General
Probamos la segunda unidad del Oceanis Yacht 62 la nueva gama de barcos creada por Beneteau y que se suma a las ya conocidas Oceanis, Sense y First. Una apuesta brillante que nos ha dejado un buen gusto de boca y, desde luego, nada indiferentes. La unidad probada estaba “full equiped” en cuanto a extras.Fotos, textos y clip testimonial: Erik Tarrés Lenneryd
El novísimo Oceanis Yacht 62, presentado mundialmente en el Salón de Cannes 2016, es un paso muy significativo que Beneteau finalmente ha dado desde sus instalaciones y recursos técnicos propios en el segmento de los grandes yates, si obviamos al astillero CNB Yachts que pertenece al Grupo Beneteau y que fue adquirido e integrado al grupo empresarial francés en 1992. Una apuesta que, a nuestro juicio, entronca con la voluntad de satisfacer a un público ávido de disponer en un velero de las comodidades de un yate a motor. Atrás queda ya el Oceanis 60… El 62 es ya otra historia.
Navegación
Oceanis Yacht 62, navegación fácil y solvente
Posee un palo de aluminio con escalones plegables, pintado en negro pasante que descansa en la quilla, con tres pisos de crucetas rectas que fraccionan los obenques de cable preestirado por tramos. Tiene un back estay del tipo pata de gallo que puede tensarse con un pistón hidráulico manual como opcional. Su botavara, aleteada, recoge muy bien la vela al arriarla realizada en dacron negro fullbatten que posee una baluma positiva además de tres rizos, dos de los llamados automáticos y uno manual. La escota de la botavara se arraiga de forma muy sencilla en el arco destinado principalmente para ese fin y de soporte para una capota instalada en sentido avante por delante del arco.
A proa posee un botalón fijo reforzado por un “moco” de soporte bajo el cual se disimula el ancla. Desde este punto está el stay del Código 0 con un almacenador que se trabaja desde la misma proa. El stay del génova, (con un solape del 110%) parte desde la misma roda hasta los 9/10 del palo aproximadamente. Posee un enrollador eléctrico. También son eléctricos dos de los cuatro chigres Harken dispuestos en las brazolas, justo a las salidas de las 9 mordazas Spinlock. Desde Br. se trabaja la escota de mayor. Toda la maniobra está reenviada a los dos puestos de gobierno dotados, por cierto, de sendas grandes bitácoras con el mando del motor Yanmar de 160 Hp a Er. pero en opción se puede poner en la otra bitácora. El Oceanis Yacht 62 posee la transmisión de eje, dos palas de timón y una necesaria hélice de proa.
Con un mar de fondo bastante molesto cruzado con marejadilla, iniciamos nuestra prueba a motor. Los 160 caballos de Yanmar nos propulsan a 8 nudos de velocidad a un régimen desahogado de 2.000 r.p.m. Su velocidad máxima, a 2.700 vueltas la establecemos en los 9,6 nudos. Creemos que posee la motorización adecuada para navegar a buen ritmo y hacer muchas millas.
Nos ponemos a navegar a vela con unas condiciones de viento más bien débiles.El viento real es oscilante entre los 8,2 kn y los 13 por lo que es difícil sacar unos datos fiables. En todo caso, sí podemos tener unos datos y sensaciones que nos dan que pensar que, en líneas generales, el Oceanis Yacht 62 es un auténtico tragamillas. La unidad probada está muy cargada de “extras” por lo que da una sensación de aplomo. Con vientos débiles eso se nota, aunque debe decirse que una vez “arranca” empieza a ofrecer unos registros atractivos, en línea con los barcos de crucero de su porte. Debe decirse que no es un barco ceñidor, al menos en las ceñidas algo forzadas. Por supuesto ciñe, pero no es su fuerte. Digamos que donde se encuentra cómodo remontando el viento es en los 55º aproximadamente con una velocidad de 7,3 nudos navegando con el Código 0 (11,5 nudos de Vreal) 7,1 nudos navegando en los 70º y 10 kn de Vreal, 6,4 nudos navegando de través (con 9 kn de Vreal). Por la aleta con solo 7 kn de Vreal alcanzamos los 5,9 nudos. Los registros de velocidad son menores obviamente sin el Código 0.
Debe decirse que en los momentos de mayor intensidad del viento, el barco mostró una progresiva aceleración y una excelente estabilidad. Creemos que se trata de un barco “duro” cuando carga la racha, con capacidad de aguantar bastante trapo.
