado por los datos aportados por de Vicentiis. En su exposición sobre esta fórmula decana, que con fecha de 1907 es la más longeva, han recordado cómo se pusieron de acuerdo representantes de diversos clubes e instituciones europeas. El objetivo era dar con un formato que permitiese competir entre sí a embarcaciones de distintos países, algo que en aquellos momentos se había hecho casi imposible dado el desarrollo egoísta y excesivo de algunos armadores. Esta situación había llevado a la obsolescencia de una gran parte de la flota y, por tanto, a la imposibilidad de competir de manera conjunta.
La revolución de esta flota internacional, explica de Vicentiis, facilitó la creación de unos barcos cuya vida útil fuera mucho más larga y de una mayor exigencia deportiva para los regatistas. Estos barcos no solo regateaban con unas excelentes aptitudes, dada su elevada cualificación técnica y capacidad de navegación en ceñida, sino que asimismo permitían vivir y disfrutar de ellos en los momentos de ocio.
Según Lang, el nuevo modelo constructivo marcado definió la pauta hasta entrados los años 70, y concretó una aproximación a unas medidas estandarizadas para compartimientos y habitáculos. Los nuevos criterios de construcción venidos de Estados Unidos crearon unos barcos mucho más competitivos y rígidos que el modelo asumido por los astilleros británicos y continentales hasta ese momento.
En la historia de la clase el cambio sustancial se dio con la llegada en 1939 del VIM y los regatistas norteamericanos, auténticos profesionales en sus equipos que eclipsaron las tripulaciones “de pescadores” habituales de los aristócratas británicos. Esta irrupción y la selección dela Copa América alargó la vitalidad de esta clase para otros 40 años.
Lang también destaca en la vitalidad de esta clase el que evolucionasen de acuerdo a la evolución social vivida en Europa y Estados Unidos en las primeras décadas del siglo XX. Así, de ser terreno exclusivo de aristócratas y ricos terratenientes, las regatas pasaron a integrarse en la vida de la burguesía europea y americana del periodo de entreguerras primero y, después, gracias a la selección de esta clase para la disputa de la Copa América en 1958, con una popularidad mucho más amplia y una divulgación que alcanzó cotas masivas en las disputas televisadas de la Copa América en la década delos 80.
La revolución de los IMOCA
Por su parte Serrat y San Martín han expuesto las características propias de los IMOCA y cómo la clave de estos se basa tanto en su origen destinado a la navegación de altura, como la importancia de los cambios tecnológicos. Ambos factores han hecho que frente a la “sosegada” evolución de los 12m a lo largo de 50 años, los IMOCA en apenas 10 han sufrido una completísima revolución.
Estas naves están diseñadas al límite de las capacidades de ser navegados “por un solo hombre” con vientos portantes y con unos materiales y procesos constrictivos sumamente complejos, destacó San Martín.
La evolución del diseño delos IMOCA está íntimamente centrada en la evolución de los materiales incorporados por velas, timón, palo y quillas. Prueba de ello, señala Vicentiis, “es que uno o dos hombres manejan ahora más de 300 metros cuadrados de vela frente a un equipo de 10 que necesitaba un 12 m con apenas 170 metros cuadrados de superficie velica. Solo la tecnología puede facilitar ese cambio de potencia”.
Como conclusión unos y otros coincidieron que esta revolución tecnológica y los costes asociados son sin duda responsables del paso generacional de la competición actual “de los armadores a los “sponsors”.