Moonbeam IV (1914) puso proa este viernes a la que podría ser su tercera victoria en la clase Big Boats de la Copa del Rey Panerai, tras las obtenidas en las ediciones de 2011 y 2015. La embarcación patroneada por Mikael Creach, que perteneció al príncipe Rainiero de Mónaco, se impuso con claridad en la segunda jornada de la regata de barcos de época que estos días acoge el Club Marítimo de Mahón, pero tendrá que pelear hasta el último bordo para superar al Hallowe’en (1926), con el que se encuentra empatado a tres puntos al frente de la clasificación general. La jornada final de mañana promete emociones fuertes.
Los Big Boats (barcos de más de 23 metros de eslora) realizaron un recorrido costero de 22 millas hasta Cala’n Porter, con llegada en el interior de puerto de Mahón. El Moonbeam IV navegó siempre por delante de su rival y en ningún momento llegó a izar la vela escandalosa ni el spinnaker. El viento sopló de NE durante todo el día, con una intensidad que osciló entre 15 y 22 nudos. La tripulación de Creach completó el recorrido en 3 horas, 25 minutos y 55 segundos, lo que se tradujo en una ventaja en tiempo real de algo menos de 17 minutos sobre el Hallowe’en, capitaneado por Iñigo Strez. La diferencia se redujo a 7 minutos y 39 segundos una vez compensados los tiempos. El Nordwind (1939) se colocó tercero en la general tras la retirada hoy del Moonbeam of Fife (1903) por la rotura de un obenque.
“El viento nos perjudicó a todos y la regata, tras una muy buena salida nuestra, fue un ‘barco contra barco’ con el Moonbean III. Al final, ellos tuvieron problemas y abandonaron. En la llegada notamos mucha estrechez. Fue un poco peligroso entrar junto a los barcos pequeños. La nuestra es un embarcación de ochenta toneladas. Mañana nos jugaremos la victoria final con el Hallowe’en. Después de hacer un segundo y un primero, estamos bien posicionados”, declaró Mikael Creach nada más llegar a puerto.
Dominio de los Herreshoff
En la clase Época Cangreja, donde compiten los veleros anteriores a 1950 con aparejo trapezoidal, se produjo un vuelco en la clasificación. La retirada del Kelpie (1903), líder al término de la primera jornada, aupó al Linnet (1905), de Patrizio Bertelli, hasta la primera plaza con cuatro puntos, seguido del Spartan (1913), el Olympian (1913) y el Chinook (1916), los tres con siete puntos. Los dos primeros y el cuarto clasificados en esta categoría fueron diseñados y construidos por Nathanael Herreshoff.
Giulio Giovanella, trimmer del Linnet, aseguró que la regata fue “muy interesante”. “Hacía mucho tiempo que no regateábamos con 20 nudos de viento con este barco. Hicimos una buena salida y encontramos la ola formada durante casi todo el recorrido. Es la primera vez que venimos aquí con este barco, aunque los tripulantes sí habíamos estado con otras embarcaciones. El Linnet es un velero increíble. Tiene velocidad, aunque es un poco complicado en el manejo. Los que lo tripulamos estamos más acostumbrados a barcos de época moderna. De hecho, el patrón, Patrizio Bertelli, también lo es del ‘Luna Rossa’ de Copa América. Estamos muy contentos por la victoria de hoy”.
El Cippino (1949), que representa al Yacht Club Argentino, mantuvo el liderato en la clase Época Marconi (barcos botados antes de mediados del siglo XX con aparejo bermudiano). Con dos primeros en otras tantas regatas, y a falta de una sola manga para el final, será difícil que se le escape victoria. Su rival más inmediato, el Comet (1946), está a cuatro puntos, mientras que el tercero “navega” a una distancia prácticamente insalvable de nueve puntos. Para el Cippino, que sólo tiene que marcar a sus rivales para asegurarse el triunfo, sería su primera Copa del Rey Panerai y supondría el broche de oro a una gran temporada, después de alzarse con el Trofeo Puig Vela Clásica de Barcelona y la Regata Illes Balears Clàssics del Club de Mar Mallorca.
El Argos (1964), que hoy fue cuarto, mantiene la primera posición en Clásicos (veleros botados entre 1950 y 1975), pero no tiene ni mucho menos asegurada la que sería su cuarta victoria en Mahón, tras las de 2012, 2015 y 2016. El Guía (1967), con Jordi Costa a la caña, es segundo empatado a cinco puntos, mientras que el Ardi (1968), ganador de la manga de hoy y tercero en la general, se encuentra a un sólo punto de sus predecesores. El campeonato se decidirá en una última jornada de infarto. El Yanira (1954), que fue el más rápido en completar las 17 millas del recorrido realizado por las clases Época, Clásicos y Espíritu de Tradición desde Mahón a Cap den Font, ha quedado descolgado de la lucha tras su pinchazo de ayer, en que fue noveno.
En Espíritu de Tradición, clase en la que se agrupan barcos de más de 25 años construidos en fibra o cualquier otro material (RI Clásicos) y Clásicos que han sido sometidos a alguna modificación que les impide competir en dicha categoría, el Calima (1970), que navega en representación del Club Marítimo de Mahón, superó en 17 segundos al Legolas (2003) y en 3 minutos y 20 segundos al Lohengrin (1974), lo que le aupó a la primera posición y le coloca en disposición de conseguir su undécima victoria en la Copa del Rey Panerai.
“La de hoy ha sido una regata rápida, noble, con mucho viento. Navegamos con rachas de 20 y 25 nudos”, explicó Alejandro Guash, patrón del Calima, que añadió: “Hicimos una muy buena salida y siempre nos mantuvimos en el grupo de cabeza. Creo que la clave de la victoria estuvo en la ceñida de la Isla del Aire. Por fortuna, el problema que tuvimos (una pequeña rotura de la mayor) se produjo cuando estábamos muy cerca de la línea de llegada y no nos influyó… Mañana nos vamos a jugar el título con el Legolas y el Lohengrin. Tenemos que regatear con cabeza”.