A la caña se muestra reactivo gracias a sus dos palas y muy estable al rumbo. Para nada es ardiente por lo que el gobierno es fácil y tranquilo. A la hora de gobernar sin ayuda, el piloto automático es vital para hacer un buen reglaje, cosa fácil desde cada uno de los dos puestos de gobierno. La disposición del acastillaje, especialmente de los winches, nos parece adecuada, aunque para cualquier ajuste milimétrico con los winches nos obligue a ausentarnos un pelín, fácil desde la posición de gobierno. La electrónica, especialmente la Vulcan de B&G instalada en las grandes bitácoras, resulta muy efectiva para el control de la navegación. Desde luego, estamos convencidos que es un buen barco para el viaje largo considerando siempre que, al menos en el Mediterráneo, el empleo de un Código 0 es algo imprescindible para hacer millas y millas con vientos más bien ligeros.
Habitabilidad
Oceanis Yacht 62, habitabilidad de alto nivel
La habitabilidad del Oceanis Yacht 62 se ha desarrollado enormemente. Para empezar, diríamos que ofrece el mismo nivel de confort que un yate a motor para disfrutar del aire libre. Por ejemplo, encima de la caseta, frente al palo, se instalan dos colchonetas de mediano tamaño como solario, dispuestas con cabecero y todo, para que puedan usarse durante la navegación, siempre y cuando se produzca poca escora. En sus extremos laterales se ha acertado en instalar dos asideros largos y dos sujetavasos empotrados en los cabeceros. Existen dos colchonetas más donde estar tumbados, a banda y banda de la entrada a la acomodación, justo bajo el arco donde se arraiga la escota de mayor. Para aquellos que deseen no ser observados, las mesas que conforman las dos dinettes en la bañera poseen un sistema telescópico eléctrico para que éstas puedan bajarse y servir como base para la creación de dos solarios dobles protegidos de miradas mediante las brazolas.
Un gran acierto de esa hiperhabitabilidad es la creación de un set escamoteable de cocina compuesto por una parrilla, fregadero con una luz escamoteable también para poder dar servicio de una manera informal a los comensales de las dos dinettes, o megadinette de la bañera en la/s que caben hasta unos 10 comensales repartidos a partes iguales.
Otra zona digna de destacar son los dos accesos laterales que dan a la gran plataforma de baño que, de hecho, es el espejo de popa. La magnitud de dicha área es espléndida, muy bien sostenida y con una apertura que permite botar o varar un ténder muy bien mediante un cabrestante de cinta. La inclinación permite que la plataforma pueda introducirse algo en el agua lo que facilita las maniobras cual una rampa de varada.
La habitabilidad en la acomodación nos señala a las claras que esta unidad, la segunda producida por el astillero, no tiene vocación para el chárter. Es claramente un barco de uso privado. Únicamente se han establecido tres camarotes, más el exterior en proa para el tripulante profesional. Es decir, una suite en proa con lavabo privado y dos camarotes simétricos en popa con sendos WC privados. Los dos camarote de popa poseen una cama doble y vistas. Más a popa percibimos claramente un espacio muerto producto, a nuestro entender, de la indefinición de su utilidad por parte del astillero. En nuestra opinión, puede servir para estibar alguna bolsa de viaje, aunque para ello tengamos que sacrificar la segunda entrada de luz del habitáculo. El camarote posee un buen espacio para la estiba bajo la cama, y un par de taquillas colgantes. La decoración es de tonos claros, en maderas de haya, con un estilo contemporáneo lejos de lo que pudiera calificarse como lujo. En todo caso el lujo, más que ser algo referente a la estética, en el Oceanis Yacht 62 se refiere a su nivel de comodidad y envergadura.
A proa, con una disposición clásica, la cama doble está centrada con espacio a ambos lados y unas excelentes vistas si nos recostamos en el cabecero. La capacidad de estiba es importante y nos llama la atención la amplitud de su lavabo, que como en los dos lavabos privados existentes, poseen un buen volumen y sensación de amplitud gracias a sus duchas separadas. El estilismo en la decoración es contemporáneo sin grandes alardes creativos.
El salón es muy espacioso, con un banco/isla frente a un gran sofá y su megamesa, y una gran y bien surtida cocina equipada con bodega. Muy cerca, en el distribuidor del camarote de proa, encontramos una lavadora de formato civil, un claro indicio de esta hiper-comodidad buscada en línea a la de otros barcos no veleros. Nos atrae el gran televisor escamoteable para largas tardes de cine y, desde luego, la gran comodidad y relax que respira el ambiente gracias a los tonos suaves en la decoración, a la entrada moderada de luz, y a las luces indirectas de techo y suelo que dan un toque acogedor de buen gusto.
