General
En la reunión anual para la prensa especializada mundial, pudimos probar el Velasco 43 (antes Voyage 42). Sin duda el modelo más llamativo y novedoso en motor en los últimos años producido por la siempre inquieta francesa Jeanneau. Un barco que parece mucho más grande de lo que en realidad es.
Pn
Fotos: Pn y astillero
Navegación
¿Ideal para el “slowsailing”?
De gran novedad calificaríamos a este barco. A nuestro criterio lo más novedoso producido en las dos o tres últimas temporadas por la marca francesa. Con un diseño de Toni Castro en el casco e interiores, la Voyage 42 v se erige como el inicio de una nueva gama con flybridge. De él destaca su línea nórdica aunque también recuerda determinados rasgos de los pesqueros profesionales. Por otro lado, si lo observamos con detenimiento, podemos llegar a ver ciertos rasgos inspirados en los superyates. Un halo que nos ofrece la presencia del gran mástil en su mega flybridge o la forma referida antes de su acristalamiento del puente de mando.
Salimos a navegar con él y lo primero que nos llamó la atención es que estaba dotado con una motorización de 380 caballos x 2 Cummins con transmisión de eje V-Drive. ¿Y por qué no una transmisión mediante pods? Sencillamente para ofrecer la máxima simplicidad y sencillez en el mantenimiento, los motores instalados al revés son más accesibles, y por cuestión de precio. ¡Son los signos de los tiempos!
Con un ligero mar de fondo y un viento de unos 12 nudos, salimos a realizar el ensayo. Se trata de un barco con vocación de crucero tranquilo cuya velocidad máxima no va a rebasar los 27,5 nudos a 3.000 r.p.m. de régimen. Nosotros echamos en falta algo más de velocidad ya que su velocidad de crucero puede parecer algo justa para hacer grandes distancias pero en realidad no es su filosofía. Probablemente esta nueva experiencia Jeanneau se acerque más al “slowsailing”, concepto muy en boga últimamente. Para alcanzar mayores velocidades existen otros modelos como los Prestige de la marca. Establecemos una velocidad de crucero de 20,3 nudos bastante tranquilos con un consumo de 43,7 l cada motor, consumo comedido. Iniciamos algunas maniobras llevadas algo al límite como una virada, siendo su ángulo de escora muy leve y describiendo una circunferencia de un gran diámetro, no en balde estamos con las prestaciones típicas que ofrece un barco con ejes y algo de túneles evolutivos. Es por ello que en esta maniobra detectamos una cierta vibración, algo normal por otro lado que siempre ofrece un barco con ejes. Es sensible al accionamiento de los flaps asentándose el barco de una manera rápida y precisa. Su proa desciende y asciende notablemente al accionarlos.
Su casco se desliza bien, abre las olas sin violencia ni estruendos aunque insistimos en que se queda algo corto en velocidad. Sentimos que el ratio que relaciona su desplazamiento con la potencia es algo justo al percibir que le lleva su tiempo alcanzar el planeo, en 8 segundos, y la velocidad punta, en otros 10 más. Desde el puesto de gobierno interior el pilotaje es muy placentero y confortable ofreciendo una gran visibilidad hacia el exterior. Y no digamos ya a la hora de maniobrar frente al amarre ya que podemos salir por su puerta lateral para tener una mejor visibilidad, algo que sólo los grandes yates de mayor eslora ofrecen. La navegación desde el flybridge es cómoda, sin ese molesto y habitual cimbreo que va sacudiendo la cabeza del patrón a cada ola.
Habitabilidad
Estilo contemporáneo donde impera la luz
La sensación de estar en un barco mucho más grande de lo que es, es, sin duda, su fuerte. Destacamos su flybridge el cual está perfectamente dotado para la vida exterior con total comodidad. El sobrepuente está dividido en varias áreas. La de popa es la que corresponde a un solario en toda regla en la que nos podemos refrescar gracias a la ducha existente. Los imbornales de desagüe están pulcramente colocados. A su dinette de grandes dimensiones le asiste un mueble-cocina completo con nevera, algo aparatoso que rompe la fina caída de líneas que advertimos desde el exterior pero muy operativo, aspecto éste que siempre acaba imponiéndose en el astillero. Un puesto de gobierno impecable individual al que se le añade un banco que de respaldo abatible que no es otra cosa que el final del sofá de la dinette.