A babor la mesa del navegante, realizada con un material gris moderno no determinado, está dispuesta en curva como una baraja de cartas. Su butaca, cien por cien civil, lejos de los bancos de siempre, le otorga una importancia destacada
La cocina está dispuesta a lo largo en la banda opuesta, a Er. Destaca porque es muy completa, con generosas superficies para el trabajo de varias personas a la vez y dotada de servicios añadidos tales como un extractor de aire con campana escamoteable forzado encima de los fogones a gas; nevera con doble apertura, frontal y cenital; lavavajillas, bodega refrigerada para los vinos, cubetas de estiba en el suelo para alimentos frescos, y un armario en el que se dispone de una lavadora frontal con unos estantes para alojar los productos de limpieza. El lavavajillas no falta así como armarios y taquillas de todos los formatos para la estiba de menaje y alimentos. Está claro que en la cocina también se ha querido dar el “do de pecho” en relación a la comodidad buscada en todo el proyecto.
No queríamos dejar pasar la oportunidad de destacar la gran ergonomía de la escalera de acceso a los interiores. Tanto los trabajos en los peldaños como en la inclinación de los mismos, ascender o descender por ella es de suma comodidad y seguridad.
Balance
Oceanis Yacht 62, el buen inicio de una gama competitiva
Todo es más en el Oceanis Yacht 62 si nos fijamos como referencia en el Oceanis 60, al que sustituye. Si comparamos algunos elementos entre ambos, vemos diferencias significativas. Por ejemplo, su desplazamiento: el OY 62 desplaza 24.100 kg en vez de los 22.000 del 60 pies. Además de dotarse de un botalón -en el Oceanis 60 inexistente- vemos que su superficie vélica curiosamente disminuye de los 188 m2 en ceñida a los 182 m2… Curioso pero quizás no tanto ya que el foque autovirante en opción del Oceanis Yacht 62 nos da pie a pensar que el futuro propietario, según los estudios de mercado de Beneteau, prioriza más la comodidad a bordo que la navegación. Con ello no queremos decir que el Oceanis Yacht 62 no navegue bien, todo lo contrario. Está claro que a las edades en las que uno puede llegar a disfrutar de un barco de este porte, quizás la navegación ya sea un aspecto algo secundario. No obstante el astillero, con buen atino, ofrece su opción performance de 192 m2 en ceñida para los que quieran sentir y disfrutar tanto del viaje como del destino.
Tan cómodo como un yate a motor
Sin duda este primer modelo de la nueva gama Oceanis Yacht compite a las claras con los yates de su misma eslora y los catamaranes de hasta 50 pies en cuanto a nivel de confort.Y precisamente creemos nosotros que ésta ha sido la filosofía desarrollada por Beneteau en este modelo. Desde luego no le falta de nada. Desde solarios en proa, con camarote para un profesional incluido, bajo el arco y, si se me permite también en bañera, hasta un set escamoteable para la barbacoa en popa y un garaje espectacular para la estiba de una auxiliar de, por cierto, muy fácil estiba entre los 2,85 y los 3,15 m de eslora. Posee un compresor para el hinchado o rehinchado del dinghi y de las defensas hinchables. La plataforma de apertura, es decir, el espejo de popa de antaño, es una auténtica plataforma de baño muy solvente por su gran refuerzo en bisagras y pistones. Incluso el acceso a ella por las bandas, descendiendo por unas escaleras de hasta cuatro peldaños, se asemeja a un yate a motor de eslora entre los 40 y los 60 pies.
En cuanto a nivel de confort, su manga permite una distribución interna muy amplia. Sólo tres camarotes nos indican la vocación de ser un barco de armador, alejado de la posibilidad de que pueda ser charteado si hubiesen un par de camarotes más con, por ejemplo, literas.
Sin duda Beneteau ha dado un golpe de efecto con un barco ideado, creemos, para neutralizar “las fugas” de armadores que se sienten atraídos por las comodidades de los yates a motor. Además, lógicamente, se ha concebido para satisfacer a aquellos que, con una notable experiencia previa en la vela, desean dar un paso ya definitivo al máximo confort posible. Veremos hacia dónde progresa esta gama que nosotros vaticinamos que tiene visos de convertirse en una marca más del grupo, tal como en su momento hicieron los modelos de motor Prestige de Jeanneau que se tornaron en Prestige Yachts.