El interior es funcional, realizado en tonos claros y buen gusto. Llama la atención su salón dotado de TV escamoteable enfrente y una gran mesa plegable de doble ala y graduable en altura enfrente a un gran sofá que esconde el sistema de aire acondicionado y mucho espacio para estiba en sus extremos. Enfrente, al lado del la TV, un chaise longue invita a sentarse en él como banco para las tertulias en el salón o a estirarse cómodamente a cubierto para ser un mero espectador de todo aquello que acontezca en la bañera. Al mismo nivel y a babor se halla una cocina en “U” totalmente dotada de lo necesario para preparar algo más que bocadillos. Su nevera, sin embargo algo pequeña para un barco con vocación de tragamillas, se ubica bajo el largo asiento del puesto de gobierno que se encuentra enfrente y por el cual se puede acceder al exterior gracias a su atractiva salida lateral.
El acceso a la acomodación puede parecer angosto pero es amplio para bajar con comodidad a los dos camarotes de la acomodación con sendos lavabos, el del armador totalmente privado. El camarote de proa está dispuesto con una gran cama central a la altura de los largos ventanales de las amuras. Un lugar excepcional desde donde observar sin ser visto. Posee su lavabo, armarios de gran capacidad y cajones al pie de su cama. Sorprende gratamente las entradas de luz natural que se produce a través de las lumbreras por no decir “claraboyas” debido a su gran tamaño. El camarote para invitados o de los niños, a Er. posee dos camas indidividuales muy elevadas para igualar en goce las vistas del camarote del armador gracias, también, a sus largos ventanales en los que también hay insertado un portillo practicable. La cama se puede convertir en una doble. Ambos lavabos están realizados también con un diseño contemporáneo y están dotados con duchas aparte mediante mamparas en el mismo habitáculo.
Balance
La novedad estéticamente más vistosa de los últimos años
Sin duda la aparición del Voyage 42 como una nueva futura gama y con una clara vocación de introducir el flybridge una vez se ha decidido que la gama Prestige inicia su andadura como marca independiente de Jeanneau, es lo más novedoso de los últimos años lanzado por el astillero.
Por estética especialmente percibimos una inspiración de superyate aparentando, incluso, un barco de mayor porte. Esos “tics” sin duda son el mástil ubicado en el sobrepuente, la recta inclinación de los acristalamientos del puesto de mando así como los profundos pasillos laterales, los de Er. 10 cm más amplios que los de babor. La plataforma hidráulica es un gran acierto con un forrado de teca que prevé la colocación de una cuna para la auxiliar o una moto de agua. Nos entusiasma la disposición del solario de proa y el increíblemente grande flybridge en el que destacan dos solarios. El de popa posee, además, una ducha que surge del mástil.
Es un barco que apuesta por la sencillez en el mantenimiento con una clara voluntad de contención de su coste total. Aun así, es notorio el nivel de equipamiento que ofrece. Nos llama mucho la atención la capacidad de estiba que tiene en la bodega, porque es cierto, este barco tiene una bodega con dos accesos en el pasillo central del salón. Por un lado se accede a una zona donde se tienen los principales servicios a mano con una serie una serie de cajones y estantes para la estiba de herramientas y recambios. Aquí se pueden trincar bien bebidas y víveres. En la otra tapa se accede a la zona donde se halla la lavadora.
Simplicidad y contención de costes
Estas dos ideas son con las que Jeanneau ha desarrollado el concepto bajo el prisma de un briefing claro como el agua: iniciar una nueva gama con flybridge. La simplicidad y la contención de costes se agradecen en estos tiempos y Jeanneau es una consumada especialista. En vez de transmisiones con pods se ha optado, por ejemplo, por dotar de una doble hélice de proa y popa. ¿Resultado? Poder maniobrar prácticamente igual a otros costes. Ofrecer un barco engañosamente más grande que sus 42 pies es otro acierto. Más por menos… Una simplicidad y contención de costes que no huye de detalles como el uso, allí donde verdaderamente hace falta, de pistones de gas en aras de la comodidad. Nos sorprenden las grandes superficies del flybridge o del imponente aspecto de la entrada a los interiores desde la bañera. Aquí se ha mostrado bien el oficio del astillero. Dinette, “chaise longue”, TV desde el salón, puesto de gobierno completo,… La acomodación sin ser espectacular, si es acogedora con dos camarotes con lavabos privados ambos y con unas excelentes vistas al exterior. Poco mas se puede pedir por un precio a partir de 378.295€ impuestos aparte. El barco, claramente planteable como alternativa a una segunda vivienda, posee una extensa lista de opcionales.